Aunque parezca una afrenta directa al gobierno de Venezuela, las acusaciones formales de narcotráfico hechas por Estados Unidos contra dos altos exoficiales de policía de Venezuela parece una maniobra más táctica que política por parte de las autoridades estadounidenses.
A finales de septiembre pasado, jueces del Distrito sur de La Florida abrieron discretamente las acusaciones formales en las que se señalaba de narcotráfico a Pedro Luis Martín Olivares (vea el documento de acusación aquí -- pdf) y a Jesús Alfredo Itriago (vea el documento de acusación aquí -- pdf).
Martín Olivares es el exdirector de inteligencia financiera de la policía secreta de Venezuela, mientras que Itriago es un exfuncionario antinarcóticos, de la fuerza de investigación de la policía conocida como CIPC, informó el Wall Street Journal.
Según este diario, que tuvo la primicia de la noticia, funcionarios de Estados Unidos y fuentes cercanas al caso creen que Martín Olivares es un importante intermediario entre los narcotraficantes y altos funcionarios del gobierno en Venezuela.
"[Martín Olivares] es el poder detrás del trono, quien mueve las piezas", dijo en Miami al periódico Joaquín Pérez, abogado defensor que ha representado a narcotraficantes suramericanos.
Ninguna de las acusaciones ofrece muchos detalles sobre la naturaleza de su participación en el tráfico de drogas. Tanto Martín Olivares como Itriago están acusados de conspiración para distribuir cocaína con el conocimiento de que sería ingresada ilegalmente a los Estados Unidos. Los fiscales también acusaron a Martín Olivares de posesión de cocaína mientras se encontraba a bordo de un avión de matrícula estadounidense, con el propósito de distribuirla.
En abril de este año, las autoridades estadounidenses formularon la acusación contra Martín Olivares, mientras que a Itriago se le formularon cargos en enero de 2013. Los dos hombres se encuentran en libertad: fugitivos para el gobierno de Estados Unidos, pero tan sólo como exfuncionarios para el gobierno de Venezuela.
Análisis de InSight Crime
Aunque es fácil leer todo lo que sucede entre Estados Unidos y Venezuela a través de un lente político, no parece que la decisión tomada por el gobierno estadounidense de hacer públicas las acusaciones tuviera una motivación política.
"El hecho de que fueran abiertas sin mucha ostentación indicaría que no se trata de una táctica intencional para manipular al gobierno venezolano", comentó a InSight Crime David Smilde, miembro sénior en la Oficina de Washington para Asuntos de América Latina (WOLA).
Sin duda, no es de sorprender que las autoridades estadounidenses estén entablando procesos contra altos funcionarios venezolanos por narcotráfico. En mayo, el Wall Street Journal informó que los fiscales de Estados Unidos están investigando a funcionarios del gobierno de alto rango, incluyendo al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, por nexos con tráfico de cocaína.
El Tesoro Estadounidense ha incluido en su lista negra a varios influyentes funcionarios venezolanos, de ésta y anteriores administraciones, por presunta participación en narcotráfico, y en julio de 2014, las autoridades estadounidenses ordenaron el arresto de Hugo Carvajal, el exdirector de inteligencia militar de Venezuela (Un juez de Aruba liberó a Carvajal unos días después, aduciendo que su detención había sido irregular, dado que estaba amparado por la inmunidad diplomática).
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Así, es poco probable que las noticias de las acusaciones formales contra Martín Olivares e Itriago tengan un impacto sustancial en las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos, que han sido tensas durante años. De hecho, la revelación de las acusaciones puede haber sido principalmente una maniobra táctica, más que política.
Las autoridades de Estados Unidos " probablemente decidieron que hacer públicos los nombres facilitaría su arresto, más que dificultarlo", agregó Smilde.
Es de anotar que fuentes no identificadas declararon al Wall Street Journal que Martín Olivares ha pasado algún tiempo recientemente en Panamá y España, donde por poco evitó ser detenido. Esta revelación de las acusaciones podría dar a las autoridades en esos países un mayor incentivo para capturar al fugitivo internacional.
La maniobra también podría ser un intento por parte de las autoridades estadounidenses de ejercer alguna influencia sobre dónde enfrentarán Martín Olivares e Itriago su juicio en caso de que sean arrestados por fuera de Venezuela. En 2010, Colombia extraditó a Venezuela a Walid Makled —importante narcotraficante que afirmaba que todos sus socios eran generales del ejército—, desairando a Estados Unidos. En febrero de este año, una corte venezolana sentenció a Makled a sólo 14 años en la cárcel y lo absolvió de varios delitos.
Entre tanto, el hecho de que tanto Martín Olivares como Itriago sean exagentes de policía sugiere que el ejército de Venezuela no tiene un monopolio entre las fuerzas de seguridad en lo que respecta al narcotráfico de alto nivel. Se dice que Martín Olivares y Carvajal supuestamente trabajaron en estrecha colaboración, un indicio de que algunos miembros del ejército pueden haber interactuado con otros organismos estatales en que simples operaciones de seguridad.
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Esta coordinación entre agencias al parecer va más allá de lo meramente policial-militar. Un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos declaró anteriormente que ha “amplia evidencia” de que Cabello es un miembro clave o incluso la cabeza de un "cartel" conformado por militares y funcionarios del gobierno que se cree están involucrados en narcotráfico.
Esta corrupción rampante entre funcionarios ha facilitado el rol de Venezuela como país clave en el tránsito de drogas: se cree que cada año pasan por el país unas 200 toneladas de cocaína colombiana.