El gobierno del estado de São Paulo está desplegando nuevas medidas para combatir al PCC de Brasil, pero hay razones para dudar de que el grupo pueda ser desmantelado.

En octubre, un tribunal de São Paulo ordenó el traslado del lugarteniente del Primer Comando Capital (PCC), Paulo Cezar Souza Nascimento Junior, alias “Paulinho Neblina”, al Régimen Disciplinar Diferenciado (RDD, por sus siglas en portugués), una forma de confinamiento solitario, según un informe de Estadao de São Paulo. Se espera la transferencia de otros líderes del PCC en los próximos días, según un informe más reciente de Estadao.

La medida no fue la primera señal de que el gobierno de São Paulo ha buscado acabar con el PCC, el cual domina gran parte del narcotráfico en el estado, al igual que otras actividades criminales. En un discurso pronunciado el 14 de octubre, el gobernador Geraldo Alckmin, anunció la creación de una nueva fuerza de tarea para identificar a los policías corruptos que trabajan con el grupo criminal. Alckmin también elogió los esfuerzos para limitar las comunicaciones del grupo; dijo que se montarían sistemas de interferencia de teléfonos celulares en 23 centros penitenciarios de alta seguridad en todo el estado de São Paulo. También expresó su apoyo a la transferencia de los líderes del grupo al confinamiento solitario en el RDD.

Las medidas se dan tras una aparente situación embarazosa para el gobierno estatal, cuando la solicitud de la detención preventiva de 175 presuntos miembros del PCC, parte de una acusación en masa revelada a principios de octubre, fue rechazada por el juez Thomaz Correa Farqui, según Estadao. La mayor parte de las pruebas citadas en esas acusaciones fueron obtenidas a través de una investigación del Ministerio Público de São Paulo, en la que se llevaron a cabo escuchas telefónicas durante tres años.

Graham Denyer Willis, investigador postdoctoral de la Universidad de Toronto y quien concluyó recientemente un estudio de varios años sobre los detectives de homicidios de São Paulo y el crimen organizado, dijo a InSight Crime que la mayoría de las intervenciones telefónicas que eran centrales para la investigación “se llevaron a cabo sin el debido proceso”, lo que contribuyó a la caída del caso. Tras la decisión, Correa emitió una explicación: los fiscales no elaboraron un caso estableciendo que los acusados eran miembros peligrosos del PCC que debían ser encarcelados.

Aunque Correa pudo haber dicho que los 175 presuntos miembros del PCC no representaban una amenaza inmediata (muchos de ellos ya están tras las rejas), al parecer todavía hay razones para temerle al grupo. La investigación del Ministerio Público reveló información de que el PCC intentó asesinar a Alckmin. El grupo también ha amenazado con aterrorizar la Copa Mundial de 2014, durante junio y julio, si sus líderes son transferidos al RDD.

Entre las formas más sencillas en las que el PCC podría perturbar la Copa Mundial está el infiltrar las protestas callejeras generalizadas que posiblemente acompañen los juegos. El grupo ya ha cumplido con su amenaza implícita de “calentar” las protestas callejeras. Tras el presunto asesinato, el 27 de octubre, de un joven en el barrio Jacana de la Zona Norte de São Paulo, estallaron la violencia y los disturbios. Fuentes policiales sugirieron a Folha de São Paulo que miembros del PCC se encontraban entre los manifestantes, aunque no hay confirmación de que el grupo estuviera involucrado. No obstante, el descontento tenía un distintivo del PCC: autobuses urbanos y camiones fueron secuestrados y quemados con el fin de bloquear una importante carretera.

Análisis de InSight Crime

Los esfuerzos del gobierno del estado de São Paulo para acabar con el PCC –deshacerse de policías corruptos, bloqueando la señal de los teléfonos celulares y transfiriendo más líderes a confinamiento solitario– puede no ser suficiente, causar nuevos problemas, o ambos.

Los intentos de cortar las conexiones policiales del PCC se enfrentan a obstáculos inmediatos. La policía de Brasil se divide entre la Policía Militar (o PM, como se les conoce en Brasil), responsables de patrullajes y arrestos, y la policía civil, la cual lleva a cabo las investigaciones. Las dos entidades desconfían la una de la otra, lo cual afecta las investigaciones más importantes. Bajo el sistema actual, según Denyer Willis, “no se logra prácticamente nada”.

Suponiendo que los oficiales corruptos incluso puedan ser identificados fácilmente, la cuestión es más compleja que simplemente eliminar a los oficiales de las nóminas de las pandillas. Algunos en la policía de São Paulo crecieron junto a los miembros actuales del PCC; incluso en los casos en los que los funcionarios no están trabajando con ael grupo, Denyer Willis dijo que algunos policías están involucrados, fuera de servicio, en la extorsión de narcotraficantes del PCC.

