La ganadería ilegal se expande por las reservas naturales de Nicaragua, Honduras y Guatemala, dejando como resultado la deforestación de miles de hectáreas e incontables actos de violencia hacia pueblos indígenas. 

Esta producción pecuaria tiene principalmente dos propósitos: satisfacer la creciente demanda internacional de carne de res y a la vez facilitar una serie de intereses criminales –como el tráfico de cocaína y el lavado de dinero.

InSight Crime le sigue la pista a este ganado, el cual, en parte, es contrabandeado hacia México, generando un millonario mercado ilícito que las redes criminales de la región aprovechan como oportunidad de lucro.

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