Los correos electrónicos filtrados por la empresa de análisis de seguridad, STRATFOR, sugiere que el gobierno de Estados Unidos podría estar favoreciendo a la organización narcotraficante más poderosa de México, el Cartel de Sinaloa.
Según los correos electrónicos internos obtenidos por el grupo de defensa de la transparencia, WikiLeaks, un anónimo diplomático mexicano, que sirve como fuente confidencial de STRATFOR, conocido sólo “MX-1”, ha acusado al gobierno de Estados Unidos de facilitar las actividades del Cartel de Sinaloa.
En abril de 2010, MX-1 dijo que el gobierno de Estados Unidos favorecía un enfoque de minimización de la violencia, para el cumplimiento de la ley, a lo largo de la frontera, y han dado “señales” a los carteles, los cuales apoyan esto. Él alega que las autoridades estadounidenses señalaron al Cartel de Juárez en 2010, un año extremadamente violento en Ciudad Juárez, que debe reconocer la superioridad del Cartel de Sinaloa, y pidió a ambos grupos reducir la violencia en la zona. Según MX-1, Estados Unidos efectivamente dijo al Cartel de Juárez: “reconocemos que Sinaloa es más grande y mejor, así que o [su cartel] se pone en línea o los vamos a perjudicar”.
MX-1 también sostiene que los Estados Unidos tuvieron una participación directa en la negociación de una tregua entre estos grupos, en Tijuana. En un correo electrónico de junio de 2010, aseguró que esto no funcionaría en Ciudad Juárez debido a que: “las principales rutas y métodos para la mayor parte del transporte hacia Estados, ya han sido negociados con las autoridades de Estados Unidos”. Además, afirma que Estados Unidos dijo a los militares mexicanos que pararan de decomisar “grandes camiones cargados de droga mientras se abrían camino hacia los Estados Unidos”, los cuales le pertenecen al Cartel de Sinaloa, y “ellos están de acuerdo con los americanos”. El argumento es que la mayor parte de la violencia sigue estando relacionada con el mercado local, y que [los militares] deben concentrarse en las pequeñas pandillas y grupos marginales que tratan de cruzar cantidades más pequeñas”.
Análisis de InSight Crime
Hay razones para ser escéptico frente a este análisis, y sobre la importancia de la filtración de STRATFOR en WikiLeaks en general. Como The Atlantic señaló en febrero, a pesar de la auto-representación de la compañía como “una agencia global de inteligencia”, los analistas de STRATFOR en ocasiones están mal informados y su nivel de acceso rara vez difiere de la mayoría de los periodistas.
Sin embargo, esta no es la primera vez que las autoridades han sido acusadas de colaborar con el Cartel de Sinaloa. Los analistas han sospechado, durante mucho tiempo, que el gobierno mexicano favorece a la organización debido a su reputación de profesionalismo y por el hecho de que evita, en gran medida, los tipos de demostraciones de violencia masivas que se han convertido en sinónimo de los nombres de sus rivales, los Zetas. En junio de 2011, documentos filtrados del gobierno de Estados Unidos revelaron que las autoridades policiales de ese país, se abstuvieron de informar a sus contrapartes sobre el paradero del capo Joaquín Guzmán, alias “El Chapo,” cuando ellos sabían que se iba a quedar en un rancho cerca de la frontera de Arizona, en enero de 2009.
Varias denuncias sobre las autoridades de Estados Unidos favoreciendo a los sinaloenses, han surgido más recientemente. El hijo de Ismael Zamaba Niebla, quien actualmente está siendo juzgado en los Estados Unidos, ha alegado que las autoridades americanas le habían prometido inmunidad y que al Cartel de Sinaloa se le había “dado carta blanca para contrabandear toneladas de drogas ilícitas en Chicago y el resto de los Estados Unidos”. En enero, una investigación de la revista Newsweek informó que El Chapo ha estado trabajando como informante de las autoridades federales, proporcionándoles información sobre sus rivales, a cambio de permitirle traficar drogas.
Si estos rumores resultan ciertos, tendría varias implicaciones para la seguridad ciudadana en México, así como en el papel de Estados Unidos en las guerra contra las organizaciones narcotraficantes. Tradicionalmente, los mexicanos han tenido dudas respecto a la participación de Estados Unidos en su seguridad interna, lo cual algunos consideran como una violación a la soberanía del país. México ha tenido, durante mucho tiempo, leyes que prohíben la operación de fuerzas militares extranjeras en suelo mexicano, y éstas a menudo han puesto al gobierno del Presidente Felipe Calderón en posiciones difíciles. Tanto el resultado no esperado de la fallida Operación Rápido y Furioso, como los informes de que los Estados Unidos ha volado aviones no tripulados sobre el territorio mexicano, aumentaron la ira de algunos legisladores mexicanos. Si hay algo de verdad en el análisis de MX-1, podría hacer más difícil el aumento de la cooperación en seguridad con Estados Unidos, una meta del entrante Presidente electo, Enrique Peña Nieto.
También podría tener un impacto en la violencia relacionada con el narcotráfico en México, en el corto plazo. Como se ha señalado, el Cartel de Sinaloa es conocido por ser menos violento que los Zetas, demostrando más disposición para llegar a acuerdos con los rivales y prefiriendo usar el “poder blando” como los sobornos y la intimidación, sobre las confrontaciones directas. El país ya ha visto un descenso en los homicidios en 2012, comparado con los años anteriores, y esta estrategia puede haber sido un factor. A largo plazo, sin embargo, podría ser perjudicial para la ley. Como InSight Crime informó, hacer acuerdos con las organizaciones narcotraficantes (oficialmente o no), les otorga una peligrosa especie de influencia política que pueden utilizar posteriormente para su propio beneficio.