Desde el ascenso y posterior caída de los Zetas, el mundo criminal de Guatemala ha experimentado una tremenda agitación. La crisis ha dejado una serie de grupos más pequeños para luchar entre sí, la mayoría de los cuales están tratando de satisfacer el apetito insaciable del poderoso grupo que queda en la región: el Cartel de Sinaloa.

Para 2011, Guatemala estaba en crisis, era un país que parecía estar a punto de sucumbir a la terrible plaga de los Zetas. El grupo más violento y divisivo de México atravesó las provincias de Petén hacia al norte, y Huehuetenango y Quiché hacia al occidente, en un esfuerzo por obtener el control de lo que sigue siendo un cuello de botella importante en las rutas del narctráfico de Centroamérica.

Se estima que 350 toneladas de cocaína pasan a través de esta nación de 15 millones de personas, según las fuerzas de seguridad extranjeras. Los US$2.000 a US$2.500 por kilo que los grupos locales transportistas llegan a ganar por moverla a través de este país hacen que este sea un mercado de cerca de US$1.000 millones.

Por su parte, los Zetas necesitan a Guatemala como un punto de recepción y de compra. A diferencia de sus principales rivales, el Cartel de Sinaloa, Los Zetas no tienen fuertes contactos en los países de origen, y compran su cocaína principalmente en Guatemala y Honduras, como muestran los registros financieros obtenidos por InSight Crime. En esencia, los Zetas buscan monopolizar este cuello de botella para sí mismos.

No obstante, no funcionó. La ofensiva de Los Zetas -que comenzó en 2008 e incluyó los asesinatos de los traficantes tradicionales Juancho León, Haroldo León y Giovanny España; las amenazas en contra de los poderes políticos, como la familia de Manuel Baldizón; el asesinato de un fiscal; y la masacre de 27 trabajadores agrícolas en el rancho de Raúl Otto Salguero en Petén- agitaron el hampa de Guatemala y abrieron una oportunidad para el gobierno.

VEA TAMBIÉN: Los Zetas en Guatemala

La información comenzó a circular, a menudo de sus rivales, pero a veces de los posibles aliados, y tras un alboroto sangriento en mayo de 2011, el gobierno dirigió sus recursos hacia el control de esta organización. Los resultados son una poderosa ilustración de la importancia de la voluntad política y una buena inteligencia local. Bajo la hábil dirección de Claudia Paz y Paz, la Fiscalía General de la Nación comenzó a capturar a miembros de los Zetas. Los detenidos son algunos de los más importantes de la organización en Guatemala: Hugo Álvaro Gómez Vásquez, Horst Walther Overdick y Abner Milian Quijada, por nombrar algunos.

Otros fueron arrestados en México, incluyendo a William de Jesús Torres Solórzano, alias “W”, el jefe financiero del grupo en Guatemala y Mauricio Guizar Cárdenas, alias “El Amarillo” o “Z200”. Los Zetas ya han perdido a su máximo líder, Miguel Treviño, alias “Z40”, quien fue capturado en julio en México, y el grupo lucha por mantener una estructura cohesionada.

En total, más de 100 fueron encarcelados. Overdick fue el más importante ya que proporcionaba la infraestructura de las piezas políticas, sociales y financieras del grupo. Fue extraditado a Estados Unidos donde se presume que ha ayudado a las autoridades a esbozar lo que queda del grupo. Gómez Vásquez fue el músculo. En 2012, él y otras 35 personas fueron declaradas culpables en un tribunal guatemalteco y sentenciados a entre 2 y 158 años de prisión.

Grupos nuevos y antiguos llenan el vacío

El vacío resultante ha sido llenado rápida y hábilmente, en parte por los grupos transportistas tradicionales y, en parte, por los nuevos grupos, algunos de los cuales trabajaron estrechamente con lo que queda de los Zetas; el cual sigue siendo un gran comprador de cocaína pero tiene menos presencia física y psicológica.

El más importante de estos grupos está dirigido por Jairo Orellana Morales, alias “El Pelón”. Orellana viene de una red que comenzó bajo el ala de los Lorenzana, una familia infame de tráfico y contrabando que incluía a Mario Ponce Rodríguez y Carlos Andrés Alvarenga. Él tiene un hijo con Marta Lorenzana, la hija del patriarca de la familia, Waldemar Lorenzana; y puede estar trabajando todavía con lo que queda de esa organización, pese a que sus relaciones con Alvarenga aparentemente no son las mejores.

