El Ejército Revolucionario Popular Antiterrorista Colombiano (ERPAC), de ideología derechista, nació como un sustituto del gobierno colombiano para luchar contra las guerrillas izquierdistas. Después de un fallido proceso de paz, el grupo comenzó a hacer negocios con la guerrilla y otros ex paramilitares, y utiliza el territorio bajo su control para procesar cocaína y llevar a cabo actividades ilegales. El ERPAC se entregó oficialmente al gobierno en diciembre de 2011, bajo el mando de su líder “Caracho”, pero menos de la mitad de sus miembros entregaron sus armas, usando las restantes para seguir batallando en los llanos orientales de Colombia.

El fortín del ERPAC estaba en el Meta, Guaviare, Vichada y Casanare, todos departamentos de los Llanos Orientales. El grupo controlaba la producción de base de coca y cocaína procesada, que se venden a intermediarios o exportadores a través de redes en Venezuela y Brasil. Desde su rendición en 2011, se cree que los hombres y armas no entregadas se dividieron en dos  facciones rivales, el Bloque Meta y Libertadores de Vichada.

Historia

Al igual que muchos de los grupos que actualmente trafican drogas en el país, llamados “bandas criminales” por el gobierno, o BACRIM; el ERPAC fue también un remanente del grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Sus raíces se encuentran en la lucha entre la derecha y la guerrilla izquierdista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en los Llanos Orientales. Allí, los miembros de lo que se conoció como el Bloque Centauros, bajo la dirección de José Miguel Arroyave, lucharon contra rebeldes de las FARC por el control de la región.

Pero desde el principio, los Centauros parecían estar más interesados en el aspecto comercial que en el aspecto militar de su trabajo, por lo que entre los años 2003 y 2004 lanzaron una ofensiva en contra de una facción paramilitar rival, el Bloque Central Bolívar,  por el control de la ruta de la droga en Casanare, cerca a las fronteras con Venezuela y Brasil. Más de 1.000 personas murieron en los enfrentamientos. Los Centauros ganaron la batalla, pero siguieron las luchas internas. En septiembre de 2004, un grupo liderado por Pedro Oliveiro Guerrero, alias “Cuchillo”, emboscó y asesinó a Arroyave, líder del Centauros.

Los grupos disidentes implicados en el asesinato formaron los Bloques Héroes del Llano y Héroes del Guaviare, liderados por Manuel de Jesús Pirabán, alias “Pirata”, y Cuchillo.

Los dos grupos se desmovilizaron oficialmente en septiembre de 2006, junto con otros grupos paramilitares, como parte del proceso de Justicia y Paz, con 1.765 hombres entregando 1.025 armas. A pesar de que Cuchillo estuvo en la ceremonia de desmovilización junto con Héroes del Guaviare,  almacenó en secreto armas y más de 200 hombres, quienes se convirtieron en los fundadores de ERPAC. 

El ERPAC progresó debido a su alianza con Daniel Barrera Barrera, alias “El Loco”, y por hacer negocios con su antiguo enemigo, las FARC. Barrera, quien se alió también con la poderosa banda criminal Los Rastrojos, fue uno de los narcotraficantes más poderosos hasta su captura en Venezuela en septiembre de 2012. Antes de procesar y exportar la droga a través de Venezuela y Brasil, el ERPAC y Barrera, utilizando a los Llanos Orientales como su sede, le compraban regularmente a las FARC la base de coca, materia prima utilizada para la producción de cocaína en polvo. Las autoridades creen que Cuchillo y Barrera exportaban entre dos y tres toneladas de cocaína al mes. Parte de su producto llegaba a Europa a través de los países empobrecidos de África Occidental, como Guinea-Bissau. También vendían su producto a los carteles mexicanos que operan en México, Guatemala y otros países de tránsito. En marzo de 2010, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos señaló a Cuchillo y Barrera como los dos traficantes colombianos más buscados.

