Dado que los grupos criminales de México se afanan por satisfacer la creciente demanda de heroína en Estados Unidos, InSight Crime analiza la cadena de producción, desde los cultivos de amapola hasta los laboratorios de heroína.

Debido a la disminución de los precios de la marihuana y a la creciente demanda por goma de opio, los agricultores a lo largo de la costa Pacífica de México parecen inclinarse cada vez más por los cultivos de amapola como fuente de ingresos, y de esta manera fortalecen el multimillonario comercio del opio en el país.

Los precios de venta de marihuana al por mayor en la región denominada “Triángulo de oro”, que incluye partes de los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango, han caído de US$100 el kilo a menos de US$25 en los últimos cinco años, según The Washington Post. En contraste, según el diario, un kilo de goma de opio, utilizada para producir heroína, se vende por US$1.500 en la misma región, casi el doble de lo que costaba en 2012.

Más al sur, en el estado de Guerrero, el precio de la marihuana ha bajado aún más, a unos US$17 el kilo, según Associated Press, mientras que un kilo de goma de opio se vende por cerca de US$900.

Estos cambios en los precios reflejan las variaciones en la demanda de drogas en Estados Unidos. Según William Brownfield, subsecretario de Estado para Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, el consumo de cocaína y metanfetamina se ha reducido a la mitad, mientras que el consumo de heroína se ha disparado un 65 por ciento en los últimos años. En 2013, un total de 681.000 personas afirmaron haber consumido heroína el año anterior, en comparación con 373.000 en 2007.

De la yerba a la amapola

Los carteles mexicanos están bastante contentos de poder satisfacer la demanda creciente de heroína. “Estos criminales son verdaderos empresarios”, le dijo a InSight Crime Rusty Payne, vocero de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés). “Lo que les interesa son las ganancias y cuando ven el aumento exorbitante de la demanda de heroína en Estados Unidos, se acomodan al cambio”.

Payne señaló que los carteles mexicanos, que antes producían alquitrán negro de baja calidad y traficaban las variedades colombianas, de mejor calidad, ahora están produciendo heroína marrón, así como heroína blanca de alta calidad.

De hecho, México parece estar superando a Colombia como el principal productor de heroína para el mercado estadounidense. Brownfield afirmó recientemente que la mayor parte de la heroína vendida en Estados Unidos proviene de México, donde las autoridades estadounidenses han detectado un incremento en el cultivo de amapola y la producción de heroína.

Payne le dijo a InSight Crime que, aunque las cifras varían ligeramente, la DEA ha llegado a una conclusión similar. “En general, en Estados Unidos estamos observando que hay un aumento enorme de heroína producida en México, a tal punto que creemos que ha eclipsado a Colombia”, anotó.

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En México, las incautaciones de heroína, goma de opio y semillas de amapola han aumentado enormemente en un corto período de tiempo. Según la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de México, las fuerzas armadas incautaron 259 kilos de heroína en 2014, un 42 por ciento más que el año anterior. Las incautaciones de semilla de amapola pasaron a ser más del triple —de 871 kilos en 2013 a 3.600 kilos en 2014— y las incautaciones de goma de opio se quintuplicaron durante el mismo periodo (vea el gráfico siguiente).

Por otro lado, las incautaciones de cocaína disminuyeron cerca del 64 por ciento, de 3.052 kilos en 2013 a 1.100 kilos al año siguiente, mientras que las de marihuana cayeron en casi el 12 por ciento (vea el gráfico siguiente).

Franquicias de goma de opio

Las amapolas crecen en altiplanos a lo largo de la costa Pacífica de México, cultivadas por agricultores que tienen pocas fuentes alternativas de ingresos. La región del Triángulo de oro y el estado de Guerrero son dos centros de producción de amapola, pero ésta también se cultiva en los estados de Michoacán y Oaxaca.

Dado que es el grupo criminal dominante a lo largo de la costa Pacífica de México, el Cartel de Sinaloa parece ser el actor principal en el comercio de heroína en Norteamérica. Sin embargo, el cartel no dirige directamente la mayor parte de la producción de goma de opio, y en su lugar delega esta tarea a grupos criminales pequeños, según Associated Press. Este sistema ha llevado a enfrentamientos entre grupos rivales, especialmente en el estado de Guerrero, donde numerosas bandas criminales menores, como Guerreros Unidos, Los Rojos y Los Pelones, presuntamente luchan por el control de regiones de cultivo de amapola.

Como resultado, pueblos enteros han sido desplazados en Guerrero y en la región del Triángulo de oro. Solamente en Guerrero, los enfrentamientos obligaron a más de 2.900 personas a abandonar sus hogares entre enero de 2013 y julio de 2014, según cifras oficiales publicadas por El Universal —aunque los medios locales afirman que el número real es mucho mayor—. Un funcionario local le dijo a El Universal que también hay numerosas fosas comunes donde se encuentran los cuerpos de aquellos que no fueron los suficientemente afortunados como para escapar.

Aunque al parecer el Cartel de Sinaloa maneja gran parte de la producción de goma de opio en la región, hay otros grupos con intereses en el negocio, afirma Payne. “Sinaloa no es el único actor cuando se trata del tráfico de heroína”, le dijo a InSight Crime. “Definitivamente hay otros, así como redes más pequeñas que tienen relaciones menos rígidas con los carteles”.

Sean Waite, agente auxiliar especial de la DEA a cargo del despacho en el distrito de Albuquerque, le dijo a InSight Crime que las organizaciones mexicanas que proporcionan heroína a la región sureste de Estados Unidos “tienden a ser relativamente pequeñas” y suelen pagar impuestos a las grandes organizaciones criminales para que les permitan hacer su trabajo. Esta dinámica es similar a la que se presenta en Colombia, donde unos 28 grupos pequeños de criminales vinculados a organizaciones mayores controlan el comercio de heroína, según un informe de 2012.

Las cosechas

Durante el invierno, los cosechadores, conocidos como “rayadores”, usan cuchillas para cortar las vainas verdes de amapolas en flor y recoger su savia. Cuando la savia se seca y toma un color marrón, los recolectores la enrollan en forma de bolas o tortas, que son vendidas a grupos criminales o a sus intermediarios. Según Associated Press, en Guerrero los compradores afiliados a grupos criminales locales viven en su mayor parte en poblados con zonas de cultivo de amapola, donde trabajan como supervisores hasta el momento de la cosecha. Los compradores usan radios de onda corta para comunicarse con sus jefes y programar transportes cuando han comprado suficiente goma de opio.

Según The Washington Post, la goma de opio se envía entonces a los laboratorios, donde es procesada utilizando químicos como el anhídrido acético y luego es secada para producir heroína en polvo o mantenerla en su forma oscura y pegajosa, característica del alquitrán negro.

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Payne le dijo a InSight Crime que, aunque en Estados Unidos existen algunos laboratorios de heroína, la mayor parte de la producción de esta sustancia se lleva a cabo al sur de la frontera. Añadió que la DEA ha identificado una serie de operaciones, desde producción a pequeña escala hasta grandes laboratorios, pero que en general la capacidad de producción de heroína de los grupos criminales mexicanos se ha vuelto más sofisticada en los últimos años.

Payne indicó que, a medida que la demanda de heroína continúa creciendo, sin duda los productores mexicanos encontrarán la manera de mantenerse en el negocio. “Van a tratar de mejorar y fortalecer sus capacidades de producción”, señaló. “Van a contratar a los mejores químicos y van a hacer todo lo posible por adquirir sus productos químicos por todo el mundo […] para producir grandes cantidades de heroína”.

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