Guatemala - Groups espanol

En estos días, Orellana a menudo es más asociado con los Zetas, pero supuestamente también se enfurece con esta idea. Sin duda, Orellana se considera independiente, y hay muchos indicios de que esta percepción es correcta. Ponce, por su parte, fue capturado en Honduras en 2012, y tras ser extraditado a Estados Unidos fue declarado culpable de tráfico de drogas en una corte de Miami y condenado a 25 años de prisión.

Alvarenga está prófugo. Se convirtió recientemente en predicador protestante (las autoridades alguna vez colgaron letreros de ‘se busca’ en su iglesia en Izabal) y,  supuestamente, ahora pasa la mayor parte de su tiempo en la vecina Honduras. Los principales Lorezanas han sido capturados y extraditados a Estados Unidos, incluyendo a Waldemar.

Las fuerzas de seguridad de Guatemala y extranjeras creen que Orellana es el principal proveedor de cocaína de los Zetas. También puede estar vendiéndole al Cartel de Sinaloa, otra señal de que la estrategia de monopolizar este cuello de botella de los Zetas ha fracasado en gran medida.

En cierto modo, el éxito de Orellana fue tanto de suerte como de habilidad. El gobierno de Guatemala, con un fuerte apoyo de Estados Unidos, ha reducido eficazmente el tráfico aéreo internacional, todo el cual parece estar moviéndose a través de Honduras, y las llegadas a través del Pacífico han disminuido, dijo la policía local. El cambio ha hecho que la entrada terrestre a través de lugares como El Florido, a lo largo de la frontera con Honduras, sea un corredor crítico y ha aumentado los ingresos de los operadores como Orellana que lo controlan.

Por su parte, los Zetas siguen siendo los principales compradores, a pesar de que son una sombra de lo que solían ser, dijeron a InSight Crime funcionarios de inteligencia de Guatemala y extranjeros. En el centro se encuentra alias “Yanki” (o “Yanqui”), quien opera entre Zacapa, Alta Verapaz y Petén. Sin embargo, los Zetas ya no pueden dominar a los competidores, algunos de los cuales tienen genealogías mucho más profundas en el hampa de Guatemala.

El principal de ellos es la familia Mendoza. Internacional Crisis Group llama a la familia una de las “intocables”. Todavía no hay cargos en contra de alguno de la familia, ni en Guatemala ni en Estados Unidos, pero funcionarios policiales y analistas coinciden en que la familia es uno de pilares del mundo criminal, con un control considerable sobre una de las principales rutas de tráfico del país desde la provincia de Izabal -que va desde la frontera con Honduras cruza a través de Petén-.

Otras familias tradicionales, como los Lorenzana y los Españas, también siguen operando aunque están debilitadas, dijeron fuentes policiales. En esta lista, podemos incluir al clan Ortiz López, cuyo líder Juan Ortiz López, alias “Juan Chamale”, fue arrestado en 2011 y está a la espera de ser extraditado.

El clan, cuya sede tradicional se extendía desde Escuintla hasta San Marcos, ahora está liderado por el hermano de Juan, Rony y puede, en parte, estar siendo manejado desde la cárcel por el mismo Juan, según Plaza Pública. No obstante, también hay informes de que Rony puede haber perdido el control tanto del territorio de su hermano como el de su organización, y las autoridades dicen que él está prófugo en México.

Algunos recién llegados, como el clan Samayoa, conocido como los “Huistas” por su hogar en San Antonio Huista y Santa Ana Huista, en Huehuetenango, están llenando el vacío. Su líder, Aler Samayoa, es un antiguo contrabandista quien ha ampliado su red hacia Ciudad de Guatemala en donde obtiene y mueve la cocaína a través de diversas rutas que se extienden a través del noroeste del país y en México.

Samayoa tiene el control total en ese rincón del país, dijeron las fuentes locales a InSight Crime, pero se encuentra bajo algunas amenazas, por parte de un rival local y los recientes esfuerzos policiales para reducir la violencia en la región.

