Es tentador separar los carteles de la droga de México en seis grupos jerárquicos, cada uno compitiendo por un territorio para el tráfico. La realidad, sin embargo, es que la Federación de Sinaloa, el Cartel del Golfo, el Cartel de Tijuana, el Cartel de Juárez, los Zetas y La Familia, por no hablar de varias nuevas organizaciones, son carteles fluidos y dinámicos; organizaciones con animo de lucro que a veces operan bajo lo que son conglomerados efectivos, pero que más a menudo operan como franquicias independientes de menor escala.

En este artículo se examina el estado actual de la Federación de Sinaloa, Los Zetas y otros carteles mexicanos. Se estima que debido a la presión policial en los últimos años, las organizaciones narcotraficantes de México se han fragmentado cada vez más, y bien pueden terminar consolidándose bajo la influencia del último cartel que quede en pie. Es probable que ese cartel sea la Federación de Sinaloa, que sigue siendo hoy en día el cartel más poderoso de México.

La Federación de Sinaloa

La Federación de Sinaloa es la organización narcotraficante más poderosa de México, con la mayor presencia a nivel nacional y mundial. Con sede en el estado de Sinaloa en el noroeste de México, cuenta con agentes en al menos 17 estados de México. En años recientes, sus miembros han sido conocidos por haber operado en ciudades de Estados Unidos. A la cabeza del cartel está Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, y está acompañado de varias otras figuras clave, entre ellos Ismael “El Mayo” Zambada y Juan José Esparragoza “El Azul” Moreno. Estos tres personajes, de entre 50 y 60 años, han manejado la Federación de Sinaloa, desde los años noventa, a través de un estilo vertical estricto y de no intervención. Aunque el mismo cartel puede emplear hasta 100.000 agentes, se cree que el liderazgo raramente se comunica directamente con ellos, prefiriendo en su lugar la emisión de órdenes de amplio alcance y permitiendo que los jefes de plaza -los responsables de las zonas específicas de tráfico- manejen sus operaciones como si fueran franquicias. Por esta razón, el Cartel de Sinaloa es conocido como la Federación.

No obstante, en 2008 y 2009, la Federación de Sinaloa sufrió su primera gran ruptura cuando los hermanos Beltrán Leyva y Edgar Valdez Villareal (también conocido como La Barbie) se separaron para formar sus propios grupos independientes: la Organización de los Beltrán Leyva y el Cartel del Pacifico Sur. Como resultado, uno de los hermanos Beltrán Leyva y Villareal fueron arrestados en 2008 y 2010 respectivamente, mientras que otro hermano más fue asesinado en 2009. No está claro si el líder de Sinaloa, Guzmán, y su círculo íntimo informaron a las autoridades de las ubicaciones de los tres como venganza por haberse independizado, o si simplemente se mostraron incapaces de manejar las operaciones por su propia cuenta. La Federación de Sinaloa, sin embargo, nunca sería la misma. A pesar de que se expandiría en tamaño -nacional e internacionalmente- sufriría contratiempos y perdería influencia cerca de su propia tierra natal de Sinaloa y Durango, así como en el suroeste de México.

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Desde 2008, decenas de lugartenientes de alto rango del Cartel de Sinaloa han sido abatidos por las autoridades, entre ellos el antiguo socio y suegro de Guzmán: Ignacio Coronel Villareal (también conocido como Nacho Coronel), quien fue asesinado en un tiroteo en Guadalajara en julio de 2010; y el hijo de Ismael Zambada, Vicente Zambada Niebla, quien está siendo juzgado en Chicago. El Cartel de Sinaloa ha seguido expandiéndose en México y en el mundo, pero se ha enfrentado a una creciente presión por parte de los grupos rivales, particularmente los Zetas. Pese a que ya no es tan eficaz como lo era antes, la Federación de Sinaloa sigue siendo el cartel más amplio y organizado que opera en México en la actualidad.

Los Zetas

Los Zetas son la organización narcotraficante más letal de México. Originalmente un grupo muy unido de aproximadamente 30 exmiembros de una unidad de las Fuerzas Especiales de México que operaba como el brazo paramilitar del Cartel del Golfo, los Zetas han crecido exponencialmente desde la primera década del siglo XXI. Fiel a sus orígenes en las Fuerzas Especiales, algunos de los reclutas han recibido armas avanzadas y entrenamiento en comunicaciones, que es lo que originalmente diferenció al grupo de otros carteles en México.

