La captura de uno de los principales cabecillas de la organización criminal “Los Pachelly” en Antioquia, Colombia, ha sido una conquista para las autoridades, pero el control social que el grupo ejerce en la zona muestra que su poder permanece intacto, y que puede tornarse aún más violento.
El 11 de mayo, la policía de Colombia arrestó a Alexánder Uribe García, alias “Banano”, cabecilla de la banda Los Pachelly, en Bello, Antioquia. Banano figuraba en el cartel de los más buscados y presuntamente ofreció cerca de US$9 mil dólares (30 millones de pesos colombianos) a los policías para evitar su arresto.
Banano estaría involucrado en la desaparición de un hombre y habría participado en el secuestro de un menor de 14 años, reportó el General Eliécer Camacho.
El cabecilla también es señalado de ordenar homicidios, extorsiones, desplazamientos forzados, traficar drogas y de portar armas de fuego de manera ilegal.
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Las autoridades han dicho que la captura de Banano puede generar una escalada de violencia en esta zona, por lo que dispusieron medidas de seguridad. Entre estas extendieron el toque de queda para menores de edad entre las 10 pm y las 5 am y confirmaron la prohibición de dos pasajeros para las motos.
La escalada de violencia comenzó a manifestarse horas después de la captura, cuando la comunidad denunció amenazas emitidas por motociclistas y encapuchados por medio de videos que circularon en redes sociales.
La situación de seguridad no es para nada alentadora. En los primeros 4 meses del 2019, Bello ha registrado 55 muertes violentas, un aumento del 111,5 por ciento con respecto al mismo periodo del 2018, según informó El Colombiano.
Los Pachelly estarían disputándose el territorio en el municipio de Bello con otras bandas delincuenciales como “El Mesa” y “Niquía Camacol”.
Análisis de InSight Crime
La violencia que generó la captura del cabecilla de Los Pachelly no hace más que confirmar el poder que la organización tiene en Antioquia. De hecho, a pesar de estar fragmentados, el grupo criminal ha protagonizado un proceso de expansión y consolidación desde la firma de los Acuerdos de Paz en 2016.
Los Pachelly comenzaron a estar en el radar de las autoridades en el 2011 pero no fue hasta 2017 que comenzaron a tener presencia en Ituango, Antioquia, según reportes de Análisis Urbano. La llegada de la banda se habría dado gracias a la adquisición de la franquicia de Los Urabeños en ese municipio. Hoy su principal interés estaría en la compra de base de coca.
El grupo también consolidó alianzas con otras organizaciones criminales, incluyendo la disidencia del Frente 36 de las ahora desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), comandada por Ricardo Abel Ayala alias “Cabuyo”.
Fernando Alberto Jiménez Ruiz alias “Caníbal”, quien sería el enlace con esta disidencia, fue capturado por el Ejército de Colombia en agosto del 2018.
Además de Ituango, la Defensoría del Pueblo alertó sobre la presencia de este grupo en áreas urbanas de los municipios de San Andrés de Cuerquia, Toledo, Yarumal y Briceño en el norte de Antioquia. Allí estarían a cargo del microtráfico en el área urbana y en la producción de drogas, reclutamiento forzado y la explotación sexual infantil en la zona rural.
Actualmente, su máximo cabecilla es Antonio Henao Acevedo, alias “Albert”, quien figura en el cartel de los más buscados.
En el 2014, la facción tradicional al mando de Albert se habría enfrentado con la facción disidente comandada por Alejandro Mazo Pulgarín, alias “Titi”, capturado en enero de 2019, por desacuerdos en el manejo de las ganancias de sus actividades criminales.
Las capturas de alto nivel que se han dado, sin embargo, no parecen haber debilitado al grupo que, gracias a varias alianzas con grupos criminales importantes en la zona Los Pachelly continúan activos en el mundo criminal.