El estado fronterizo de Chihuahua, México, enfrenta un resurgimiento de crímenes violentos, pero la disputa parece tener más que ver con flujos de ingreso locales que con rutas internacionales de narcotráfico.
Datos del gobierno mexicano muestran que Chihuahua registró un total de 791 homicidios con arma de fuego en 2016, 40 por ciento sobre el mismo tipo de homicidios registrados en 2015.
La violencia se ha mantenido en 2017. Según estadísticas obtenidas por InSight Crime de la Procuraduría General del Estado de Chihuahua, en los primeros dos meses de este año aparece un registro de 321 muertes.
Muchos de esos homicidios parecen atentados contra personas particulares y en muchos casos hay indicios de que una ola de ataques reciente tiene que ver con el crimen organizado y con el microtráfico local.
El 20 de marzo, por ejemplo, la Procuraduría General del Estado de Chihuahua confirmó la muerte del que se sospechaba era el jefe local del crimen, César Raúl Gamboa Sosa, alías "El Cabo", en una confrontación con un grupo rival el día anterior.
Menos de una semana antes, el 14 de marzo, pistoleros civiles atacaron a un grupo de agentes de policía en la ciudad de Bachíniva, al sur de Ciudad Juárez, en el centro del estado de Chihuahua. La confrontación dejó un agente muerto y dos heridos en un ataque parecido al que ocurrió en la misma zona una semana antes.
El 5 de febrero, tres estudiantes fueron asesinados en una taquería de Ciudad Juárez, la mayor ciudad del estado. Los fiscales alegan que los tres estaban invoclucrados en el microtráfico.
El 23 de enero, resultaron dos personas muertas y dos heridas después de sufrir una emboscada mientras conducían por Villa Bravo en Ciudad Chihuahua. La policía halló más de 300 casquillos de .223 mm y 7.62 x 39 mm en la escena del crimen, munición para rifles de asalto AR-15 y AK-47. Los fiscales de Chihuahua han declarado que las víctimas eran presuntos miembros de La Línea, uno de los principales grupos del crimen organizado del estado.
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El procurador general del estado de Chihuahua, César Peniche, reconoció el año pasado que "Desde principio de año [2016] empezó a reflejarse en la estadística un aumento en el número de homicidios, tanto en Ciudad Juárez como en Chihuahua y algunos otros municipios".
Pero los enfrentamientos no son solo urbanos. En un hecho especialmente dramático, el 12 de octubre de 2016, una gran caravana de hombres fuertemente armados enfrentaron a la policía cerca de la población de Madera en un tiroteo que duró varias horas y dejó diez muertos, entre ellos tres policías municipales.
El 27 de octubre, pistoleros mataron a siete personas en un motel en las afueras de Ciudad Juárez, en un tiroteo que según los fiscales tenía relación con la puja por el narcomenudeo en las calles.
Análisis de InSight Crime
La reciente ola de crímenes en Ciudad Juárez y Chihuahua es diferente de la hiperbólica violencia del periodo 2008-2012, pues la contienda parece centrarse mayormente en el microtráfico en lugar de ser una batalla más amplia por el control de las rutas de droga.
"Nosotros lo atribuimos [repunte de violencia], según información de inteligencia, al reposicionamiento de algunas organizaciones delictivas en la disputa por el territorio para la venta de narcomenudeo", explicó Peniche, y citó de manera específica el negocio de metanfetaminas como punto crítico.
Aunque los hechos de violencia en el mundo del microtráfico se hayan hecho más frecuentes, Chihuahua no está viviendo un alza similar de taxistas o vendedores ambulantes, quienes muchas veces trabajan como informantes y vigías para los grupos del crimen organizado que se dedican al contrabando transfronterizo de drogas.
Además, el aumento de la violencia en el hampa no parece acompañado del aumento correspondiente en muerte de residentes inocentes o agentes y capitanes de la policía local. El número de secuestros denunciados en Chihuahua en 2016 es de cerca de 7 por ciento de lo registrado en 2011. Aun cuando los crímenes violentos aumentaron en 2016, el estado registró solo nueve secuestros.
De hecho, los actuales niveles de violencia en el estado siguen estando muy por debajo de los niveles de violencia experimentados durante 2008-2012, cuando los carteles de Juárez y Sinaloa se disputaban el control del lucrativo corredor de Juárez. Por ejemplo, en 2010 Chihuahua registró 3.210 homicidios con arma de fuego. Desde 2010, sin embargo, el grado de violencia general en Chihuahua disminuyó. El estado registró 2.382 muertes con arma de fuego en 2011, 1.093 en 2012, y bajó a 393 en 2013.
Desde 2012, Ciudad Juárez ha gozado de mejoras importantes en su seguridad general. Y la reciente ola de crímenes no ha acabado con la tendencia del mejoramiento de la seguridad para los ciudadanos ordinarios. Hasta ahora, la violencia parece concentrarse, en gran parte, en pequeños distribuidores de droga o en zonas rurales como la Sierra Madre.
"El actual repunte en Chihuahua y Ciudad Juárez probablemente tiene mucho que ver con la competencia dentro de Chihuahua por el control del tráfico interno de heroína y metanfetaminas. Las muertes que estamos viendo parecen de personas de bajo nivel, traficantes callejeros", señaló el investigador Julián Cardona, de Ciudad Juárez, a InSight Crime.
La investigadora Molly Molloy, de la Universidad Estatal de Nuevo México, coincidió en sus apreciaciones a InSight Crime, "Gran parte de la violencia en Juárez puede tener relación con las pandillas callejeras locales y su lucha por el control de territorio para la venta de heroína y metanfetaminas. Matan personas porque quieren vender drogas. Es ahí donde se genera la violencia. Hay pandillas callejeras violentas que controlan los barrios y luchan entre sí".
La dinámica se complica con el hecho de que los grupos narcotraficantes internacionales a menudo usan las pandillas callejeras locales como soldados y vigilantes. El Cartel de Sinaloa, por ejemplo, ha estado aliado con grupos como Los Artistas Asesinos y Los Mexicles, mientras que el Cartel de Juárez tiene su propio brazo de vigilancia y control, La Línea, así como una alianza con la pandilla callejera y carcelaria Barrio Azteca.