La solicitud de Argentina de extraditar a un jefe criminal serbio es un indicio de los largos tentáculos que ha extendido en Latinoamérica la mafia de los Balcanes —un grupo que, con los años, se ha convertido en una de las principales organizaciones narcotraficantes de Europa—.
Zoran Jaksic fue detenido en julio de 2016 en el departamento de Tumbes, Perú, cuando intentaba cruzar la frontera hacia Ecuador. El ciudadano serbio es presuntamente uno de los principales miembros del Grupo América, una organización criminal de Europa Oriental que trafica drogas desde Suramérica a través del Atlántico.
Tras la captura de Jaksic, de 57 años de edad, Juan Pablo Salas, fiscal federal de Morón, Argentina, solicitó su extradición, según le dijeron fuentes oficiales a PERFIL. El fiscal también había solicitado la captura de Jaksic en septiembre de 2008, acusándolo de ser el jefe de una organización que traficaba cocaína líquida a Europa, informó PERFIL.
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Las evidencias de las actividades criminales de Jaksic en Argentina comenzaron a surgir el año anterior, cuando una mula brasileña fue detenida en el aeropuerto de Ezeiza. Más adelante los detectives descubrieron que Jaksic había creado una estructura criminal que obtenía cocaína en Perú y Ecuador, la licuaba y la exportaba a Europa por mar en botellas de vino San Juan. Se sospecha que Jaksic ingresó ilegalmente cientos de toneladas de cocaína a los Países Bajos y Bélgica.
Una operación internacional contra dicha estructura obligó a Jaksic a huir de Argentina. Fue detenido en Madrid en 2009 y extraditado posteriormente a Grecia. Sin embargo, según el informe de PERFIL, fue liberado y más tarde regresó a Suramérica.
Las autoridades peruanas se encuentran investigando los posibles vínculos de Jaksic con narcotraficantes que operan en uno de los puertos clave para la salida de drogas en Perú: Callao, entre los que se encuentra el jefe criminal Gerald Oropeza, actualmente detenido.
Varios países ya habían emitido órdenes de arresto contra el ciudadano serbio, quien al parecer tenía más de 40 identidades falsas y múltiples pasaportes.
Análisis de InSight Crime
Jaksic parece haber sido una importante conexión del grupo criminal balcánico en Suramérica, en su intento por llevar sus operaciones de tráfico de cocaína más cerca de la fuente. Los grupos de Europa del Este han estado traficando drogas desde Suramérica a través del Atlántico durante décadas, pero desde 2004 han intensificado su papel en el narcotráfico internacional, según le dijo a InSight Crime Stevan Dojcinovic, periodista del Proyecto de Investigación sobre la Corrupción y el Crimen Organizado (OCCRP por sus iniciales en inglés).
Por ese entonces, numerosos traficantes de los Balcanes, incluyendo serbios y montenegrinos, se unieron y comenzaron a cooperar para transportar cargamentos más grandes —de toneladas de drogas al mes— desde Suramérica, dijo Dojcinovic. Actualmente, los principales grupos del narcotráfico de Europa están conformados por serbios y montenegrinos.
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A pesar de que algunos de sus principales cabecillas han sido arrestados, los balcánicos siguen dirigiendo una intrincada red que se extiende por varios continentes y conecta diversas organizaciones criminales alrededor del mundo. Los traficantes usualmente les compran la droga a ciudadanos peruanos —sus contactos más cercanos— colombianos y bolivianos, explica Dojcinovic. Luego envían en un solo cargamento unas 2 toneladas métricas directamente a Europa o a través de Suráfrica. Entre los principales puertos de entrada a Europa se encuentran España, Holanda y Grecia.
Una gran parte de las drogas son llevadas luego a Italia. Los traficantes balcánicos tienen buenas relaciones con la mafia italiana, que les permite utilizar el país para vender grandes cantidades de cocaína a otras organizaciones europeas.
Durante mucho tiempo, la figura principal de la mafia de los Balcanes en Suramérica fue Darko Saric, un ciudadano serbio-montenegrino que fue acusado de traficar 5,7 toneladas métricas de cocaína a Europa. Se estima que la organización de Saric ganó más de mil millones de euros (US$ 1,1 mil millones) por año operando rutas por Colombia, Argentina, Uruguay y Brasil, y que tenía vínculos con grupos criminales rusos, italianos y colombianos. Después de cuatro años de permanecer oculto, Saric se entregó a las autoridades serbias en 2014, y al año siguiente fue condenado a 20 años de prisión.
Se cree que Saric tenía vínculos con el Grupo América, que es una de las redes de los balcánicos en Suramérica. Esta organización ha estado traficando cocaína a Europa desde la década de los noventa y cuenta con varios líderes —aunque Jaksic no es uno de ellos, según le dijo Dojcinovic a InSight Crime—. El reportero de OCCRP explicó que Jaksic es supuestamente el hombre de confianza de un jefe serbio conocido como Mileta Miljanic, que reside en la ciudad de Nueva York y es ciudadano estadounidense.
Otro socio importante de los balcánicos en el Cono Sur era Goran Nesic, alias “Ciga”, quien trabajó con Saric y con el Grupo América. Nesic era supuestamente el principal cabecilla criminal de Serbia en Brasil, donde durante años les suministró drogas a los grupos criminales de los Balcanes. Fue arrestado en la nación suramericana en el año 2011.
Si bien los traficantes serbios y montenegrinos han mejorado su posición en Suramérica durante la última década, es poco probable que hayan suplantado a las operaciones locales de la mafia italiana, que ha estado en la región por décadas y se ha extendido por toda Latinoamérica y el Caribe. Un reciente informe de la Unión Europea todavía ubica a los grupos criminales colombianos e italianos a la cabeza del tráfico de cocaína hacia Europa.