Un nuevo arresto en contra de uno de los hermanos del líder de Los Gaitanistas, pone en jaque al grupo que sigue perdiendo hombres con experiencia, sin tener tregua en su lucha contra el gobierno de Colombia.
El 22 de agosto, el presidente de Colombia, Iván Duque, anunció la captura de Carlos Mario Úsuga David, alias “Cuarentano”, señalado de ser el jefe financiero de la organización criminal conocida como Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, Urabeños y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
Alias Cuarentano, fue detenido por la Policía Nacional en la ciudad de Montería, capital del departamento de Córdoba en el noroeste de Colombia. Desde hace varios meses, las autoridades le venían siguiendo la pista en la región del Bajo Cauca antioqueño, bastión de este grupo.
Su hermano, Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, líder de este grupo, le designó el control económico de la organización después del arresto de Nini Johana Úsuga, alias ‘La Negra”, en diciembre de 2013, quien en ese entonces manejaba las finanzas.
El director de la Policía Nacional, Óscar Atehortúa Duque, aseguró: "Cuarentano, recolectaba el dinero proveniente de la minería ilegal, las extorsiones y manejaba todas las finanzas del tráfico de estupefacientes hacia Centroamérica y Europa".
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Las pruebas recogidas por las autoridades, indican que Carlos Mario Úsuga operaba desde los departamentos de Chocó, Antioquia, Córdoba, Bolívar, Sucre, Atlántico y Magdalena, desde donde coordinaba la salida de droga de las AGC con destino a los mercados internacionales.
Análisis InSight Crime
La captura de Cuarentano se convierte en un nuevo golpe crítico que recibe la cúpula de las AGC como resultado de los esfuerzos institucionales centrados en desarticular esta organización criminal.
No es la primera vez que las autoridades golpean al círculo de confianza de Otoniel, conformado en su mayoría por familiares. En 2018, capturaron a dos de sus hermanos, Eusebio Úsuga David, alias “Chengo”, y Fernando Umbeiro Úsuga, alias “Palillo”, considerados como fichas claves en el manejo del narcotráfico al interior de la organización.
En menos de seis años años, Otoniel ha sufrido la detención de 16 miembros de su entorno familiar, producto del trabajo conjunto entre el Ejército y la Policía.
Estos esfuerzos unificados tienen como protagonista la Operación Agamenón. Dicha estrategia, fue lanzada en febrero de 2015 liderada por un bloque elite de la policía, cuya misión era desarticular esta estructura criminal y capturar a su cabecilla, Otoniel. Dos años después, en junio de 2017, se reforzó este operativo mediante el lanzamiento de Agamenón II, cuyo cambio estaba marcado por la participación de las Fuerzas Armadas.
Si bien en los cuatro años de vigencia de esta operación, se ha logrado la neutralización de importantes cabecillas como “Gavilán”, “Inglaterra”, “Nicolás” y “El Indio”, aún no se ha podido contrarrestar su pieza más importante, su máximo cabecilla.
Detrás de Otoniel, hay una circular roja de Interpol y una recompensa de las autoridades locales que asciende a la suma de 3.000 millones de pesos (US$1 millón). Fuentes de inteligencia, aseguran que el paradero de este criminal estaría cerca al Nudo de Paramillo, una zona selvática y montañosa de difícil acceso, ubicada en el norte de Colombia.
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Por ahora, el gobierno nacional no da señales de abrir un camino de negociación, como se había contemplado en la anterior administración. El fortalecimiento de la operación Agamenón II Plus y el lanzamiento de la Fuerza de Tarea Aquiles en Antioquia, son mensajes claros del tipo de estrategia de mano dura que piensa seguir la Presidencia.
Este tipo de medidas, reducen el margen de maniobra que tendría Otoniel. A pesar que su estructura criminal cuenta con aproximadamente 1.500 hombres en armas, el reemplazo de hombres de mayor experiencia y confianza no ha sido una tarea sencilla.
Después de la caída de Cuarentano; Darío Úsuga Torres, alias “Pueblo” y Jesús Ávila Villadiego, alias “Chiquito Malo”, serían las nuevas piezas claves de esta organización y los últimos nombres de una larga lista que al parecer se están quedando sin sustitutos veteranos.