En junio, ocho policías fueron asesinados presuntamente por miembros de otro grupo de traficantes que opera al sur de los Huistas. En un esfuerzo reminiscente de sus operaciones contra los Zetas, las autoridades devolvieron el golpe rápidamente, deteniendo a nueve miembros de la llamada organización Villatoro, llamada así por su líder, Eduardo Villatoro Cano, alias “El Guayo”.

El otro nombre relativamente nuevo en el hampa es Marllory Dadiana Chacón Rossell, a quien el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó en su lista de capos del año pasado. En su comunicado de prensa, un funcionario de Estados Unidos fue citado por llamarla “una figura fundamental” en la cadena de distribución de Centroamérica, con operaciones en Panamá y Honduras. Sin embargo, cuando se les preguntó, investigadores de Guatemala e investigadores extranjeros con sede en Guatemala no la ubicaron entre los traficantes más importantes.

Podría haber una razón para esta designación que va más allá del tamaño y la importancia de Chacón. ElPeriódico de Guatemala publicó un largo informe en abril detallando declaraciones de corrupción y actividades criminales por la vicepresidente de Guatemala, Roxana Baldetti, de quien se dice que tiene vínculos con Chacón. El informe, que cita fuentes anónimas, establece que Chacón hizo una aparición inesperada en la fiesta de cumpleaños de 50 años de Baldetti. Baldetti respondió diciendo que ella está siendo atacada porque ella es una mujer, y que el “99,5 por ciento” de lo que se ha dicho es falso.

El gran comprador: el Cartel de Sinaloa

A pesar de la conmoción en Guatemala, el principal comprador de bienes y servicios en el país sigue siendo el Cartel de Sinaloa. La organización mexicana sigue haciendo negocios con casi todas, si no todas, las organizaciones del transporte guatemaltecas. Sus relaciones con algunos, como los Mendoza y los Huistas, se remontan a más de una década, dijeron a InSight Crime los cuerpos de seguridad.

El grupo también continúa recibiendo y traficando otros productos ilícitos, incluyendo grandes cantidades de precursores químicos, según fuentes policiales. El tamaño de este mercado se hizo evidente luego de una serie de incautaciones el año pasado en las cuales las autoridades confiscaron 320 barriles de monometilamina.

Las incautaciones coincidieron con el desmantelamiento de un laboratorio de metanfetaminas grande y varios pequeños. El movimiento de los productos químicos a veces confunden la razón, con un envío rastreado moviéndose desde México hasta Guatemala y de regreso a México.

Las razones por las cuales los sinaloenses han triunfado sobre sus rivales tienen que ver con lo que los hace una mayor amenaza a largo plazo para la estabilidad regional, la democracia y la seguridad ciudadana que Zetas. Aunque violenta a su propia manera, la organización parece estar mucho más dispuesta a desarrollar alianzas locales y a utilizar estas alianzas para organizar rutas de tráfico seguras.

Estas alianzas son, como dijo Julie Lopez en su opinión general sobre este mismo tema de Plaza Pública, “horizontales” y numerosas, por lo que incluso cuando se eliminan nodos importantes, las operaciones continúan a buen ritmo. López, citando fuentes oficiales, dice que la organización de Sinaloa también ha penetrado las fuerzas del Estado en un nivel superior, lo que les da una cobertura más política y judicial que sus rivales de los Zetas.

En la práctica, estas numerosas alianzas también implican un mayor control político y social local, y una mayor capacidad para prever las amenazas para el negocio y anticiparse a ellas. En el territorio de los Huistas, por ejemplo, agentes locales han establecido contactos con los políticos nacionales, quienes al parecer les han ayudado mantenerse alejados de los problemas judiciales, a pesar de que ellos también han matado policías. Este tipo de alianzas cuestan más y pueden significar menos ganancias por kilo para el Cartel de Sinaloa, pero significan una mayor estabilidad y ganancias a largo plazo.

Por el contrario, los Zetas son conocidos en el mundo criminal por su incapacidad para hacer o aceptar un acuerdo y por su inestabilidad como organización. Sus acciones volátiles no son sólo malas para los negocios, sino que también conducen a una tremenda agitación social en sus áreas de operación y repuntes en todo tipo de actividades criminales. El territorio Huista, por ejemplo, es conocido por su relativa paz y tolerancia casi cero hacia los homicidios, pero la sede de los Zetas, Cobán, se ha convertido en el hogar de lo que los lugareños describen como una epidemia de violaciones y violencia contra las mujeres.