También puede haber limitaciones técnicas al bloquear el uso de teléfonos celulares en las prisiones, una táctica de comunicación clave para el grupo. Alckmin señaló que un programa piloto bloqueó todo el tráfico de comunicaciones en el barrio donde se encuentra la prisión, y que una nueva tecnología será implementada para filtrar las llamadas, en lugar de simplemente bloquearlas. Pero estas medidas pueden ser costosas y podrían incluso ser subvertidas por los propios prisioneros. Los internos en Colombia han construido sus propias antenas rudimentarias de telefonía celular dentro de las prisiones, por ejemplo.

Si los intentos de limitar las comunicaciones o conexiones policiales no funcionan, parece que las autoridades buscarán transferir a más miembros del PCC a confinamiento solitario. Esta medida, sin embargo, podría desatar una nueva campaña de terror por parte del grupo. Los líderes pandilleros tienen una particular aversión al RDD: Luiz Fernando da Costa, alias “Freddy Seashore”, líder encarcelado del Comando Vermelho (CV) de Río de Janeiro describió en 2008 el sistema como una “fábrica de locos y monstruos”.

Tiene sentido entonces que, según Denyer Willis, sea imperante para el PCC cuidar a sus dirigentes y miembros que se encuentran tras las rejas.

“La posibilidad de que muchos de los líderes sean trasladados a confinamiento solitario –RDD– es exactamente el tipo de medidas que los ha hecho violentos en el pasado”, explicó. “Lo que ellos quieren es que el status quo se mantenga”.

El PCC ya ha demostrado que es capaz de devastar a São Paulo si ese status quo es interrumpido. El derramamiento de sangre y el caos estalló en 2006, cuando varios líderes del PCC fueron trasladados a régimen de aislamiento (confinamiento solitario).

La amenaza del grupo de aterrorizar la Copa Mundial complica la cuestión. En un momento en el que los agentes ya están preocupados por su seguridad personal, el PCC podría causar estragos al alimentar las protestas callejeras generalizadas, las cuales están en curso y probablemente se intensificarán durante la Copa Mundial.

La policía de São Paulo ha tenido problemas, según un estudio de Rafael Alcadipani, adaptándose a las tácticas de guerrilla ágiles y anónimas de los llamados “bloques negros“, que superan las estrategias de los policías, agobiados por el equipo antidisturbios (y se organizan mejor a través de Internet).

La tensión resultante parece haber empujado a los oficiales hasta el límite. Durante una protesta estudiantil el mes pasado, la policía antidisturbios en la ciudad utilizó por primera vez balas de goma, en ocasiones mortales, cuando una ola de protestas se apoderó del país durante la Copa Confederaciones de 2013. Tales medidas duras probablemente desaten más protestas, obligando a más oficiales en servicio a participar en tareas antidisturbios.

El retiro de policías de servicio de patrulla podría tener graves consecuencias. Un reciente informe de O Globo de Río de Janeiro sugiere un aumento de los homicidios en la ciudad en los últimos meses como un efecto de las protestas generalizadas que agotaron a la policía de la ciudad.

El PCC podría aterrorizar a São Paulo durante la Copa Mundial, pero la investigación del Ministerio Público de tres años destacó la expansión del alcance del PCC. Aunque el grupo es débil en Río de Janeiro, sede del Mundial, los partidos también se llevarán a cabo en Curitiba, Belo Horizonte y otras ciudades donde hay evidencia de que el grupo tiene una presencia significativa.

En el último ejemplo de su alcance, durante Halloween aparecieron informes de que miembros del PCC se preparaban para asesinar a al menos cinco agentes de policía en el estado de Mato Grosso do Sul.

Pese a la aparente amenaza planteada por el grupo, el ex secretario para la seguridad pública de São Paulo, Antonio Ferreira Pinto, indicó que el fuerte discurso de Alckmin sobre el PCC es sólo eso: politiquería para ganar credibilidad en medio de las protestas callejeras en curso y con las elecciones de 2014 avecinándose. Según Ferreira Pinto, quien renunció en 2012 después de una disputa a muerte entre la policía y el PCC, las amenazas por parte del PCC contra la vida del gobernador eran ya conocidas por los investigadores, y fueron ampliamente desacreditadas como intrascendentes. Sea cual sea el motivo de su retórica agresiva, si Alckmin sigue avanzando contra el PCC mediante el traslado de más de sus miembros a régimen de aislamiento, puede correr el riesgo de agitar un avispero e incitar a otra ola de violencia brutal.

3 respuestas a “Por qué la ofensiva de São Paulo contra el PCC enfrentará obstáculos”