No obstante, hoy en día muchos miembros de los Zetas han tenido poco entrenamiento; desde el año 2008, pequeños grupos de “matones” rapados que afirman ser miembros de los Zetas han aparecido en pequeños pueblos en México, rápidamente declarando como suyo el territorio. Los miembros de los Zetas han estado involucrados en batallas territoriales en los bastiones del Cartel de Sinaloa, como la ciudad de Culiacán, y han sido vistos por el sur hasta Guatemala y Honduras. Sin embargo, a pesar de los pocos intentos aparentes de consolidar la multitud de grupos que se hacen llamar Zetas, el grupo permanece fragmentado.

Las autoridades han obstaculizado continuamente la capacidad de los Zetas para utilizar la tecnología para comunicarse. En agosto de 2012, por ejemplo, los militares incautaron 15 instalaciones de comunicaciones, incluyendo una torre de telecomunicaciones de 50 pies, al norte en el estado de Tamaulipas. En el último año, las autoridades también han tenido éxito en arrestar o dar de baja a algunos de los principales líderes de los Zetas. El 7 de octubre de 2012, el líder de los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano, alias “El Lazca” o “Z- 3” (que indica su alto rango dentro de la unidad original Zeta), fue dado de baja por la Armada de México. El 15 de julio de 2013, el sucesor de Lazcano, Miguel Ángel Treviño Morales (“Z-40”), fue detenido en Tamaulipas sin disparar un solo tiro y, al parecer, con la ayuda de la inteligencia de Estados Unidos. La presión de la policía durante la mayor parte del gobierno de Calderón se centró en los Zetas y La Familia, en gran parte debido a que estos dos grupos fueron los más decididos en ejecutar actos de violencia indiscriminada.

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Sin estos líderes, los Zetas seguirán siendo probablemente una operación dispar, con la intención de generar violencia y dispuesta a participar en casi cualquier actividad ilícita para obtener ganancias; pero, cada vez más desorganizada y, en consecuencia, con menos control sobre el narcotráfico y menos capaces de socavar la autoridad y el Estado. También es probable que la Federación de Sinaloa repita un movimiento de su manual de estrategias de 2004 y trate de tomar el control del lucrativo corredor de tráfico de Nuevo Laredo, dado el arrinconamiento en el que se encuentran los Zetas.

Otros carteles de México

Hay más de un puñado de otros carteles operando en México, pero ninguno al nivel de la Federación de Sinaloa y los Zetas. Ya hay indicios de que la Federación de Sinaloa podría intentar lograr una alianza con los remanentes del Cartel del Golfo; el cual, desde la extradición de Osiel Cárdenas Guillén en 2007 (recibió una condena de 25 años en Houston en 2010), ha estado considerablemente debilitado. Sus miembros han estado en conflicto constante con los Zetas, desde Tamaulipas hasta Guatemala. El nivel actual de influencia del Cartel del Golfo no es claro, otrora la organización narcotraficante más poderosa en la costa oriental de México. Es razonable suponer que todavía controla la mayoría de las operaciones de tráfico de drogas en Tamaulipas, pero es imposible estar completamente seguro de la condición actual del Cartel del Golfo debido a la incertidumbre rodea al mundo criminal de Tamaulipas.

De los otros grupos, el Cartel de Tijuana es quizás el menos peligroso. Desde la caída de los últimos antiguos lideres del grupo, los hermanos Arellano Félix en 2008, el grupo se ha mantenido en gran medida por fuera del radar. Se cree que una hermana de los hermanos Arellano Félix, Enedina, puede estar tratando de dirigir las operaciones, pero hay indicios de que la Federación de Sinaloa se ha instalado en su territorio. Una situación similar existe en Ciudad Juárez, donde sólo uno de los hermanos Carrillo Fuentes, Vicente, se mantiene al frente de lo que solía ser el poderoso Cartel de Juárez, pero ahora es una organización con operaciones más fluidas que se asemejan a las guerras entre pandillas que a la violencia dentro de los carteles, con las operaciones de narcotráfico de alto nivel aparentemente dirigidas por miembros de los Carteles de Sinaloa y del Golfo. En cierto modo, Sinaloa siempre ha tenido un pie en Juárez: en los años noventa, Esparragoza Moreno fue considerado como el “número tres” de la Federación de Sinaloa, así como el “número dos” del Cartel de Juárez, a pesar de que las organizaciones eran oficialmente rivales.

