Santa Catarina es un trampolín para la cocaína con destino a Europa, y punto de tránsito para la marihuana y el contrabando enviados al estado brasileño de Rio Grande do Sul y a Uruguay.
Los grupos criminales en este estado también producen y trafican drogas sintéticas, para abastecer el mercado brasileño de estupefacientes. Algunas de esas drogas se importan desde Europa.
De otro lado, al país ingresan armas de fuego desde Paraguay. En los últimos años, esta economía criminal se ha expandido debido a la competencia entre grupos criminales.

Actores criminales
Primer Grupo Catarinense (Primeiro Grupo Catarinense, PGC): el Primeiro Grupo Catarinense es la estructura criminal más grande de Santa Catarina. El grupo domina el tráfico de marihuana, cocaína y armamento en el estado y ha entrado al mercado de drogas sintéticas. El PGC tiene entre 6.000 y 10.000 integrantes en todo el estado, pero aún no logra ejercer control social en la capital, Florianópolis. Su estructura se divide en dos llamados ministerios, conformados hasta por cinco y ocho jefes, respectivamente. Las facciones del PGC son semiautónomas y pueden determinar sus propias actividades en sus zonas de influencia. El grupo tiene la capacidad logística para introducir narcóticos desde Paraguay, a donde envía sus emisarios a regiones estratégicas.
Comando Rojo (Comando Vermelho, CV): durante años, el Comando Rojo y el PGC han mantenido una alianza. Pero en Santa Catarina no se han identificado acciones criminales de la facción de Río de Janeiro del CV.
Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC): el Primer Comando de la Capital (PCC) es el mayor rival del PGC y el segundo actor criminal más importante de Santa Catarina. El grupo tiene cerca de 500 integrantes en el estado. De ellos, el 80 por ciento está privado de la libertad, y el 20 por ciento restante en las calles. Joinville y Chapeco son los principales bastiones del PCC en Santa Catarina. El grupo también controla el narcotráfico al menos en dos favelas de Florianópolis. Además del narcomenudeo local, el PCC busca imponer control sobre las rutas internacionales de cocaína que pasan por el estado.
Economías criminales
Tráfico de armas: Santa Catarina, al igual que otros muchos estados del sur de Brasil, es un punto de entrada importante para el tráfico de armamento. El PCC y el PGC se cuentan entre los principales consumidores de armas ilícitas. La economía del tráfico de armas puede alcanzar los millones de dólares anuales, según datos de decomisos y estimaciones de precios en el mercado negro.
Cocaína: el país se ha convertido en una de las rutas más importantes de exportación de cocaína hacia Europa, y el estado de Santa Catarina brinda un enlace conveniente entre los países productores de cocaína y los puertos en el Atlántico, desde donde se exporta el alcaloide. Se estima que cada año se trafican 50 toneladas de cocaína por Santa Catarina, por valor de cientos de millones de dólares, lo que convierte a esta droga en una economía criminal importante en el estado.
Cannabis: Brasil es uno de los principales consumidores de marihuana en la región. Aunque Santa Catarina no comparte fronteras con Paraguay, recibe gran parte de la marihuana que se produce en el país vecino. Esta economía criminal mueve varias decenas de millones de dólares al año.
Ecotráfico: en Santa Catarina se trafican en el mercado negro varias especies en vía de extinción. Algunos de los animales que más se trafican son las aves y los reptiles. Sin embargo, sigue siendo un mercado criminal pequeño en comparación con el tráfico de estupefacientes, con un valor de cientos de miles de dólares anuales.
Trata de personas: Santa Catarina es un destino turístico y un centro de producción agrícola, por lo que es un terreno fértil para la servidumbre sexual y laboral. Sin embargo, se cuenta con información mínima sobre el modus operandi de la trata de personas o sobre el tamaño de esta economía criminal en el estado.
Tráfico de personas: algunos migrantes usan a Santa Catarina como punto de tránsito en direccion a otros países, principalmente a Estados Unidos. Sin embargo, se cuenta con poca información sobre la manera como operan los grupos de tráfico de personas en el estado.
Recursos minerales: el puerto del estado, Itajaí, parece un punto de tránsito para la exportación de oro ilegal y otros recursos extraídos ilegalmente procedentes del Amazonas, o que llegan de otros lugares del mundo con destino a Brasil.
Contrabando: Santa Catarina comparte frontera con Argentina, pero en comparación con los estados vecinos de esta, los flujos de contrabando son pequeños. El contrabando de cigarrillos es una economía criminal rentable en la región, y los grupos criminales de Santa Catarina parecen beneficiarse del negocio. La mayor parte de los cigarrillos provienen de Paraguay y llegan a Santa Catarina por Argentina, o bien por otros estados brasileños.
Drogas sintéticas: la venta de drogas sintéticas introducidas a Brasil desde Europa es una de las economías ilícitas más sólidas y rentables de Santa Catarina. En el estado también se producen drogas sintéticas. Santa Catarina tiene un vibrante mercado de consumo interno para este tipo de narcóticos, y provee a las principales ciudades de Brasil. La cocaína enviada de Santa Catarina hacia Europa se cambia por MDMA y otras drogas sintéticas, que luego se reenvían a Brasil. Al llegar al estado, las redes traficantes parten la droga para que las píldoras no tengan más de 10 por ciento del contenido inicial. El mercado de drogas sintéticas está controlado por grupos especializados, pues el consumo se concentra en las clases sociales más altas. Pandillas como el PCC y el PGC recién comienzan a participar en esta lucrativa economía. En Balneário Camboriú ha habido arrestos de narcos brasileños que presuntamente transportaban fentanilo. Los grupos criminales también se han abastecido de esta sustancia en hospitales públicos. El fentanilo se produce en China y se introduce ilegalmente a Brasil. Pero no es claro si hay un mercado de consumo importante en Santa Catarina o si el fentanilo se envía principalmente de Brasil hacia Estados Unidos.
Fuentes: Este perfil se elaboró con base en una investigación de campo en Florianópolis, Santa Catarina y dos visitas a São Paulo, donde InSight Crime se entrevistó con representantes de la Fiscalía General, una unidad de investigación nacional de la Policía, una división nacional contra el crimen organizado, la policía federal y algunos periodistas locales, la mayoría de los cuales solicitaron que se mantuviera su anonimato. InSight Crime también utilizó información suministrada por el Foro de Seguridad Pública de Brasil, de Globo y de la prensa local.