La pequeña nación centroamericana de Belice tiene una tasa de homicidios bastante alta. Las principales causas de la violencia en el país son las pandillas locales que operan principalmente en la Ciudad de Belice, participando en el tráfico local de drogas y en robos. Sin embargo, a medida que el papel del país en el comercio internacional de drogas ha crecido, las pandillas centroamericanas y los grupos de narcotraficantes mexicanos también han establecido su presencia allí.
Aunque el gobierno de Belice ha señalado que se deben hacer cambios en las fuerzas de seguridad del país, la mayor parte de estas fuerzas continúan teniendo pocos recursos financieros y los agentes suelen tener entrenamiento deficiente. Tanto la policía como el sistema judicial son considerados corruptos e ineficientes, y los bajos niveles de confianza de la ciudadanía en estas instituciones llevan a que, en general, los delitos no se denuncien y a que los perpetradores no sean castigados. La única prisión de Belice, si bien no tiene problemas de hacinamiento, no cumple con las normas internacionales, según el Departamento de Estado de Estados Unidos.
- Geografía
- Historia
- Grupos criminales
- Fuerzas de seguridad
- Sistema judicial
- Prisiones
Geografía
Belice, el país menos poblado de Centroamérica, limita con México hacia el norte y con Guatemala hacia el sur y el oeste; la frontera oriental del país está bañada por la costa Caribe. Esto, junto con las espesas áreas selváticas, ha hecho de Belice un destino atractivo para los narcotraficantes, quienes utilizan el país como una puerta de entrada a México.
Con casi 23.000 kilómetros cuadrados, Belice es aproximadamente del tamaño de New Jersey, aunque sus abundantes lagunas costeras y continentales reducen significativamente su área territorial total. Según el censo de 2010, la población de Belice era de 324.528 habitantes. Alrededor de una cuarta parte de la población vive en Ciudad de Belice, el principal puerto del país y su antigua capital. La actual capital del país es Belmopán, el tercer municipio más grande del país y la ciudad capital más pequeña del continente americano en cuanto a población.
Historia
La antigua colonia conocida como Honduras Británica cambió su nombre por el de Belice en 1973 y obtuvo plena independencia en 1981. Aunque las tasas de criminalidad en Belice no son tan altas como en los países del "Triángulo Norte" de Centroamérica (El Salvador, Honduras y Guatemala), entre 2000 y 2010 la tasa de homicidios se triplicó, llegando a los 39 asesinatos por cada 100.000 habitantes. El aumento en las incautaciones de drogas y armas a lo largo de la frontera con México, y la creciente presencia de Los Zetas en Belice, hicieron que en el año 2011 Estados Unidos incluyera a la pequeña nación en su lista de observación de los países involucrados en el comercio de drogas. El gobierno y la policía de Belice han hecho varios intentos por adelantar treguas entre las pandillas con la esperanza de reducir la violencia, pero hasta ahora dichos intentos han sido fallidos.
Grupos criminales
En años recientes, las autoridades de Belice han expresado su preocupación acerca de que Los Zetas, el violento grupo de narcotraficantes mexicanos, podría estar actuando en la frontera con Guatemala, otro país donde el grupo tiene fuerte presencia. Las autoridades también han observado que otra organización criminal mexicana, el Cartel de Sinaloa, tiene conexiones en Belice. Esto aparentemente se confirmó en agosto de 2012, cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a tres presuntos narcotraficantes de Belice, quienes se creía que eran "socios clave" del Cartel de Sinaloa.
Al igual que los grupos criminales mexicanos, las pandillas centroamericanas también participan en el contrabando de bienes, que, según informes de los medios de comunicación, son comprados en la zona de libre comercio de Corozal e introducidos ilegalmente a El Salvador, Guatemala, México y Honduras. Estos datos han sido confirmados por funcionarios de la Unidad Nacional de Lucha contra las Pandillas, adscrita al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus iniciales en inglés), con base en informes sobre el creciente número de miembros de la MS13 en el país.
A pesar de la presencia de actores criminales transnacionales, la mayor parte de la violencia en Belice sigue siendo generada por pandillas locales que participan en el narcotráfico local y en robos, principalmente en Ciudad de Belice. El coronel George Lovell, director ejecutivo del Ministerio de Seguridad Nacional, declaró en 2012 que el 85 por ciento de los homicidios en Belice eran el resultado de rivalidades entre pandillas en la Ciudad de Belice, un área donde se presenta el 90 por ciento de los crímenes del país.
Las pandillas callejeras de Belice imitan a las pandillas rivales estadounidenses The Bloods y The Crips. Dentro de estas amplias categorías existen grupos como George Street Bloods y Brick City Bloods por un lado, y Majestic-Alley Crips y Ghost Town Crips por el otro. Estas pandillas no son tan sofisticadas como las centroamericanas, y se considera que no están bien organizadas.
Belice es un punto de tránsito del comercio de armas regional, pues los traficantes aprovechan los débiles controles fronterizos del país para ingresar las armas a la vecina Guatemala y a México, así como a Honduras. Los expertos dicen que Belice puede ser un punto de transbordo de las armas procedentes de Estados Unidos con destino a México, debido a la alta concentración de agentes de seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México.
