Una investigación sobre los altos niveles de contrabando en Brasil llama la atención sobre la magnitud del problema y el modus operandi de las redes de contrabando responsables por pérdidas económicas de unos US$20 mil millones al año.
En una investigación que se llevó a cabo durante dos meses, llamada "Crimen sin castigo", el periódico brasileño Folha de São Paulo rastreó las rutas de contrabando desde los vendedores en países vecinos hasta los consumidores en Brasil, y demostró el enorme impacto económico del contrabando.
Folha descubrió que las redes de contrabando, que a menudo están vinculadas al tráfico de drogas y armas, se han vuelto más sofisticadas en los últimos años, construyendo una economía de mercado negro paralelo llevando miles de millones de dólares en cigarrillos, zapatos, ropa, artículos electrónicos, medicamentos y otros productos a Brasil.
Folha calcula que el contrabando le causó a la economía formal de Brasil pérdidas por US$20,1 mil millones en 2014, una cifra que se eleva a casi US$31 mil millones si se tienen en cuenta los ingresos fiscales que se dejan de percibir, según lo señala otro estudio, realizado por una ONG de desarrollo económico, conocida como Instituto de Desarrollo Económico y Social en las Fronteras (IDESF), citada por el periódico. En contraste, las autoridades brasileñas han logrado incautar sólo US$2,5 mil millones en mercancía de contrabando en los últimos cinco años, mientras que el resto ha pasado inadvertido gracias a sobornos, agencias de control sin el personal suficiente, y la enrome cantidad total de mercancías que pasa por Brasil.
Aunque Brasil tiene fronteras con diez países diferentes, Paraguay y Bolivia son las principales fuentes de contrabando, según Folha. De los países que envían mercancías a puertos brasileños, China es responsable de la mayor cantidad de contrabando, informó el diario.
Cigarrillos paraguayos
Anuncio en el que se censura el contrabando de cigarrillos en Brasil
En Brasil se contrabandearon 33 mil millones de cigarrillos el año pasado, es decir, uno de cada tres cigarrillos que se fuman en el país. Los cigarrillos son los principales productos que se introducen ilegalmente en Brasil procedentes de Paraguay, debido principalmente a grandes diferencias de precio. Mientras que el gobierno paraguayo establece un 13 por ciento de impuesto para los cigarrillos, el gobierno brasileño establece impuestos del 77 por ciento para este producto.
Según Folha, los cigarrillos de contrabando entran a Brasil principalmente a través de la región de la Triple Frontera, en límites entre Paraguay, Brasil y Argentina. Con el fin de contrabandear este producto, y otros, a través de la frontera, los compradores brasileños y los vendedores paraguayos reclutan a intermediarios, quienes se encargan de sobornar funcionarios, contratar vigilantes y guardias armados y transportar la mercancía. Los pagos se realizan mediante transferencias de dinero y todas las partes se comunican por teléfono con el fin de hacerle más difícil a la policía identificar y desmantelar las redes de contrabando si uno de los miembros del grupo es capturado.
Un vistazo de Folha TV al contrabando de cigarrillos en la ciudad de Foz do Iguaçu, en la Triple Frontera, y los compradores en São Paulo
Según Folha, las redes de contrabando usualmente emplean conductores que son reclutados en barrios pobres de ciudades en ambos países y a quienes les pagan alrededor de US$15 por un viaje de siete horas. Los productos son a menudo contrabandeados a Brasil por barco a través del lago Itaipú o el río Paraná, y luego se transportan en camiones o en vehículos personales hasta su destino final. Los contrabandistas que transportan las mercancías a través del lago Itaipú tienden a ser los más violentos, según Folha, ya que muchos están también involucrados en el tráfico de marihuana.
VEA TAMBIÉN: Cobertura sobre el contrabando
Un fiscal de la ciudad fronteriza de Foz do Iguaçu le dijo a Folha que las redes de contrabando tienden a dividir las tareas "como una cadena de producción", con individuos específicos a cargo de cada paso en la cadena de contrabando. En total, según el estudio del IDESF, hay alrededor de 15.000 personas directamente involucradas en el contrabando en la región fronteriza de Brasil y Paraguay.
El IDESF le dijo a Folha que, aunque hay individuos, conocidos como "sacoleiros", que compran pequeñas cantidades de mercancías en Paraguay para revenderlas en Brasil, la mayor parte del contrabando la realizan grupos altamente organizados. Algunos incluso roban autos para transportar las mercancías (según el estudio, alrededor del 60 por ciento de los vehículos utilizados para el contrabando son robados o comprados mediante préstamos que nunca se pagan).
Videorreportaje de Folha TV, en el que funcionarios de seguridad de Paraná, Brasil, hablan sobre el juego del "gato y el ratón" que mantienen con los contrabandistas
Textiles bolivianos
El año pasado, casi la mitad de las mercancías de contrabando incautadas en Brasil cerca de la frontera con Bolivia fueron camisas, pantalones, mantas o toallas, informó Folha. Estos textiles provienen principalmente de la ciudad boliviana de Santa Cruz y se introducen ilegalmente en Brasil por caminos secundarios que también son utilizados para el tráfico de armas. Por la noche, según Folha, los contrabandistas transportan mercancías en pequeños trenes operados con palancas manuales. La mercancía se almacena en casas y en pequeños hoteles en el municipio fronterizo de Corumba, antes de ser transportada a las principales ciudades brasileñas.
