La pandilla Barrio 18, también conocida como Barrio 18, es una de las maras más numerosas del hemisferio occidental, equiparable en muchos aspectos a su rival más conocido, la Mara Salvatrucha (MS13). Aunque la pandilla tiene células en operación desde Centroamérica hasta Canadá, se ha debilitado mucho en El Salvador después de una agresiva campaña emprendida por el gobierno de Nayib Bukele desde marzo de 2022, en el marco de la cual, las fuerzas de seguridad salvadoreñas pusieron en prisión a más de 10.000 presuntos miembros de Barrio 18. Quienes siguen en libertad pasaron a la clandestinidad o huyeron del país.

Pero con miles de integrantes dispersos por toda Centroamérica y Estados Unidos, Barrio 18 sigue siendo una amenaza criminal para la región.

Historia

Barrio 18 surgió como una pandilla callejera en Los Angeles. Aunque algunos relatos sitúan sus orígenes a finales de los años cincuenta, la pandilla comenzó a adoptar su actual forma en los ochenta, cuando se separó de la pandilla Clanton 14. Adquirió una especial notoriedad por su rol en los motines de Los Angeles tras la absolución de los policías que le propinaron una brutal golpiza al motorista afroestadounidense Rodney King.

En sus inicios, las muchas células del grupo, conocidas como “clicas”, fueron competencia exclusiva de los inmigrantes mexicanos en el sur de California y dominaron barrios como MacArthur Park en el sector coreano del centro de Los Angeles.

Sin embargo, cuando otras nacionalidades latinas se unieron a la población inmigrante, Barrio 18 comenzó a reclutar miembros de diferentes procedencias, un cambio que facilitaría la expansión del grupo hacia otros países, en especial de Centroamérica.

A finales de los noventa, una fuerza de tarea de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y autoridades locales apresaron a algunos de los líderes más destacados del Barrio 18. Pero eso no afectó tanto a la pandilla, sino que les dio otra base desde la cual operar y reclutar a nuevos miembros: las prisiones federales.

A pesar de los esfuerzos por aislar a los líderes pandilleros de sus contactos en el exterior y de sus camaradas presos, ranfleros del Barrio 18 como Francisco Martínez, alias “Puppet”, idearon formas de seguir dirigiendo sus actividades delictivas desde el encierro. Algunos integrantes de Barrio 18 también se unieron a la mafia mexicana, una pandilla carcelaria temible que agrupó a las pandillas callejeras del sur de California en una sola confederación poderosa, que se conoció como los Sureños. Por fuera de prisión, las pandillas callejeras se pelean; adentro, forman una sola estructura bajo la dirección de la Mafia.

Barrio 18 se expandió hacia el sur, a México y Centroamérica principalmente en función de un cambio en las políticas de inmigración a mediados de los noventa, el cual amplió el número de cargos penales por los que un residente nacido en el exterior podía ser deportado a su país de origen.

La nueva política se aplicó agresivamente a las pandillas de California, donde había muchos pandilleros sin ciudadanía estadounidense. Las deportaciones generaron una afluencia repentina de pandilleros del Barrio 18 y otros grupos a países de Centroamérica y a México, lo que trajo consigo mayor violencia y delincuencia.

A finales de los 90, empezando por El Salvador, los gobiernos centroamericanos comenzaron a aprobar leyes más estrictas para penalizar la sola “asociación” con pandillas. Estas políticas, en conjunto llamadas de mano dura, produjeron arrestos masivos de pandilleros que sin darse cuenta motivaron el crecimiento de las pandillas al concentrar a sus miembros en centros penales, lo que los llevó a reorganizarse y reagruparse.

En las calles, Barrio 18 incursionó en el narcomenudeo y la extorsión. Con el aumento de las ganancias, la pandilla también empezó a blanquear dinero por medio de pequeños negocios, como lavaderos de carros.

Hacia 2005, conflictos internos llevaron a la división de Barrio 18 en dos facciones: los Revolucionarios y los Sureños. Las dos siguen enfrentadas y pelean con el mismo encono con el que se enfrentan con la MS13, que es su enemigo histórico y la pandilla callejera más grande de Centroamérica.

La pandilla ganó mayor poder en El Salvador, Guatemala y Honduras, donde pudo aprovechar la debilidad de los gobiernos y la gran exclusión social para expandirse en sectores urbanos pobres. En esos espacios, Barrio 18 comenzó a extorsionar de manera sistemática los sistemas de transporte público, a desplazar comunidades enteras y a abrirse camino a la política.

Esto se hizo más evidente en marzo de 2012, cuando los líderes de Barrio y sus rivales de la MS13 se acogieron a una “tregua” nacional mediada por un delegado del gobierno y la Iglesia católica. La tasa de homicidios en el país cayó más de la mitad tras el cese al fuego negociado, pero la violencia volvió a escalar en cuanto la tregua fracasó.

Los líderes de la MS13 y Barrio 18 resultaron alarmantemente hábiles para sacar provecho del capital político que ganaron después de la tregua, lo que despertó la preocupación de que la iniciativa pudiera darles un medio para incrementar su sofisticación delictiva y su influencia general en el país. Sumados a estas preocupaciones, las extorsiones y las desapariciones presuntamente siguieron aumentando en El Salvador a lo largo de la tregua, y los homicidios retomaron el alza a mediados de 2013, hasta alcanzar un pico en 2015, antes de volver a bajar.

