La reciente incautación de frascos de ketamina realizada por autoridades costarricenses, es una nueva prueba del crecimiento y diversificación del mercado de drogas sintéticas en Costa Rica.
En un retén realizado en el puesto de Peñas Blancas, frontera con Nicaragua, la policía capturó a un joven que llevaba consigo 200 envases de Ketamina. De acuerdo a las autoridades locales, este cargamento podría tener un valor aproximado de US$17.000 en el mercado ilegal de Costa Rica.
En el 2017 la Policía de Fronteras había decomisado 800 frascos de ketamina con un valor de US$70.000 a organizaciones criminales. Lo llamativo de estos decomisos, es que la mayoría provenían de países como Nicaragua, ya que a nivel interno sólo se habían registrado dos asaltos a clínicas veterinarias, lugar donde también se consigue este fármaco.
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En una entrevista con el Diario Extra, el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Walter Espinoza, informó: “Hemos detectado ingreso desde Nicaragua en particular, donde hay más libertad de venta en el producto (...) como es una sustancia con algún nivel de ingreso permitido en el mercado transita con relativa libertad”.
La ketamina es considerada como un poderoso sedante de uso veterinario, cuyos efectos en el cuerpo pueden ser variados, emulando fuertes sensaciones alucinógenas y alterando el sistema nervioso central. Esta droga, también conocida como “Special K” “Gato” o “Kit Kat”, es vendida en presentación de polvo o líquida, y su dosis tiene un valor de US$5.
Sólo fue hasta el 2017, que la Policía de Control de Drogas (PCD) confirmó el primer caso de venta comprobada de ketamina como droga recreativa y procedió a desarticular una banda delincuencial que distribuía esta sustancia en territorio tico. En la operación, se incautaron 30 dosis de ketamina en polvo y tres frascos de vidrio con 110 miligramos de ketamina, igualmente encontraron 322 dosis de marihuana, 130 dosis de cocaína y siete dosis de crack.
Análisis de InSight Crime
La venta de drogas sintéticas en Costa Rica, ha venido ganando terreno y se ha convertido en una ventana de oportunidad para pequeños traficantes de estupefacientes. Teniendo en cuenta que su transporte no necesita de un gran despliegue logístico, estas bandas de menor alcance deciden adentrarse en el negocio de la ketamina ya que no representan los mismos riesgos de traficar con cocaína.
La ketamina está entre las tres drogas más populares de este país, de acuerdo a información del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD). Las otras dos son la marihuana y la K2, conocida como crispy o marihuana sintética. Lo anterior, es señal de la consolidación de un mercado cada vez más atractivo entre jóvenes y hay un crecimiento de la demanda por parte de los mismos.
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Costa Rica ha sido considerado históricamente como un punto de tránsito de drogas debido a su ubicación estratégica, sin embargo, el crecimiento en el consumo interno y en las incautaciones parecen estar cambiando el panorama.
De acuerdo al informe de Situación Nacional sobre Drogas y Actividades Conexas de 2017, elaborado por el ICD, la prevalencia en el consumo de marihuana registró un aumento del 2,0 por ciento en 2010 a 3,2 por ciento en el 2015. En las incautaciones, se registró un importante incremento en las drogas sintéticas, en el caso de éxtasis con 1,437 por ciento y en el caso de LSD con 1,213.86 por ciento.
En la medida que exista una mayor disponibilidad de drogas en Costa Rica, el consumo de drogas ilícitas seguirá aumentando, y los grupos locales aprovecharán este contexto para aumentar sus ganancias. Este tipo de escenarios, crean disputas entre organizaciones delictivas que buscan el control de las plazas de venta y generan inevitablemente un aumento de violencia, cuyas cifras en 2018 aumentaron.
No obstante, en América Latina hay redes criminales que sacan mayor provecho de esta sustancia y la venden en mercados internacionales. El caso más reciente es en Colombia, dónde una organización rellenaba figuras de acción con pastillas de ketamina, para luego enviarlas a China, México, Estados Unidos, Argentina y Ecuador, según lo reportado por la policía local.