Medidas duras y represivas tomadas contra las pandillas, por parte de los gobiernos de Centroamérica, han servido para agravar la violencia, según el proyecto de investigación independiente Small Arms Survey, lo que destaca la necesidad de buscar políticas alternativas.

La directora de investigación de Small Arms Survey, Anna Alvazzi del Frate, dijo a EFE que atacar a las pandillas y eliminar a sus líderes termina causando más violencia, y que este tipo de políticas de “mano dura” han fracasado en toda la región. Según Alvazzi del Frate, esto es en parte debido a que una pandilla sin líder genera inseguridad y luchas internas por el control.

La “Small Arms Survey 2013” del grupo utilizó el caso de dos pandillas en Managua, Nicaragua, para examinar cómo las circunstancias particulares informan sobre las dinámicas de las pandillas, incluyendo la importancia de los líderes individuales para el uso de las armas y la violencia por parte de una pandilla. El estudio concluyó que las políticas intervencionistas efectivas “deben ser informadas de una clara comprensión cualitativa de las dinámicas específicas de las pandillas.”

Según la directora, una tregua entre pandillas es un modelo alternativo que reduce notablemente la violencia. También dijo que los gobiernos deberían centrarse en reducir el consumo de drogas a través de oportunidades de generación de empleo, ya que el narcotráfico “determina” los niveles de violencia.

Análisis de InSight Crime

El Salvador ofrece un ejemplo que respalda las conclusiones de Small Arms Survey. Aunque Estados Unidos llamó al Plan Mano Dura, implementado en El Salvador en 2003, una política exitosa en la lucha contra las pandillas, la tasa de homicidios casi se duplicó desde que fue implementada esta política hasta 2012. Mientras tanto, luego de la negociación secreta de una tregua entre pandillas, por el gobierno y la Iglesia Católica entre la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18 en marzo de 2012, el país experimentó una reducción del 40 por ciento en los homicidios.

[Vea el especial de cuatro partes de InSight Crime sobre la tregua entre pandillas en El Salvador]

También se implementaron políticas de “mano dura” en los vecinos del Triángulo del Norte: Guatemala y Honduras. En los tres países, la captura de presuntos pandilleros en el marco de estas políticas ha dado lugar a graves problemas de hacinamiento en las cárceles, lo que facilita el uso de las prisiones como centros administrativos para las pandillas, permitiéndoles reagruparse y ampliar su gama de actividades criminales.

No obstante, el informe aparece en un momento en el que El Salvador se esfuerza por mantener a flote la tregua entre pandillas, y mientras Honduras busca replicar esa experiencia. Pese a la fuerte reducción inicial en la tasa de homicidios, la tregua salvadoreña ha detectado una serie de problemas, incluidos los informes de aumento de la extorsión y desapariciones, y más recientemente un nuevo pico en la tasa de homicidios.

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