En lo que parece ser una primicia, las autoridades de México han descubierto dos instalaciones de fabricación de armas en el turbulento estado de Jalisco, posiblemente una nueva estrategia de los grupos criminales para obtener armas de fabricación doméstica de alto poder.

En una investigación en curso, el fiscal de Jalisco, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, anunció el 7 de octubre que dos residencias convertidas en laboratorios improvisados ??para la fabricación de armas habían sido desmantelados en Guadalajara, la capital del estado, en una operación conjunta entre las autoridades de Estados Unidos y México, informó La Jornada.

La policía arrestó a cuatro hombres en relación con la operación, sospechosos de ser parte de una red de tráfico de armas que vendía armas ilegales al Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), así como a otros grupos del crimen organizado en el vecino estado de Michoacán, informó Excelsior.

En un comunicado, el fiscal Nájera señaló su creencia de que algunas de las partes utilizadas en la construcción de las armas –diseñadas para los populares fusiles AR-15, un arma alto calibre- fueron enviadas por un grupo en Estados Unidos para ser ensambladas en las fábricas clandestinas.

Según Nájera, durante la operación, la policía incautó 18 rifles y, hasta el momento, el grupo habría alcanzado a vender unos 100 fusiles AR-15, presuntamente, a los grupos criminales de la región, reportó el Informador.

Análisis de InSight Crime

El descubrimiento de un laboratorio doméstico de armas en México es una primicia que evoca muchas preguntas sin respuesta. La más importante de ellas es ¿por qué estas redes de tráfico de armas construirían armas en México? sobre todo teniendo en cuenta el costo que implica la construcción a nivel local y, el alto –y en gran medida incontrolado– flujo de armas de Estados Unidos a México.

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Durante años los grupos criminales mexicanos han comprado fusiles a granel utilizando testaferros en Estados Unidos, quienes posteriormente pasan las armas de contrabando por la frontera en pequeñas envíos. En un caso notorio, agentes federales permitieron que unos comerciantes de armas adquirieran ilegalmente miles de armas entre 2006 y 2011, en un intento de rastrear el flujo de las armas que terminan en manos de las organizaciones criminales de México, con el fin último de detener a un comprador de alto nivel. Este capo nunca fue detenido y las armas fueron utilizadas en crímenes perpetrados en México y, en uno de los casos, en contra de un agente fronterizo estadounidense en Arizona, durante un tiroteo que dejó al agente muerto.

El expresidente Felipe Calderón ha responsabilizado a las laxas leyes de armas en Estados Unidos por el alto nivel de violencia en México, ya que gran parte de las armas encontradas en escenas del crimen fueron compradas en Estados Unidos. Sin embargo, este último descubrimiento, podría apuntar hacia una nueva y preocupante posibilidad: la de grupos criminales que adquieren partes de armas en el extranjero, tal vez incluso a través de Internet, y las ensamblan masivamente en los sótanos de sus casas.