Una caída radical en la tasa de homicidios de El Salvador a partir de 2019 volvió a poner las pandillas del país en boca de todos. Aunque los representantes del gobierno atribuyeron la caída a su plan nacional de seguridad, múltiples informaciones de los medios de comunicación hablaron de un pacto informal entre sectores del gobierno salvadoreño y líderes presos de las pandillas, según los cuales estos últimos reducirían los asesinatos a cambio de mejores condiciones carcelarias.

Ese periodo de relativa paz en El Salvador se hizo añicos cuando varios integrantes de Barrio 18 y la MS13 sumaron 46 homicidios en una campaña sangrienta de tres días en noviembre de 2021. Y siguió la masacre indiscriminada de 92 personas, incluida población civil, como compradores, vendedores y pasajeros de autobús, en marzo de 2022. Barrio 18 se apresuró a tomar distancia de la masacre, que se interpretó como un intento visible de enviar un mensaje al gobierno.

Enardecido por la violencia desenfrenada, el gobierno respondió con la guerra más amplia contra las pandillas en la historia del país, en medio de la cual detuvo a decenas de miles de presuntos pandilleros durante un estado de excepción declarado en marzo de 2022 y que sigue en vigor en noviembre de 2023. Esta ofensiva ha diezmado a los pandilleros rasos de Barrio 18, y obligó a miles a exiliarse.

Por primera vez en décadas, la pandilla ha perdido el control de territorios claves y economías criminales en zonas en las que antes ejercía un férreo control. En noviembre de 2022, la presidenta hondureña Xiomara Castro intentó replicar la ofensiva de Bukele con la declaración de un estado de excepción para enfrentar el aumento de la extorsión. Pero estas medidas no han hecho mella en las actividades de las pandillas y las filas de Barrio 18 siguen intactas en Honduras.

Jerarquía

En la parte superior están los palabreros, la mayoría de los cuales se encuentran internados en el sistema carcelario. Estos coordinan todas las actividades criminales. Un palabrero lleva registro de todos los movimientos financieros, homicidios, drogas y armas.

En El Salvador, cuatro de los líderes de mayor rango de la facción de los Sureños, incluido Carlos Lechuga Mojica, alias “El Viejo Lin”, enviaron una nota de voz a los miembros en libertad pidiendo que pararan los asesinatos que conmocionaron al país en noviembre de 2021. Esto dio pie a especulaciones sobre una ruptura entre los cabecillas privados de la libertad y los mandos en las calles.

Aunque muchos de los cabecillas ya estaban en prisión cuando comenzó la campaña antipandillas en marzo de 2022, muchos de los líderes en libertad fueron capturados o se vieron obligados a huir.

En Guatemala, un grupo conocido como la “rueda” coordina las actividades de la pandilla. Muchos de sus integrantes, entre ellos el líder Aldo Dupie Ochoa Mejía, alias “El Lobo”, están en prisión. De igual forma, los principales cabecillas del Barrio 18 en Honduras, como Nahum Medina, alias “Tacoma”, operan tras las rejas.

En el exterior, la pandilla se organiza en canchas. Una cancha es una división territorial que no dependen necesariamente de límites municipales Cada cancha tiene varias tribus, las unidades más pequeñas de la organización del Barrio 18.

Finalmente, hay colaboradores: que no pertenecen totalmente o nunca harán parte del grupo. Estos ayudan a la pandilla con tareas menores, como acopio de inteligencia y trasiego o almacenamiento de mercancías ilícitas.

Geografía

En Centroamérica, la pandilla opera en su mayoría en El Salvador, Guatemala y Honduras. Para mediados de 2023,  contaba con más de 22.000 miembros solo en El Salvador. La pandilla también tiene presencia importante en Estados Unidos, con un estimado de 30.000 a 50.000 integrantes en la década de 2010. El grupo opera en docenas de ciudades en cerca de 20 estados.

Muchos de sus integrantes residen en California, pero Barrio 18 también tienen presencia en otras ciudades del oeste, como Denver. Además, Barrio 18 ha tenido presencia en Italia desde mediados de la década de 2000, y en septiembre de 2016, la captura de un presunto líder de Barrio 18 dejó ver el deseo de la pandilla de ampliar su presencia en Europa. La policía de España alertó sobre este peligro cuando detuvieron a 15 hondureños en 2023, de quienes se dijo que pretendían instalar una clica de Barrio 18 en Barcelona.

También ha habido denuncias de un desplazamiento de integrantes de Barrio 18 escapando de la campaña del gobierno en El Salvador hacia el sur de México.

Aliados y enemigos

El mayor rival de Barrio 18 es la MS13. En El Salvador, Barrio 18 se divide en facciones rivales: los Revolucionarios y los Sureños, división que por lo general desencadena en violencia.

La pandilla también tiene una relación cercana con la Mafia mexicana. Se sabe que tienen una red de colaboradores que incluye abogados, taxistas y mecánicos. En muchas ocasiones, la pandilla ha protagonizado enfrentamientos con las fuerzas de seguridad del Estado durante sucesivas campañas antipandillas en Centroamérica.

Prospectos

Barrio 18 es la sombra de lo que fue en El Salvador, debido a la captura de más de la mitad de sus integrantes durante la ofensiva de 2022-2023, según cálculos de la policía. Con sus filas mermadas, la pandilla ha entregado territorios estratégicos y ya no puede operar las economías criminales que eran básicas para su supervivencia. Un retorno parece una posibilidad remota en El Salvador, pero en otros países donde el Barrio 18 tiene presencia bien establecida, las alteraciones en su estructura han sido mínimas, y allí la pandilla sigue siendo una fuerza criminal importante.

.

10 respuestas a “Barrio 18”