El arresto de un ex jefe paramilitar, que ejercía un poder significativo a lo largo de la costa del Caribe, podría abrir el camino a la organización criminal de Los Gaitanistas para consolidar aún más su dominio en la región.
La policía de Bogotá reportó el arresto de Rubén Giraldo, un miembro desmovilizado de la ahora extinta organización paramilitar de Colombia, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Se le acusa de homicidio, desplazamiento forzado interno y concierto para delinquir.
Giraldo encabezó una organización criminal, activa en los departamentos (provincias) caribeños de La Guajira y Magdalena; compuesta en su mayoría de otros ex paramilitares que alguna vez lucharon junto a él en la facción de las AUC, el Frente de Resistencia Tayrona. Su grupo criminal, conocido como los Giraldos, o bien como la Oficina del Caribe, ha sido acusado de dirigir las operaciones de tráfico de cocaína en la región costera.
Los Giraldos también son conocidos por su agresiva guerra en contra de la organización criminal rival, Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, Urabeños y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC); la cual también está formada principalmente por ex paramilitares. La guerra entre los Giraldos y las AGC disparó los homicidios en el departamento de Magdalena y contribuyó a que el centro turístico de Santa Marta se transformara en una de las ciudades más violentas de Colombia.
Rubén Giraldo, de 42 años de edad, vivía en un apartamento en una de las zonas turísticas playeras más conocidas de Santa Marta, y jugó un papel importante en la dirección de la campaña de los Giraldos en contra de las AGC, según informes de prensa. Fue detenido en noviembre del año pasado por porte ilegal de armas, pero fue puesto en libertad. Ha sido acusado de estar involucrado en más de 150 muertes en el departamento de Magdalena, cuando aún actuaba con las AUC.
Análisis de InSight Crime
Siendo sobrino del extraditado líder paramilitar Hernán Giraldo, alias "El Patrón"; Rubén fue una figura prominente en el mundo criminal. Su historia es un indicio de muchas de las deficiencias de la justicia y el proceso de Justicia y Paz de Colombia, que tenía la intención de estimular a los paramilitares a la desmovilización y a dar testimonio sobre sus crímenes, a cambio de una pena reducida. Aunque Rubén Giraldo se desmovilizó oficialmente con el Frente de Resistencia Tayrona en 2006, retomó las armas y se negó a declarar sobre la participación de las AUC en masacres y desplazamientos. La justicia colombiana sólo ha reconocido tardíamente la falta de cooperación de Giraldo: en diciembre pasado, el fiscal general pidió que se le expulsara del proceso de Justicia y Paz, junto con otros 354 paramilitares.
El arresto de Giraldo probablemente aliviará en gran medida la presión que las AGC estaban enfrentando en su propio territorio. Como ha señalado anteriormente InSight Crime, los Giraldos eran la única organización criminal que estaba desafiando a las AGC en el Caribe. En otros lugares, las AGC están luchando contra los Rastrojos para asegurar una posición en el suroeste de Colombia y contra facciones de la Oficina de Envigado por la segunda ciudad más grande de Colombia, Medellín. Si el arresto de Rubén Giraldo conduce al debilitamiento de los Giraldos, esto otorgará a las AGC más espacio para respirar en un territorio donde, podría decirse, no pueden darse el lujo de involucrarse en otro conflicto sangriento e interminable.
Los Giraldos enfrentan importantes obstáculos en la lucha contra unas AGC mucho más grandes y más ricos. Ellos pudieron obtener una ligera ventaja tras el arresto del comandante Gaitanista, Melquisedec Henao Ciro, alias "Belisario"; detenido por la policía en octubre pasado. Cabe preguntarse si las autoridades obtuvieron o no la información de inteligencia necesaria para capturar a Rubén Giraldo del propio Belisario, que probablemente tendría interés en facilitar ese arresto. Cabe destacar que las AGC también son conocidos por sus vínculos corruptos con algunos elementos de la policía de Colombia: tres oficiales en la costa del Caribe fueron arrestados en febrero, acusados de colaborar con el grupo criminal.
Hay otros signos de que los Giraldos pueden no tener mucho futuro por delante. El 1 de mayo, la policía de Santa Marta detuvo 22 presuntos miembros de la organización, acusados de trabajar como sicarios, vigilantes y recolectores de pagos de extorsiones, entre otros trabajos. También se informó de la captura de otro presunto jefe de la organización en febrero. Las autoridades policiales parecen estar empeñadas en perseguir a los Giraldos y, probablemente, el grupo enfrentará algunas luchas importantes en un intento por recuperarse de estos golpes recientes.
No obstante, el debilitamiento de los Giraldos probablemente tendrá el efecto secundario de fortalecer aún más la posición de las AGC en el Caribe. Ésta es una de las áreas de mayor importancia estratégica para los grupos criminales colombianos, gracias a los puertos que facilitan la exportación internacional de los cargamentos de cocaína; así como un próspero comercio de contrabando de gasolina, contrabandeada desde Venezuela. El apaciguamiento del conflicto entre las AGC y los Giraldos debe traer una bienvenida reducción de la violencia en la región, pero las autoridades colombianas aún enfrentan el desafío más grande de no permitir que las AGC se conviertan en la mafia más poderosa del país.