Fuentes policiales han dicho a InSight Crime que la ciudad de Cali -la capital del territorio del narcotráfico de la Costa Pacífica de Colombia- es “un caos criminal”, a medida que las consecuencias del colapso de los Rastrojos siguen manifestándose en una violencia extrema.

En lo que va corrideo del año, las autoridades han registrado 1.677 homicidios -con 205 de las víctimas siendo menores de edad- en Cali, lo que significa que la ciudad está en curso de mantener su posición como la más violenta de las principales ciudades de Colombia.

La policía dijo a InSight Crime que la violencia es el resultado de una compleja serie de batallas territoriales libradas por las pandillas callejeras y las estructuras criminales de tamaño medio, conocidas como “oficinas de cobro”. Algunas de estas oficinas forman parte de la red de los Rastrojos, mientras que otras están respaldadas por el grupo criminal dominante del país: los Urabeños.

No obstante, la situación se ha vuelto tan difícil que la policía ha señalado que allí incluso se han presentado casos en los que las estructuras respaldadas por los Urabeños se enfrentan con otros grupos con los mismos patrones criminales.

La violencia en la ciudad ha estado recientemente en el centro de atención después de la masacre de ocho personas en una discoteca de Cali el 8 de noviembre, y se cree que tres de las víctimas eran miembros de una oficina de cobro dirigida por un excomandante de los Rastrojos, Jorge Domínguez, alias “Palustre”, quien fue arrestado recientemente en Ecuador.

Análisis de InSight Crime

Cali ha sido durante mucho tiempo el epicentro del narcotráfico en la región del Pacífico de Colombia, primero como sede del Cartel de Cali, y luego como un centro de lavado de dinero para sus sucesores en el Cartel del Norte del Valle (CNDV).

El caos actual se remonta al papel del exnarcotraficante del CNDV, Javier Antonio Calle Serna, alias “Comba”, quien jugó un papel decisivo en el establecimiento de las oficinas de cobro en la ciudad. Comba pasó a liderar los Rastrojos, obteniendo gran parte de su fuerza de las redes urbanas que había creado en la ciudad.

Cuando Comba se entregó en 2012 -delatando a muchos de sus compañeros en el proceso- los Rastrojos colapsaron rápidamente, creando un vacío de poder a lo largo de sus territorios.

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El actual principal grupo criminal de Colombia, los Urabeños, han tratado de sacar provecho de la crisis mediante la intensificación de la campaña por el control de Cali. Sin embargo, aunque puede que ahora los Rastrojos hayan dejado de ser una organización nacional coordinada, los remanentes fragmentados siguen siendo muy poderosos a nivel local -en particular las oficinas de cobro de Cali- y los Urabeños han enfrentado una dura competencia.

Los Urabeños emprendieron una campaña similar en la ciudad de Medellín, sacando provecho sobre un rival debilitado y fragmentado -en este caso la Oficina de Envigado- y contratando redes criminales y oficinas de cobro locales para hacer la guerra por su cuenta. No obstante, aunque Medellín parece estar estabilizándose tras una tregua acordada entre ambas partes, no hay ninguna señal de que se vaya a lograr un acuerdo en Cali y, en su lugar, la ciudad parece que va a experimentar más violencia y caos.

7 respuestas a “Violencia en Cali es un ‘caos criminal’ a medida que escalan las batallas territoriales”