También se sabe que el país ofrece oportunidades para el lavado de dinero, en parte porque su moneda está vinculada al dólar estadounidense.
Fuerzas de seguridad
El Departamento de Policía de Belice (DBP por sus iniciales en inglés), adscrito al Ministerio de Seguridad Nacional, es el principal órgano encargado de la seguridad interna y cuenta con cerca de 1.200 agentes. La institución tiene la reputación de ser corrupta e ineficiente. Los bajos niveles de confianza en la policía conducen a que algunos delitos, en particular los robos y los atracos, a menudo no se denuncien. Hay una grave falta de protección a los testigos, muchos de los cuales temen hablar debido a posibles represalias.
En algunas zonas, la policía de Belice cuenta con pocos recursos, y la escasa capacitación de los agentes, así como la poca supervisión a los mismos, han propiciado la ineficiencia y los abusos. Los bajos salarios de los agentes de policía los hacen susceptibles a los sobornos. Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, es preocupante el uso de la fuerza excesiva por parte de los organismos de seguridad. En particular, la Unidad para el Control de las Pandillas (GSU por sus iniciales en inglés), adscrita a la policía, ha estado involucrada en varios incidentes en los que los sospechosos han sido golpeados con bates de béisbol o han recibido disparos de balas de goma.
Además de administrar la policía, el Ministerio de Seguridad Nacional es responsable de la Fuerza de Defensa de Belice (BDF por sus iniciales en inglés), que tiene un total de 1.029 agentes, divididos en la fuerza aérea y la terrestre. La BDF es responsable sobre todo de la seguridad externa, aunque a veces le ofrece apoyo a la BPD en la seguridad nacional, particularmente en Ciudad de Belice. Sin embargo, su poder es limitado en este sentido.
Belice cuenta además con una guardia costera, que es independiente de la BDF y, entre otras cosas, está encargada de controlar el narcotráfico marítimo. La guardia costera cuenta con pocos recursos y dispone sólo de seis buques. Además, la autoridad portuaria del país, según algunos informes, carece de los equipos para realizar patrullajes nocturnos, lo que les permite a los narcotraficantes transportar sus productos en la oscuridad y con pocos riesgos de ser detectados.
Sistema judicial
Debido al pasado colonial de Belice, el país tiene un sistema legal acusatorio basado en la práctica británica, con algunas variaciones. Según la Constitución, el poder judicial es independiente y está encabezado por la Corte Suprema de Justicia, que está integrada por tres Jueces Supremos y tiene jurisdicción ilimitada sobre los procesos judiciales civiles y criminales.
Por debajo de la Corte Suprema están los Consejos de Magistrados. Cada uno de los seis distritos de Belice tiene al menos una magistratura, que puede dictar sentencias relacionadas con ofensas menos graves. Las apelaciones de las magistraturas y del Tribunal Superior son atendidas por el Tribunal de Apelaciones. La jurisdicción final de las apelaciones recae en el Tribunal de Justicia del Caribe (CCJ por sus iniciales en inglés).
El fiscal general actúa como asesor legal del gobierno y también forma parte del gabinete, además de ejercer como ministro de asuntos exteriores. La principal autoridad de enjuiciamiento está encabezada por el Director de Fiscalías Públicas (DPP por sus iniciales en inglés). Existe además una Defensoría del Pueblo, que es un órgano independiente y atiende las quejas de la ciudadanía contra el gobierno por presuntas injusticias.
El sistema de justicia de Belice padece de ineficiencia y corrupción. Aunque según la Constitución el poder judicial es independiente del ejecutivo y el legislativo, se teme que haya interferencia política, según el observatorio ciudadano Freedom House. Los jueces y abogados suelen tener poca preparación y hay una gran acumulación de casos, pues los jueces a veces se toman más de un año para dictar sentencias. Estos retrasos han contribuido a aumentar el número de presos que, junto con los detenidos en prisión preventiva, en el año 2012 representaron alrededor del 30 por ciento de los reclusos. En ocasiones, los detenidos deben esperar años antes de que se inicien los juicios.
El 2011, el Índice de Reforma Fiscal (PRI) de Belice, analizado por la American Bar Association (ABA), descubrió que la tasa de condenas por asesinatos en Belice es de 1 de cada 10 casos. La ABA descubrió además que la oficina del DPP carecía de los recursos necesarios para desempeñar eficazmente sus funciones.
Prisiones
El sistema penitenciario de Belice es supervisado por el Ministerio de Seguridad Nacional. Sólo hay una prisión en el país, la Prisión Central de Belice, que es administrada por una ONG local, la Fundación Kolbe. Aunque no tiene problemas de hacinamiento (la prisión tenía una capacidad de cerca del 67 por ciento en 2012), las condiciones en la prisión no cumplen las normas internacionales, según el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Además, según el Centro Internacional de Estudios Penitenciarios, Belice ocupa el lugar número 11 en el mundo en cuanto a la tasa de encarcelamiento. Los expertos internacionales han recomendado además que Belice utilice medidas menos punitivas con respecto a sus prácticas de detención de los jóvenes.