Una filial de una de las corporaciones bancarias más grandes de Estados Unidos ha admitido haber incurrido en comportamientos criminales al no investigar adecuadamente decenas de millones de dólares en transferencias sospechosas de dinero a México, lo que pone de relieve el importante papel que juegan las instituciones financieras de Estados Unidos en el lavado de dinero de las organizaciones criminales latinoamericanas.
Banamex USA, filial del conglomerado bancario estadounidense Citigroup, ha aceptado su responsabilidad por "violaciones criminales al no asegurar el efectivo cumplimiento de un programa contra el lavado de dinero [...] y deliberadamente no presentar los informes de actividades sospechosas", como dice en un comunicado de prensa del 22 de mayo del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
A cambio de cooperar con la investigación del gobierno, pagar una multa de US$97 millones y admitir que cometió irregularidades, el banco no será procesado formalmente por infringir la ley.
Entre 2007 y 2012, Banamex emitió internamente unas 18.000 alertas sobre transacciones sospechosas que involucraban un total de más de US$142 millones en remesas a México a través del banco. Sin embargo, Banamex investigó menos de diez de dichas transacciones, y solamente alertó a las autoridades de Estados Unidos sobre nueve operaciones sospechosas durante dicho período de cinco años.
Como parte del acuerdo con el Departamento de Justicia, el banco "reconoció que debió haber mejorado el monitoreo de [...] las remesas, pero no lo hizo", según se lee en el comunicado de prensa.
“Cuando [Banamex] comenzó a ampliar sus negocio de procesamiento de remesas en 2006, [Banamex] entendió la necesidad de mejorar sus medidas contra el lavado de dinero, pero no hizo las mejoras necesarias para controlar y monitorear las transacciones o para asignar nuevo personal para dichas tareas”, dijo el Departamento de Justicia.
Esta no es la primera vez que Banamex ha debido pagar sanciones por la laxitud en sus actividades de monitoreo.
Según el Departamento de Justicia, el banco pagó "una multa de US$140 millones por un proceso civil" en julio de 2015 con el fin de resolver investigaciones independientes, pero relacionadas. Además, en marzo de 2017 las autoridades estadounidenses sancionaros a varios altos exejecutivos de la empresa por razones relacionadas con el caso.
"Como parte de esas acciones, dos ejecutivos fueron multados y se les prohibió trabajar en instituciones financieras en el futuro, uno fue multado, y a otro se le prohibió trabajar en las instituciones financieras en el futuro", dice el comunicado de prensa.
Por su parte, Citigroup emitió un comunicado en el que dice que "aceptaba con gusto resolver estos asuntos, con los cuales se concluyen todas las restantes investigaciones abiertas", y explicó que está cerrando gradualmente a Banamex, con junio de 2017 como fecha de liquidación.
Análisis de InSight Crime
Aunque el Departamento de Justicia no especifica si alguna de las operaciones de Banamex en cuestión fue utilizada para lavar dineros del crimen organizado, las transferencias de remesas son una de las muchas maneras en que los grupos criminales mexicanos envían a México el dinero obtenido mediante actividades ilícitas en Estados Unidos. Y Citigroup no es la primera gran compañía bancaria internacional en ser acusada de no detener las transacciones sospechosas de este tipo.
Como InSight Crime lo ha señalado, la lista de importantes entidades bancarias que han enfrentado amonestaciones similares por parte de las autoridades estadounidenses es bastante larga. El caso quizá más famoso es el del banco multinacional británico HSBC, que debió pagar una multa de US$1.9 mil millones en 2012, en parte por permitir que los carteles mexicanos y colombianos lavaran casi US$900 millones de ganancias criminales usando filiales del banco estadounidense.
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Vale la pena señalar las semejanzas entre el caso de HSBC y el reciente caso que involucra al Citigroup. Ambas entidades financieras admitieron que no habían establecido los mecanismos adecuados para prevenir el lavado de dinero en México, pero ambas evadieron los enjuiciamientos cooperando con las autoridades y pagando multas.
Aunque las penalidades financieras pagadas por los bancos en estos casos pueden parecer grandes, son en realidad poco más que una amonestación, si se consideran las grandes ganancias obtenidas por estas instituciones año tras año.
Observemos, por ejemplo, el caso del desaparecido Banco Wachovia, que fue comprado por Wells Fargo en 2008. Como parte de un acuerdo de "enjuiciamiento diferido" con el Departamento de Justicia de Estados Unidos —bastante similar al reciente acuerdo con Banamex—, Wachovia acordó pagar una multa de US$160 millones por "dejar intencionalmente" de implementar medidas contra el lavado de dinero durante un período de cinco años. Sin embargo, dicha multa representó menos del 2 por ciento de las ganancias del banco durante cualquiera de esos años, informó The Guardian.
En cuanto al reciente incidente con Banamex, el valor de las acciones de Citigroup perdió menos del 1 por ciento en el mercado tras el anuncio oficial de la multa, informó el New York Times.
El hecho de que muchas empresas bancarias sigan estando implicadas en permitir el blanqueo de capitales a través de sus instituciones sugiere que los enjuiciamientos diferidos y la ausencia de juicios tienen un efecto disuasivo mínimo. Entonces las instituciones financieras —cuyo principal objetivo es maximizar sus beneficios— no ven la necesidad de invertir recursos en mecanismos de supervisión, si pierden poco cuando son atrapadas y continúan obteniendo ganancias si no lo son.
Las autoridades estadounidenses han argumentado que las instituciones financieras más importantes son demasiado fuertes como para que el gobierno las pueda llevar ante la justicia, o que enjuiciarlas demasiado agresivamente por sus infracciones podría afectar a la economía de Estados Unidos o incluso a la economía mundial debido al enorme tamaño e importancia de estas empresas. Sin embargo, los críticos han respondido que esta filosofía de "demasiado importantes como para enjuiciarlas" ha impedido los esfuerzos por imponer mayores sanciones a los bancos por sus irregularidades, en sus acuerdos con las autoridades.
Algunos bancos estadounidenses han tomado medidas para evitar ser involucrados en actividades criminales. Pero los expertos han argumentado que la falta de incentivo de las instituciones financieras para ejercer controles internos significa que los gobiernos deben asumir un mayor papel en la detección e interrupción de los flujos financieros ilícitos que sustentan las actividades de los grupos criminales en México y en todo el mundo.