Una visita de un grupo de “narcocorridos” a la pequeña ciudad de El Paraíso, en el occidente de Honduras, ha llamado la atención sobre las narco-ciudades a lo largo del camino de la cocaína en Centroamérica, donde reinan el dinero de las drogas y la impunidad.
La banda K-Paz de la Sierra, que se asocia con un género de música popular conocido como narcocorrido, tocó un gran, pero ilegal, concierto en El Paraíso a principios de esta semana.
El concierto no tenía permiso, pero las autoridades no intentaron apagar la música. No obstante, la policía lanzó una operación en la que se registraron 18 vehículos blindados, se incautaron 25 armas de fuego y detuvieron a dos hombres por cargos de posesión de armas, informó El Heraldo.
Análisis de InSight Crime
Situado en la llamada “ruta de la muerte”, la cual es utilizada por los narcotraficantes para mover la cocaína desde Nicaragua hasta Guatemala, El Paraíso ha ganado una reputación de ser un refugio seguro para los narcotraficantes de toda la región.
El municipio es aislado y rural, pese a albergar una réplica de la Casa Blanca (que incluso viene con su propio helipuerto). Mansiones, vehículos lujosos y fiestas salvajes son comunes. El alcalde detrás de la transformación de la ciudad, Alexander Ardón, ha sido objeto de poco escrutinio, pese a las frecuentes acusaciones de corrupción.
Mientras que otras ciudades en la “ruta de la muerte” han estado plagadas por altos niveles de violencia provocada por grupos narcotraficantes rivales, El Paraíso parece haberse convertido más en un parque de juegos para los narcotraficantes y un refugio de la atención de la policía.
Según un funcionario de inteligencia entrevistado por el sitio de noticias de investigación El Faro en 2011, el territorio está controlado por personas vinculadas al Cartel de Sinaloa y ha habido rumores persistentes de que el jefe del cartel, Joaquín “El Chapo” Guzmán, ha visitado la zona. La fuente dijo que también había señales de la presencia de los Zetas en la región.