Lo que queda en el resto de México es una mezcla de nuevos grupos que apuestan cada vez más por disputar territorio desde Veracruz hasta Guadalajara y Acapulco. La Familia, un grupo pseudoreligioso ubicado en el estado de Michoacán, que por un lado predica valores saludables mientras venden metanfetamina por el otro, ha sido prácticamente destruida bajo la presión de la ley; aunque los llamados Caballeros Templarios han tomado fuerza en su lugar. Los Caballeros Templarios, como La Familia, operan detrás de una fachada de pseudoreligiosidad, cuestionando cuán independientes son de lo que fue La Familia. Dado el crecimiento de La Familia durante los primeros años del gobierno de Felipe Calderón, es poco probable que la organización simplemente haya desaparecido por completo.

Grupos como el Cartel de Jalisco-Nueva Generación (CJNG), con sede en Guadalajara, y los Matazetas (los “asesinos de los Zeta” que son supuestamente una facción de la organización de Jalisco mencionada con anterioridad, ahora ubicada en gran parte en Veracruz) han aparecido en los últimos dos o tres años; atrayendo la atención con decapitaciones, otros asesinatos violentos y narcomantas (pancartas) reclamando su territorio. No obstante, un examen más detallado revela que estas pueden no ser realmente nuevas organizaciones en absoluto: el Nueva Generación fue un nombre comúnmente utilizado alrededor de Guadalajara en colaboración con el capo de la Federación de Sinaloa, Coronel Villareal, en 2008; mientras que el nombre de Matazetas apareció en 2004 en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, al norte, cuando los operativos de la Federación de Sinaloa desafiaron a los Zetas por su territorio. Es casi imposible confirmar si las nuevas organizaciones son o no facciones de los principales carteles. Aunque muchos agentes descontentos a menudo son tentados a tratar de formar sus propias organizaciones, a veces incluso con la bendición de sus líderes, rara vez es claro si funcionan de forma independiente o bajo su amparo.

Conclusión

Si hay una certeza que ha surgido de unos seis años de lucha contra los carteles en México, es que las organizaciones narcotraficantes en el país están más fragmentadas que nunca, y ahora carecen de la dirección de capos organizados y orientados a los negocios.

Hay varios escenarios para el futuro. Si facciones como Nueva Generación, los Zetas y los Matazetas -que han demostrado una propensión a la violencia sin sentido que no tiene paralelo en la historia de México- siguen ganando terrero, México puede convertirse en un terreno tan difícil para mover las drogas que los traficantes pueden llegar a recurrir de nuevo al Caribe, el cual abandonaron en los años noventa después de la creciente presión de las fuerzas de seguridad de Estados Unidos alrededor de las islas. Los narcotraficantes también pueden optar por utilizar a Centroamérica como un epicentro, dada su falta de instituciones fuertes.

También existe la posibilidad de que la Federación de Sinaloa y el Cartel del Golfo busquen consolidar el control sobre las diversas facciones e incorporarlas a sus organizaciones más grandes. Si esto sucede, la violencia probablemente disminuirá, pero el tráfico de drogas florecería, y tanto los cuerpos de seguridad de Estados Unidos como los de México en la frontera serían sometidos a una creciente presión.

*Malcolm Beith es un periodista independiente y autor del libro El Último Narco: Dentro de la Caza de El Chapo, el Narcotraficante Más Buscado del Mundo (The Last Narco: Inside the Hunt for El Chapo, the World’s Most Wanted Drug Lord). Este artículo apareció originalmente en el CTC Sentinal y es publicado con permiso. Vea el artículo original, con referencias, aquí.

10 respuestas a “El actual estado de los carteles de México”