Así como en el caso del comercio de cigarrillos paraguayos, los compradores de mercancías de contrabando con frecuencia contratan intermediarios para supervisar la compra y el transporte de mercancías desde Bolivia. Según Folha, los intermediarios suelen pagarles a los choferes alrededor de US$765 para llevar un cargamento de contrabando a la ciudad de Campo Grande, estado de Mato Grosso do Sul, en el suroeste de Brasil, a unos 426 kilómetros de Corumba, y cerca de US$1.530 para llevar la mercancía a São Paulo.
Puertos brasileños
Santos, el puerto principal de Brasil, en São Paulo, recibe 15.000 toneladas de mercancía al año, lo que significa que la oficina de aduanas del país debe inspeccionar 800.000 contenedores anualmente. Dada la enorme cantidad de mercancías, las autoridades brasileñas utilizan un sistema de computación para identificar los buques que representan un alto riesgo de contener productos ilegales, pero sólo logran inspeccionar una fracción de los contenedores.
Informe de Fola TV sobre la manera como las autoridades brasileñas inspeccionan los contenedores en el puerto de Santos en São Paulo
Como resultado, el puerto de São Paulo se ha convertido en un centro de contrabando, y las redes de contrabando emplean diversas tácticas para introducir sus mercancías a Brasil. Según Folha, además de llenar contenedores de contrabando con la esperanza de que pasen inadvertidos, se sabe que los contrabandistas también reemplazan productos de alto valor con otros de bajo valor en el puerto. En uno de los casos, por ejemplo, los contrabandistas descargaban rápidamente contenedores cargados con productos electrónicos en el puerto y los llenaban de pelotas de Ping-Pong. Cuando las autoridades de aduanas inspeccionaban el envío, ya los artículos electrónicos iban muy lejos.
VEA TAMBIÉN: Noticias y perfiles de Brasil
Además, los contrabandistas burlan los controles aduaneros brasileños enviando sus productos a Paraguay. Dado que es un país sin salida al mar, Paraguay tiene un acuerdo con Brasil, que le permite al país recibir importaciones en puertos brasileños. Estos envíos son descargados y transportados directamente a Paraguay sin ser inspeccionados en Brasil. A veces las mercancías son descargadas clandestinamente en Brasil antes de que lleguen a la frontera con Paraguay, y otras veces son enviadas de nuevo a Brasil desde Paraguay, según Folha.
Las fuerzas de seguridad de Brasil hablan sobre la dificultad de patrullar la frontera en búsqueda de contrabandistas
Contrabando y crimen organizado en Latinoamérica
Como lo demuestran los ejemplos de la investigación de Folha, el contrabando a gran escala requiere una red organizada que se sustenta en la corrupción oficial. A menudo el contrabando también está ligado al tráfico de drogas y armas, dado que las rutas y las redes utilizadas para el transporte de armas y narcóticos también son usadas con frecuencia para otros tipos de contrabando.
En la frontera entre Colombia y Venezuela, por ejemplo, algunas de las redes y rutas utilizadas por los contrabandistas de combustible, como el conocido contrabandista colombiano Marcos de Jesús Figueroa García, alias "Marquitos", también se usan para el narcotráfico. Asimismo, como lo señala Folha, algunos de los contrabandistas paraguayos que trafican mercancías a través del lago Itaipú y en Brasil también están implicados en el tráfico de marihuana. En Perú, grandes organizaciones criminales también participan en el contrabando y organizan caravanas de vehículos cargados de mercancías de contrabando —conocidos como "culebras"— que van desde Bolivia hasta el sur de Perú.
Además, el contrabando a gran escala a menudo requiere connivencia con funcionarios de los niveles más altos. En Guatemala, por ejemplo, una de las figuras más influyentes en el proceso de selección de magistrados de la Corte Suprema y de jueces de la Corte de Apelaciones es un empresario que supuestamente hizo su fortuna vendiendo zapatos tenis de contrabando.
El contrabando de cigarrillos, específicamente los procedentes de Paraguay, también es un problema significativo fuera de Brasil, y afecta a países como Argentina y Bolivia. El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, es dueño de una importante compañía de cigarrillos, Tabesa, que ha sido acusada de beneficiarse de contrabando de cigarrillos en otros países latinoamericanos. En México, el contrabando de cigarrillos Tabesa ha sido vinculado con Los Zetas y el Cartel de Sinaloa, y en Colombia, grupos criminales y guerrilleros supuestamente utilizan cigarrillos para lavar dinero.
Aunque en una entrevista con Folha Cartes niega que su empresa es la fuente del contrabando de cigarrillos, las sospechas acerca del posible papel de Tabesa en el negocio del contrabando se ven aumentadas por el hecho de que Paraguay produce casi 25 veces la cantidad de cigarrillos necesarios para abastecer el mercado legal nacional, y Tabesa es una de mayores tabacaleras del país.