El ERPAC hizo más que traficar con drogas. Utilizando su poder, este grupo también robó tierras, camiones, y ganado; además, extorsionó a empresas locales y a agricultores adinerados. Los contactos en las fuerzas armadas y en la policía le dieron al grupo una ventaja frente a sus rivales.

El ERPAC era un ala militar y por tanto funcionaba como tal, adquiriendo el control militar del territorio con el fin de procesar y almacenar drogas ilegales, así como aterrorizar a la población local para que se sometiese a su voluntad. Tenía muy poco de ideología y, con el fin de ganar dinero, formó alianzas estratégicas con el Loco Barrera y sus antiguos enemigos de las FARC. Luego de comprar la pasta base a las FARC, El ERPAC  procesaba en los Llanos Orientales, para luego exportarla casi siempre desde Venezuela por avión o a través del Pacífico por lanchas rápidas.

El ERPAC operó especialmente en zonas remotas de los Llanos Orientales, en los departamentos de Casanare, Guaviare, Meta y Vichada. Trató de expandirse a otras áreas, como Norte de Santander y el Magdalena Medio, en el corazón del país. Algunas células del grupo también aparecieron en el Huila, Caquetá, Cauca y Putumayo, lugares tradicionales de la guerrilla. Los informes de inteligencia policial dicen que el ERPAC también tenía “presencia” en Arauca, Cundinamarca y Guainía.

El grupo se enfrentó con rivales muy fuertes en los Llanos Orientales, entre ellos Víctor Carranza, conocido en Colombia como el “zar de las Esmeraldas”, y los restos del antiguo grupo paramilitar de las Autodefensas Campesinas del Casanare (ACC). La pelea con las ACC se remonta a los años de 2003 y 2004, cuando el Bloque Centauros luchó contra el grupo por el control de las lucrativas rutas de la droga a través de los Llanos Orientales. Años después, a finales de 2006 e inicios de 2007, el ERPAC inició fuertes enfrentamientos en el Meta con la banda “Los Macacos”. Este conflicto tenía raíces anteriores a la desmovilización de las AUC (2003-2004), cuando el Bloque Centaruros, al que perteneció Cuchillo, se enfrentó con el Bloque Central Bolívar en ese entonces a cargo de Carlos Mario Jiménez, alias “Macaco”.  En 2007 esta lucha se dio a favor del ERPAC, quien aseguró apoyo de la Fuerza Pública, realizando pagos mensuales al Ejército en la zona.   Esto significó un gran fortalecimiento el ERPAC y el control del grupo de varios municipios del Meta como Puerto Gaitán y Mapiripán..

El ERPAC sufrió una serie de golpes fuertes desde 2009, con la detención de líderes importantes y miembros fundadores como Martín Farfán, alias “Pijarbey”, detenido en diciembre de 2009, y José Covey Romero Zárate, detenido en mayo de 2010, quien se encargaba de los cargamentos de droga que partían desde Vichada con destino a Venezuela. Con el fin de llenar los vacíos en la cúpula del ERPAC, el hermano de Cuchillo, Dumar de Jesús Guerrero Castillo, alias “Carecuchillo”, escapó de prisión en 2010 y trató de volver a conectarse con el grupo. Sin embargo, fue recapturado unos meses más tarde.

Otra señal de la pérdida de impulso del grupo en la época en los Llanos Orientales, fue el segundo fallido intento de asesinato contra su rival Víctor Carranza en marzo de 2010, quien muere en 2013 de una enfermedad. Como estrategia para recuperar su poder, el grupo se las arregló para profundizar su relación con las FARC, después de que “Carecuchillo” se reunió en 2010 con el jefe del Frente 39 en el Meta, con el fin de negociar el tráfico de drogas y el uso de precursores químicos en el territorio controlado por los guerrilleros.