La violencia continúa

A pesar de que los Zetas han sido de alguna manera neutralizados y la violencia asociada a sus actividades se ha disipado, la violencia continúa en los principales corredores de tráfico del país. Según un análisis reciente realizado por el grupo Central American Business Intelligence proporcionado a InSight Crime, los departamentos (provincias) más violentos se encuentran en la frontera entre Honduras y la costa sur del Pacífico (vea mapa abajo).

El grupo de inteligencia dice que Chiquimula, por ejemplo, donde opera Orellana, registró 90 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2012, muy por encima de los 34 homicidios por cada 100.000 habitantes del país, poniendo el departamento a la par de los lugares más violentos del mundo.

La evidencia de la magnitud de estas peleas estuvo en plena demostración en una exclusiva zona de la capital de Guatemala en noviembre de 2012, cuando varios hombres fuertemente armados ingresaron a una clínica privada en busca de Orellana, quien estaba recibiendo cirugía plástica.

El equipo de seguridad de Orellana escuchó los disparos justo antes de que los médicos le administraran la anestesia y Orellana se escapó, dijo a InSight Crime un agente antidrogas con conocimiento de dicho ataque. Pero siete de sus guardaespaldas fueron asesinados. La disputa, dijo el agente, fue porque Orellana había matado a uno de los aliados del hombre. Otros han dicho que Orellana es más que un ladrón que un hombre de negocios, lo que lo convirtió en un blanco de muchos grupos poderosos de adentro y afuera de Guatemala.

La costa del Pacífico cuenta también con un número de actores que compiten por el espacio, haciendo de los departamentos de Escuintla y Santa Rosa dos de los lugares más mortales en el país. Los clanes tradicionales,como la organización Sarceño que opera en Escuintla y Santa Rosa, tienen que competir con las organizaciones más pequeñas que están tratando de ganar territorio.

La violencia también sucede después del robo de drogas o dinero. En este ámbito, la policía es en sí misma un jugador importante. Algunos policías dirigen sus propias organizaciones, haciendo incautaciones y revendiéndolas en el mercado al mejor postor. Otros se han unido a los grupos criminales como el clan Marroquin, que se dedica al robo y la reventa, y opera al occidente de Ciudad de Guatemala.

La lucha por el control del narcotráfico local también está aumentando. En Ciudad de Guatemala, donde se producen la gran mayoría de los homicidios, han aumentado las tasas de consumo y los lugares en donde la violencia es extremadamente alta. Los traficantes locales más prominentes son conocidos como “los Caraduras“. Los líderes del grupo, identificados como los hermanos Julio Jaime y Francisco Edgar Domínguez Higueros, dirigen sus operaciones desde la cárcel.

Por último, más extradiciones y una mayor cooperación de aquellos que están encarcelados en Guatemala están contribuyendo a un mundo criminal más violento. El precio por colaborar con las autoridades de cualquier país es alto, y las sospechas aumentan a medida que las identidades de los traficantes son reveladas y aparece acusaciones en Estados Unidos.

¿Qué viene después?

El mundo criminal de Guatemala seguirá siendo un lugar confuso y complicado en el futuro próximo. El caos actual dentro de los Zetas hace que sea poco probable que la organización vaya a hacer otra fuerte ofensiva en Guatemala, pero otras organizaciones más pequeñas de Guatemala continuarán luchando por los corredores de tráfico, el espacio en el mercado local de la droga y la franja empresarial que rodea a ambos. Parece poco probable que la violencia relacionada con esta actividad vaya a disminuir, aunque tampoco hay razón para creer que empeorará. El Cartel de Sinaloa también seguirá siendo el principal socio comercial y comprador de drogas ilegales. El carácter horizontal de sus relaciones con los grupos locales, así como el número de relaciones que ha desarrollado, hacen de la organización un pilar.

Tasas de homicidio de 2012 de Guatemala por provincia 

Steven Dudley is the co-founder and co-director of InSight Crime and a senior research fellow at American University’s Center for Latin American and Latino Studies in Washington, DC. In 2020, Dudley...