El presidente del Comité Olímpico de Brasil ha sido detenido por su presunto papel en un esquema de sobornos para la elección de Río como sede de los Juegos Olímpicos de 2016, un escándalo que ejemplifica la naturaleza múltiple de la corrupción sistematizada en Brasil.

Carlos Arthur Nuzman, presidente del Comité Olímpico de Brasil, fue detenido el 5 de octubre, a raíz de acusaciones de que conspiró para sobornar a los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) para que se eligiera a Río de Janeiro como sede de los juegos de 2016.

La fiscal brasileña Fabiana Schneider dijo que Nuzman fue “el puente que unió todo el esquema criminal”.

Leonardo Gryner, exdirector del Comité de los Juegos Olímpicos de Brasil, y quien según los fiscales es “la mano derecha” de Nuzman, también fue detenido el 5 de octubre.

Los arrestos se presentaron luego de varias redadas que se hicieron el mes pasado en la casa de Nuzman y en las oficinas del Comité Olímpico de Brasil, durante las cuales las autoridades confiscaron bienes, así como documentos y un computador.

Las inspecciones en la casa de Nuzman también permitieron descubrir la llave de una caja fuerte en Suiza, donde Nuzman al parecer almacenaba 6 lingotes de oro que él no incluyó en sus declaraciones de impuestos sino hasta varias semanas después de la redada. Por eso los fiscales han acusado a Nuzman de no declarar sus bienes en el extranjero y por tanto de obstruir las investigaciones.

Diagrama de las personas involucradas en el esquema de oferta de dinero (Diagrama de las personas involucradas en el esquema de oferta de dinero a cambio de votos para los Juegos Olímpicos, cortesía de la Fiscalía General de Brasil)

El esquema de compra de votos para garantizar la elección de Río fue descubierto por una operación internacional conjunta denominada “Juego Sucio”, y según la Fiscalía General en dicho esquema participaron Nuzman, Gryner y otros funcionarios y empresarios de Brasil y el extranjero.

Las autoridades emitieron una orden de captura el mes pasado contra Arthur Soares, o “Rey Arthur”, un empresario brasileño establecido en Miami, acusado de pagar un soborno de US$2 millones a Papa Massata Diack, hijo de Lamine Diack, un influyente miembro del COI de Senegal.

El exgobernador del estado de Río, Sérgio Cabral, también ha sido implicado en la conspiración criminal internacional para ganar la postulación. Cabral fue condenado este año a 14 años de prisión por corrupción y lavado de dinero en relación con los juegos de Río.

Las autoridades francesas también están participando en la investigación, con indagaciones acerca de las acciones del banco que tramitó el soborno a Papa Massata Diack, quien permanece en Senegal, donde desde el año pasado ha logrado eludir una orden de captura de la Interpol por otro escándalo de corrupción diferente.

Análisis de InSight Crime

El esquema de intercambio de dinero por votos descubierto por la Operación Juego Sucio es quizá el ejemplo más claro de lo sistémica que es actualmente la corrupción en Brasil. En este caso, las élites supuestamente participaron en un esquema de sobornos transnacional con la que pretendían aumentar su enriquecimiento ilícito.

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En palabras de un fiscal, los juegos fueron utilizados “como trampolín para cometer actos de corrupción olímpicos”. Las enormes construcciones que se requirieron para los juegos permitieron que los jugosos contratos se desviaran de los fondos públicos y llegaran a los ya repletos bolsillos de las corruptas élites brasileñas. Muchas de las instalaciones que se construyeron para los juegos, y que ahora se encuentran vacías y en desuso, se alzan como recordatorio de que para dichos intereses criminales los juegos fueron todo un éxito.