Un enorme esquema de lavado de dinero en China con la participación de colombianos llama la atención sobre la creciente interacción entre grupos criminales chinos y latinoamericanos.
Las autoridades estadounidenses acusaron a tres colombianos de participar en una operación criminal en China que, según dicen los abogados acusadores, ha lavado más de US$5 mil millones provenientes del narcotráfico en Estados Unidos, partes de África, Europa y varios países de Latinoamérica, informó Reuters.
Los presuntos cabecillas, identificados como Christian Duque-Aristizábal, alias "Juguete", y John Hincapié-Ramírez, alias "El Profe", esperan la extradición a Estados Unidos en Panamá y Colombia, respectivamente. El tercer sospechoso, Henry Poveda, alias "Calvo", está bajo custodia de Estados Unidos y en espera de una apelación, según su abogado.
Conocida como la "Empresa Guangzhou", el esquema consistía principalmente en giros de dinero de la droga a negocios chinos como casinos, fábricas y empresas importadoras y exportadoras. El dinero era luego utilizado para comprar bienes falsificados que eran enviados a nivel internacional e intercambiados por capital no ligado al narcotráfico.
Al parecer, los tres colombianos también blanqueaban dinero en su país de origen a través de negociantes, quienes les ofrecían a los importadores suramericanos dinero de la droga (en dólares) con descuento, a cambio de pesos colombianos "limpios", según informó el New York Times.
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En abril de este año, una mujer de Hong Kong llamada Yuling Luo se declaró culpable de lavado de dinero en relación con la Empresa Guangzhou. Autoridades estadounidenses han señalado que otros sospechosos siguen prófugos, pero aún no han hecho un señalamiento público.
Ninguno de los bancos o los narcotraficantes involucrados en el esquema han sido identificados. Las autoridades estadounidenses podrían investigar bancos chinos sospechosos si sus sucursales en Estados Unidos estuvieran implicadas en alguna de las supuestas transacciones financieras, dijo Jodi Avergun, abogado y exfuncionario de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés).
Análisis de InSight Crime
A medida que las economías legales de China y Latinoamérica se relacionan más, parece que algo similar ocurre entre sus submundos criminales. Las mafias chinas ya se han hecho sentir en Latinoamérica mediante extorsiones y el tráfico de personas, mientras que grupos como el Cartel de Jalisco Nueva Generación, de México, están buscando explotar el creciente mercado de cocaína de China. La Empresa Guangzhou es la señal más reciente de esta tendencia.
"Los criminales se aprovechan de cualquier vulnerabilidad", le dijo a InSight Crime Evan Ellis, profesor e investigador de Estudios Latinoamericanos en el US Army War College. "El incremento en el comercio transpacífico no sólo aumenta el flujo de mercancías —que crea oportunidades para el contrabando— sino que además permite que surjan relaciones entre las personas en actividades legales e ilegales".
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Como ejemplo de ello, el gran número de inmigrantes indocumentados chinos que entran a países latinoamericanos ha proporcionado una fuente importante de ingresos para las mafias chinas en la región. Según informes, los grupos criminales chinos pueden cobrar hasta US$60.000 por traer un inmigrante a países con costas en el Pacífico como Ecuador y Colombia, lo que a menudo es el primer paso en el largo viaje de los inmigrantes indocumentados a Estados Unidos.
A la par de estas relaciones, ha habido un aumento de bancos chinos y latinoamericanos que han abierto sucursales en ambos lados del Pacífico, donde hacen negocios con el fin de financiar proyectos y contratos internacionales. Esta infraestructura financiera puede ser explotada por los lavadores de dinero, especialmente dada la falta de coordinación entre autoridades y reguladores de China y Latinoamérica.
"Es un área relativamente más segura para [los delincuentes], pues pueden ocultar sus flujos de dinero porque no son fácilmente visibles", dijo Ellis.
Las autoridades de China y Latinoamérica están buscando abordar el tema, pero Ellis piensa que el lavado de dinero transpacífico no acabará en el futuro cercano.
"Es una tendencia emergente que estamos viendo y de la cual [veremos] más en el futuro", dijo.