Guatemala ha declarado en estado de emergencia una zona fronteriza donde dos comunidades locales empleadas por carteles mexicanos rivales luchan por el cultivo de amapola, conflicto local que es tan solo una batalla en una guerra regional por el mercado de la heroína.
El gobierno de Guatemala declaró "estado de sitio" el 11 de mayo en los municipios de Ixchiguán y Tajumulco del departamento de San Marcos, cerca de la frontera con México, luego de un brote de violencia entre los habitantes de ambos municipios con las fuerzas de seguridad. Según un comunicado de prensa divulgado el 11 de mayo por el Ministerio del Gobernación, el estado de emergencia estará en vigor por treinta días.
El ministro de Gobernación Francisco Rivas adujo que la medida era necesaria para desarmar a los civiles en la zona y restablecer el control de las autoridades, tras el fracaso de más de un año de discusiones con las partes en conflicto, informó Prensa Libre.
La zona lleva décadas sometida al conflicto entre las comunidades de los dos municipios, originariamente por problemas de control de la tierra y acceso al agua, pero los índices de violencia se han disparado más recientemente, según se dice, en parte por una lucha por el control de los cultivos para la droga. Según Prensa Libre y elPeriódico, la zona es usada para el cultivo de amapola de opio, cultivo base para el procesamiento de heroína.
Esto puede explicar porqué los civiles parecen preparados para defender su tierra con poder de fuego de tipo militar. Un video divulgado hace poco por el Ministerio de Defensa muestra un tiroteo entre soldados y habitantes locales, que parecen fuertemente armados. Y las autoridades decomisaron rifles de asalto M-16, AK-47 y AR-15 en un despliegue masivo de policías en marzo.
Con base en testimonios locales, elPeriódico informó que los habitantes de Tajumulco trabajan para el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), mientras que en la vecina Ixchiguán la amapola de opio está destinada al Cartel de Sinaloa.
Confrontación armada entre soldados y habitantes guatemaltecos en Tajumulco e Ixchiguán (cortesía de Prensa Libre)
Análisis de InSight Crime
Guatemala ha sido por mucho tiempo el patio trasero de los carteles mexicanos. El país centroamericano, importante zona de tránsito para la cocaína suramericana en su viaje hacia el norte, al mercado estadounidense, era un punto estratégico para Los Zetas, grupo mexicano del crimen que logró tomar el control de amplias franjas del mercado de la droga en Guatemala hasta su decadencia luego de 2012, mientras que el Cartel de Sinaloa siempre ha tenido presencia en Guatemala, donde al parecer es el principal comprador de estupefacientes en todo el país.
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Entretanto, el cultivo de amapola de opio en Guatemala —aunque difícil de calcular— sigue siendo motivo de preocupación para las autoridades. El más reciente informe sobre Estrategia Internacional del Control de Narcóticos, del Departamento de Estado de Estados Unidos informa que las autoridades guatemaltecas recientemente empezaron a emplear una nueva metodología para estimar el cultivo de amapola de opio. El informe calcula que el estimativo que usa la nueva metodología tuvo un "incremento pronunciado sobre estimativos anteriores", pero que "no hay datos independientes que apoyen o refuten ese estimado".
En los últimos años, el gobierno guatemalteco ha intentado enfrentar el problema del opio con varias medidas, desde campañas de erradicación forzada hasta programas de sustitución de cultivos. Sin embargo, las autoridades tuvieron problemas para controlar el cultivo en el departamento de San Marcos, eje tradicional de la amapola en el país.
Adicionalmente, las denuncias de que las comunidades de Ixchiguán y Tajumulco están enfrascadas en una guerra en nombre del Cartel de Sinaloa y el CJNG ilustran el efecto de los cambios en el hampa de México en la dinámica criminal por fuera de las fronteras mexicanas.
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El CJNG ha tenido un vertiginoso ascenso al poder en los últimos años, y se dice que el grupo está establecido en más estados mexicanos que el Cartel de Sinaloa. Además, diferentes informes señalan conflictos territoriales y luchas de poder entre los dos grupos narcotraficantes en todo México.
Con relación específica al negocio de la heroína, la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos anunció en 2016 que el CJNG (cuyas operaciones de tráfico en Estados Unidos están expandiéndose) y el Cartel de Sinaloa se están disputando el control del creciente mercado estadounidense de heroína.
Las sobredosis de heroína, un indicador del consumo total, se han triplicado en el transcurso de una década en Estados Unidos, y la adicción a los opioides se califica ahora de "epidémica" en el país del Norte. El auge de la demanda de heroína se ha atribuido a un abuso masivo de las prescripciones de opioides legales asociados a campañas agresivas de promoción —y una posible conducta criminal— de la industria farmacéutica estadounidense.
En este contexto regional, el conflicto en el departamento guatemalteco de San Marcos parece tan solo una batalla en una guerra más amplia por el control de una lucrativa industria ilícita.