El golpe final que dio casi por terminado el grupo, fue la muerte de Cuchillo en la Navidad de 2010, cuando se ahogó en un arroyo al intentar escapar de una redada policial en su rancho de Mapiripán, Meta. Su segundo al mando, Harold Humberto Rojas, alias “El Loco Harold”, también fue capturado durante la operación. Él era el jefe del destacamento de seguridad del ERPAC, lo que significa que era el siguiente hombre en línea para tomar el mando, era el jefe de finanzas del grupo y otro experimentado ex paramilitar.

El nuevo líder del ERPAC, José Eberto López Montero, alias “Caracho”, carecía del carisma de Guerrero y de sus contactos en el narcotráfico. Pronto se enfrentaría a un ERPAC fragmentado, cuando una facción en el Guaviare decidió abandonar el grupo y empezó a trabajar como mercenarios para el Frente 1 de las FARC. Caracho se movió rápidamente para hacer frente a la amenaza, enviando un equipo de 50 hombres armados para defender el territorio del ERPAC en el departamento. Pero hubo otros desafíos a su liderazgo, como establecer sus propias operaciones de narcotráfico.

Incapaz de mantener unida a la organización, y tal vez con la esperanza de sacar provecho de la Ley de “Justicia y Paz”, que se encontraba pronta a expirar y otorgaba beneficios a los paramilitares desmovilizados, Caracho llevó a unos 272 miembros a una rendición ante el Gobierno en diciembre de 2011. La mayoría fueron puestos en libertad de inmediato, ya que no había órdenes de detención en su contra. Muchos fueron capturados más tarde, y para septiembre de 2012 unos 150 de ellos habían sido declarados culpables; la mayoría condenados a tan sólo cuatro años y cuatro meses de prisión.

Menos de la mitad de los combatientes del grupo se rindieron, y los remanentes están llevando a cabo las operaciones del ERPAC en su antiguo territorio. Se han dividido en dos grupos: Libertadores de Vichada y Bloque Meta.

Liderazgo

En último comandante que tuvo el ERPAC antes de que fuera desmantelado fue José Eberto López Montero, alias “Caracho”.Tras la desmovilización surgieron dos bloques remanentes: Libertadores del Vichada, dirigido por Martin Farfán, alias “Pijarbey”, quien fue abatido en 2015 y Bloque Meta, dirigido por Antonio Navarro Caucho Caicedo, alias “Flaco Fredy” quien fue capturado en 2012.

Geografía

El nodo criminal del ERPAC se encontraba ubicado en la región conocida como los Llanos Orientales, en los municipios de Puerto Gaitán, Mapiripán, Puerto López, Villavicencio y Cumaral (Meta), La Primavera, Puerto Carreño, Santa Rosalía y Cumaribo (Vichada), San José de Guaviare (Guaviare). Mientras que, por el lado del Meta, tenían presencia en los municipios de Granada, Puerto Lleras, San Carlos de Guaora, San Martin, Acacias, Villavicencio, Restrepo, y Puerto Concordia.

Aliados y Enemigos

En su momento, el ERPAC tenía rivalidad con las FARC, en donde los enfrentamientos se limitaban estratégicamente a la disputa por el negocio de la droga en la región. De igual manera, tenían enfrentamientos con grupos menores como ‘Los Macacos’ con quienes se enfrentaban para sacarlos del territorio y apoderarse de sus dinámicas criminales. Por otro lado, también existen informes de que el ERPAC sostuvo un enfrentamiento con el esmeraldero Víctor Carranza y la familia de los Buitrago, esta disputa se dio con el fin de posicionar a la organización como actor criminal hegemón en la región de Los Llanos Orientales.

Sin embargo, más adelante crearon alianzas con la fuerza pública y las FARC. Estas alianzas les permitieron expandirse por el territorio de los Llanos Orientales y les ayudó a consolidar un grupo criminal más fuerte con capacidades criminales de carácter transnacional.

Perspectivas

El ERPAC se desmovilizó en el 2011, pero del proceso surgieron dos grupos remanentes que aún mantienen control y dominio sobre parte del territorio suroriental del país.