Un violento ataque contra un edificio de tribunales pocos días después de la condena a los cabecillas de la organización criminal más notoria de Argentina bajo cargos de narcotráfico demuestra que la culminación del ambicioso caso contra el grupo no les ha quitado la capacidad de sembrar caos.
El 10 de diciembre, pistoleros atacaron el juzgado principal de la ciudad de Rosario, sede de la organización criminal conocida como “Los Monos”, según informó La Nación.
Este es el quinto ataque de este tipo en un lapso de pocos meses. El Ministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe, donde se encuentra Rosario, comentó que las autoridades sospechan que el ataque puede tener relación con el cierre de un club nocturno que era una de las principales fuentes de financiamiento de Los Monos.
El ataque ocurrió pocos días después de que un juzgado federal de la ciudad en una sentencia inédita condenara a 34 miembros de la organización criminal a penas de prisión por narcotráfico.
Los dos jefes de la organización, Ariel Máximo Cantero, alias “Guille”, y Jorge Emanuel Chamorro, alias “Ema”, recibieron sentencias de 15 y 17 años de prisión, respectivamente.
Además, Vanesa Barrios, esposa de Cantero, y Jésica Lloan, compañera de Chamorro recibieron penas de 12 años tras las rejas. La madre de Cantero, Patricia Celestina Contreras, fue sentenciada a 8 años de reclusión.
A las mujeres se las acusa de coordinar la producción de narcóticos y la logística de las ventas, bajo las órdenes de Cantero y Chamorro, mientras estaban recluidos en la cárcel de Piñero, ubicada a 20 kilómetros de Rosario. Cantero purga una sentencia de 22 años por chantaje y homicidio; Chamorro cumple 12 años por liderar una organización criminal.

El fiscal Federico Reynares Solari declaró que estaba satisfecho con la última sentencia y señaló que los juzgados habían alcanzado los “niveles de organización más altos”.
El abogado defensor, Fausto Yrure, declaró que no creía que la evidencia presentada en el juicio demostrara la responsabilidad de sus clientes y confirmó que apelará la sentencia.
Los Monos, dirigida por miembros de la poderosa familia Cantero, es una de las organizaciones criminales más célebres de Argentina. Controlan principalmente el tráfico de estupefacientes en Rosario, ciudad estratégica ubicada sobre el río Paraná, que sirve de punto de tránsito para los cargamentos de drogas procedentes de los vecinos Bolivia y Paraguay.
A ellos se les atribuyó una ola de violencia en 2013, que hizo de Rosario una de las ciudades más violentas de Argentina.
Más recientemente la tasa de homicidios cayó. Pero una serie de amenazas y violentos ataques contra jueces, fiscales y testigos implicados en el caso ha prendido las alarmas.
Análisis de InSight Crime
Se espera que la más reciente condena contra los jefes de Los Monos sea el golpe de gracia para la organización criminal, pero los ataques que han seguido a su reclusión muestran que el grupo sigue ejerciendo control en Rosario.
El caso contra Los Monos no tuvo paralelo en Rosario. Después de haber controlado las actividades criminales de la ciudad por casi dos décadas, el grupo enfrentó por primera vez un juicio por narcotráfico. La condena de tantos miembros del grupo fue la culminación de una de las investigaciones más ambiciosas asumidas por las autoridades del país suramericano. Más aún, los cabecillas del grupo fueron a prisión, lo que demuestra que los fiscales investigaron a Los Monos en todos los niveles, algo particularmente difícil de hacer en lo que respecta a clanes familiares.
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La investigación, llamada “Los Patrones”, reveló lo que muchos sabían pero no habían logrado demostrar, al menos con esa profundidad, hasta ahora: la colusión policial con las organizaciones criminales y la corrupción del sistema penitenciario que permitió a Los Monos actuar con libertad.
Cuando las autoridades allanaron la celda de Chamorro en 2015, descubrieron una línea telefónica fija y un teléfono móvil donde había guardado detalles de contacto de agentes de policía, un agente antinarcóticos y el jefe de la Barra Brava de Rosario Central, quien es objeto de una investigación en curso.
Al dictar sentencia, en abril de este año, a varios agentes de policía que colaboraron con Los Monos, las autoridades enviaron un mensaje contundente de que no se tolerará la corrupción dentro de los organismos de seguridad. Pero la oleada de amenazas y ataques violentos contra jueces, fiscales y testigos, ordenada supuestamente por los cabecillas del grupo desde la prisión, muestra que su poder puede seguir intacto.