La DEA anunció la que afirma ser la mayor designación de capos de su historia contra un narcotraficante mexicano y una organización criminal prácticamente sin perfil público.

El 9 de agosto, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) anunció que tras una investigación que se extendió por varios años, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos seguía a Raúl Flores Hernández y a la Organización Narcotraficante Flores. La OFAC tiene en la mira a 22 ciudadanos mexicanos en total, además de 42 empresas, por “dar apoyo” a Flores y a las actividades de narcotráfico de su organización, según un boletín de prensa.

La Procuraduría General de la República (PGR) de México cooperó con las autoridades estadounidenses en esas acciones, según la DEA, y en una rara maniobra confiscaron varios activos, incluyendo el Grand Casino de Guadalajara. Los decomisos en México hacen “parte de un esfuerzo de colaboración más amplio” que usa sanciones financieras para desbaratar las organizaciones narcotraficantes mexicanas, según la DEA.

Entre los designados junto con Flores estaba la leyenda del fútbol profesional mexicano Rafael Márquez Álvarez, capitán de la selección mexicana, y el cantante mexicano Julio César Álvarez Montelongo, famoso líder de la agrupación Norteño, que ha sido nominado a varios premios Grammy latino. La DEA y la OFAC afirman que lo dos “actuaron como testaferros” y “guardaron bienes” en nombre de Flores y de su organización.

Flores y su organización presuntamente mantuvieron “alianzas estratégicas” con los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), lo que les permitió operar en Guadalajara, Jalisco y Ciudad de México desde la década de 1980, según declaraciones de la DEA.

Análisis de InSight Crime

La PGR de México ha confirmado que Flores fue arrestado en julio y se encuentra retenido actualmente en una cárcel de Ciudad de México, según un reportaje de Proceso. Presunto narcotraficante independiente, además de proveedor de servicios y lavador de dinero para el CJNG, Flores ha logrado mantener un perfil increíblemente bajo pese a haber operado supuestamente como actor importante en el hampa mexicano por más de 30 años.

Un funcionario del Departamento del Tesoro de Estados Unidos declaró a InSight Crime que Flores movió millones de dólares en cocaína a Estados Unidos a lo largo de su carrera. Pero un exfuncionario de México matizó esas afirmaciones diciendo: “¿Flores podría haber invertido en cargamentos? Seguramente. ¿Estaba implicado en la operación? Puede que no tanto”.

Pero coinciden en observar que Flores era un diplomático raro en el negocio de la droga, pues logró mantener simultáneamente buenas relaciones de trabajo con el CJNG y el Cartel de Sinaloa. Apuntar a tantos negocios en México, incluyendo restaurantes, firmas inmobiliarias y un club deportivo, señala una operación de lavado de dinero expansiva y sofisticada.

La última designación de un cartel mexicano hecha por la OFAC fue en mayo del presente año y también recayó sobre una red criminal poco conocida: la organización narcotraficante Ruelas Torres. En ese momento, InSight Crime informó que la acción podía ser un intento de lanzar una ofensiva contra las organizaciones criminales que eran beneficiarias directas de la epidemia de opioides en Estados Unidos.

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Dado el presunto rol de Flores como lavador de dinero importante para el CJNG, puede ser que las autoridades estadounidenses también estén tratando de apretar el lazo en torno a Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho“, fundador y jefe del CJNG, uno de los tres capos más buscados en la lista de la DEA que siguen en libertad, junto Rafael Caro Quintero, quien fue liberado de una prisión mexicana en 2013, e Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, uno de los cabecillas originales del cartel de Sinaloa. Es probable que apuntar a un aliado estratégico tan importante del CJNG y del Cartel de Sinaloa causará inconvenientes a las operaciones criminales de ambas redes.

Casi indiscutiblemente, el hecho de que Flores sea tan poco conocido refleja no solo su sigilo y discreción, sino también la continua fragmentación de los tradicionales carteles de la droga en México y la desaparición de sus infames cabezas visibles. La extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán a Estados Unidos este año marcó en algunas formas el fin de una era; pocos capos de la droga, cuyo nombre es reconocido siguen vivos o fugitivos en México en la actualidad.

Entretanto, México se recupera del señalamiento de la estrella del fútbol Rafael Márquez y su presunta relación con Flores Hernández. El crimen organizado ha tenido desde hace mucho vínculos con celebridades y con el deporte. Es posible que la relación más famosa de este tipo fuera la del notorio capo colombiano Pablo Escobar y el equipo Atlético Nacional de la ciudad de Medellín. Escobar fue un importante colaborador del equipo, y usaba las ventas de sus boletos y los lucrativos contratos en radio y televisión, entre otros, para lavar parte de las enormes ganancias del cartel de Medellín.

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Más recientemente, Jorge Messi, el padre de la famosa estrella del balompié Lionel Messi, resultó investigado en 2013 por el presunto lavado de dinero del narcotráfico para un grupo criminal colombiano. Pero también se ha acusado a otras figuras y equipos del fútbol por sospechas de nexos con organizaciones narcotraficantes en la región.

En México, celebridades y estrellas de los deportes o dueños de clubes se han visto relacionados con el crimen organizado en más de una ocasión en el pasado. En 2013, un abogado de la Organización Beltrán Leyva (OBL) denunció que la famosa cantante mexicana Jenni Rivera —muerta en un accidente de avión en 2012— fue contratada para presentarse en eventos y fiestas del cartel. Pero Rivera negó tener nexos con narcotraficantes luego de ser detenida en el aeropuerto internacional de Ciudad de México por ingresar al país con más de US$50.000 en efectivo en 2009. Así mismo se ha investigado a una de las actrices más reconocidas de México, Kate del Castillo, por su relación con el exjefe del Cartel de Sinaloa “El Chapo”, aunque nunca se la ha sindicado de ningún delito.