Desde cocineras a raspachinas hasta propietarias de sus propios imperios de la droga o redes de tráfico y contrabando, las mujeres operan con versatilidad y se mueven en un amplio espectro de roles, desafiando la división existente del trabajo según el género, mientras que coexisten con organizaciones criminales que siguen imponiendo un sistema patriarcal.
Esta investigación de InSight Crime y el Observatorio de Crimen Organizado de la Universidad del Rosario revela la complejidad de los roles femeninos dentro del crimen organizado y cuestiona la tendencia a presentar a las mujeres exclusivamente como víctimas o, en algunos casos, victimarias.