La crisis de seguridad en Michoacán ha llegado a un momento crucial a medida que el ejército de México intenta desarmar a las milicias de las autodefensas que han tomado el control de varios municipios -un movimiento que si no tiene éxito podría marcar el colapso de la autoridad del Estado en la región.

El 13 de enero, el gobierno del estado de Michoacán anunció que estaba llamando a las fuerzas de seguridad federales para que hicieran frente a la crisis de seguridad que ha visto a las milicias de las autodefensas tomar el control de una serie de municipios en su continua guerra autoproclamada contra cartel de la droga de los Caballeros Templarios.

La incursión inicial del ejército condujo a enfrentamientos con las milicias, según la prensa local. La Secretaría de la Defensa Nacional confirmó que dos personas habían muerto en la ciudad de Nueva Italia, que las autoridades dicen que ahora se encuentra bajo el control de las fuerzas federales, junto con el municipio de Parácuaro. Los líderes de las autodefensas, por su parte, afirmaron que al menos siete personas habían muerto en la comunidad de Antunez –entre ellas una niña de 11 años de edad– y acusaron a los militares de disparar indiscriminadamente contra los civiles.

La respuesta de los líderes de las autodefensas sobre el ataque ha sido confusa. El hombre ampliamente reconocido como el líder principal de los grupos de autodefensa de Michoacán, José Manuel Mireles, declaró en un video enviado a la cadena de televisión Televisa (vea abajo) que las milicias regresarían a sus comunidades y participarían en conversaciones con el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo.

Sin embargo, este mensaje fue rebatido de inmediato en un comunicado dado a conocer bajo el nombre del Concejo de Autodefensas Unidas de Michoacán, que desestimó los comentarios de Mireles y declaró: “No vamos a dejar las armas, estamos en pie de guerra”.

El primer mensaje también fue desmentido por el propio Mireles en otro video publicado en YouTube (vea abajo). Él dijo que las milicias no deberán entregar sus armas hasta que las siete cabezas de los Caballeros Templarios fueran arrestadas y las extorsiones, las ejecuciones, los secuestros y las violaciones fueran “eliminados en un 100 por ciento”.

Análsis de InSight Crime

La mezcla potente del cartel de las drogas de los Caballeros Templarios, las fuerzas de seguridad y las autoridades estatales corruptas e ineficientes, y las cada vez más poderosas milicias de autodefensa se ha estado contruyendo la crisis actual en el último año. Lo que suceda después podría ser crucial en determinar el futuro próximo del estado.

Con la negativa de desarmarse, las fuerzas de autodefensa han desafiado la autoridad del Estado en una forma sin precedentes, mientras lanzan un ataque feroz y sostenido contra los Caballeros Templarios. Los Caballeros no dudarán en responder con violencia extrema, y el estado se encuentra ahora entre la espada y la pared.

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Si las milicias continúan negándose a dar marcha atrás, la única manera de recuperar el control de la región será la fuerza. Las autodefensas no están mal equipadas -ahora están armadas con armas de alto calibre que son reservadas para el uso militar y tienen la capacidad de desplegar una feroz resistencia. Dicha batalla conduciría inevitablemente a un mayor número de víctimas civiles, dañando lo que queda de la credibilidad del Estado.

Sin embargo, dejar a las milicias en su lugar sería esencialmente una abdicación de la autoridad estatal, y una admisión de que el gobierno es incapaz de ejercer el poder en una de las regiones más conflictivas del país.

11 respuestas a “El futuro de Michoacán es incierto mientras explota la crisis de seguridad de las autodefensas”