El último de una serie de arrestos contra la emergente organización criminal de los Giraldos puede estar inclinando la balanza del conflicto a lo largo de la costa caribe de Colombia, donde la fuerza criminal dominante del país, Los Gaitanistas, está enfrentando serios desafíos a su autoridad.

Se cree que actualmente los Giraldos es la única organización criminal que está atacando agresivamente a Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, Urabeños y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), en su propia casa, el caribe colombiano. Las confrontaciones entre estas dos organizaciones ayudaron a hacer de la turística capital de Santa Marta uno de los lugares más violentos de Colombia el año pasado, según una organización que monitorea la violencia, la cual recientemente clasificó a la ciudad colonial como la 29ª más violenta del mundo.

El conflicto ha atraído la atención de las fuerzas de seguridad colombianas, que recientemente anunciaron la captura de un presunto jefe de los Giraldos, Avelino Gómez Castro, alias “Peker”. Fue detenido en Santa Marta el 25 de febrero como parte de una operación militar. Es acusado de manejar una red de extorsión y secuestro en la ciudad costera y de actuar como el jefe financiero de los Giraldos, que también se conoce como la Oficina del Caribe (un juego de palabras a partir de la Oficina de Envigado, la red narcotraficante y de sicarios que Pablo Escobar creó en Medellín y que se mantiene activa hoy en día). Ex miembro de la antigua organización paramilitar, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Peker es el miembro de más alto perfil de los Giraldos en ser capturado hasta el momento.

Los Giraldos están vinculados con el ex comandante de las AUC, Hernán Giraldo, alias “El Viejo,” comandante que era conocido por su crueldad y uno de los 13 paramilitares extraditados de Colombia a Estados Unidos en 2008. En los últimos años, miembros de su familia comenzaron a reclutar a miembros desmovilizados del bloque paramilitar que alguna vez dirigió Giraldo, el Bloque Resistencia Tayrona. Su objetivo era formar un ejército privado para expulsar a su rival, la organización neoparamilitar de las AGC, y recuperar las redes que previamente había controlado Giraldo.

Las AGC reaccionaron rápida y violentamente, declarando la guerra en folletos distribuidos alrededor de Santa Marta. A medida que el conflicto se intensificó, la tasa de homicidios en Santa Marta y sus alrededores se disparó. Cientos de personas fueron desplazadas, mientras que varios líderes comunitarios en la zona de conflicto fueron asesinados. A finales de 2012, Santa Marta había entrado en la lista de las 50 ciudades más peligrosas del mundo.

Análisis de InSight Crime

Desde el año pasado, las AGC se han envuelto en numerosas guerras territoriales. Ellos están enfrentados a la organización narcotraficante de los Rastrojos, en el suroeste del departamento del Valle Del Cauca, así como a la Oficina de Envigado en Medellín. Estas guerras parecen ser parte de una estrategia que, de ser exitosa, le dará a las AGC influencia sobre casi todos los puntos más importantes de exportación de cocaína en Colombia. Estos incluyen: la costa Pacífica en el territorio suroeste de los Rastrojos; la ciudad de Medellín, que sirve como centro de tránsito para el resto del país, y la costa caribe en el norte.

La guerra por Santa Marta se destaca dentro de estos otros conflictos, ya que es la única gran disputa territorial en la que las AGC no son los agresores; sino que es su control de una región el que está siendo desafiado. No es sorprendente que gran parte del conflicto tenga lugar en Santa Marta, que representa un mercado criminal lucrativo. La organización criminal que controle Santa Marta puede supervisar los cargamentos de droga que salen de la costa y recaudar los ingresos de los esquemas de extorsión local. La ciudad también se encuentra en la ruta principal de contrabando de gasolina que se proviene de Venezuela.

Si bien la violencia ha disminuido de alguna manera durante los primeros meses de 2013, hay pocas señales de que el conflicto esté amainando. Las acusaciones formuladas en contra de Peker, y otros miembros de los Giraldos recientemente arrestados, sugieren que el grupo ha logrado establecer un control sobre al menos algunas actividades criminales en la region.

Sin embargo, los Giraldos enfrentan algunos desafíos significativos al enfrentar a las AGC, y es probable que la batalla sólo se vuelva más difícil con Peker fuera del escenario. En un indicio del tipo de recursos que las AGC pueden movilizar, un presunto asesino arrestado recientemente en Santa Marta fue acusado de formar parte de una red de 20 sicarios de las AGC, enviados a la ciudad. Tras una pelea con la organización criminal más fuerte de Colombia, y habiéndose alzado como un obstáculo a la estrategia nacional de las AGC, los Giraldos probablemente tendrán dificultades para aferrarse a cualquiera que sean las escasas ganancias que han obtenido hasta el momento.