La aprobación de la legalización de la marihuana en los estados de Washington y Colorado en Estados Unidos, deja la duda de si estas medidas afectaran los ingresos de las organizaciones narcotraficantes mexicanas.
Los dos estados se convirtieron en los primeros en legalizar el uso recreacional de la droga en los Estados Unidos. En Colorado, la propuesta pasó con el 54 por ciento de los votos, con un 47 por ciento en contra. En Washington, por su parte, con el 60 por ciento de los votos contados, la medida iba pasando con un 55 por ciento a favor y un 44 por ciento en contra.
Estas medidas posibilitan la posesión de hasta una onza de marihuana y permiten que la droga sea vendida y gravada en tiendas autorizadas.
Una iniciativa similar no tuvo el mismo éxito en Oregon, contando con tan solo el 45 por ciento de la aprobación.
Análisis InSight Crime
Un estudio reciente realizado por el centro de pensamiento mexicano, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), (coescrito con el analista Alejandro Hope, un contribuidor de InSight Crime) encontró que si las iniciativas de legalización de la marihuana eran aprobadas en Oregon, Washington y Colorado, estas podrían tener un impacto de hasta el 30 por ciento en los ingresos de las organizaciones narcotraficantes mexicanas.
Pero, como bien señaló Hope en Animal Político, el impacto de estas medidas dependerá de la respuesta del gobierno federal estadounidense. Activistas a favor de la legalización de la droga –al igual que sus críticos– se sorprendieron de que el Fiscal General estadounidense, Eric Holder, no publicara algún tipo de declaración oponiéndose a las iniciativas que buscaban la legalización de la marihuana, a medida que se acercaban las elecciones. Esto constrasta con el fuerte comunicado que publicó Holder antes de que los electores de California votaran por la Proposición 19 en 2010. Hasta ahora, la respuesta del gobierno federal ha sido nula: según Reuters, el Departamento de Justicia, reaccionó a las medidas al declarar que su política contra las drogas no ha cambiado.
Como argumenta Hope, las consecuencias de la legalización de la marihuana depende de qué tan rápido y vigorosa sea la reacción de las autoridades federales. Hay varias cosas que el gobierno federal puede hacer ahora, dice Hope: tratar de derribar las medidas de legalización en la corte, incrementar el número de policía federal antidroga en Colorado y Washington, o perseguir selectivamente a los compradores, vendedores y distribuidores en estos dos estados.
Es poco probable que México, uno de los principales proveedores de marihuana hacia Estados Unidos, sienta el impacto de estas medidas en el corto plazo. Ciertas partes de la medida de Colorado entrarán en efecto después de 30 días, pero la medida en Washington no entrará en efecto antes de un año. Como lo señaló John Walsh en su comentario para la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), la legalización puede tener un efecto más simbólico que práctico. El resultado del voto es un indicio de las actitudes cambiantes hacia la prohibición en Estados Unidos, tanto para los funcionarios electos como para los ciudadanos. “Más que considerar la reforma a la política de la marihuana en Estados Unidos como un tabú, más políticos podrían ver el tema con nuevos ojos –como una cuestión con la que se relacionan los votantes que cubre todo el espectro ideológico–“ dijo Walsh.
Como bien indica Walsh, la importancia simbólica de este voto para la legalización de la droga aparece al tiempo que otros líderes en Latinoamérica han llamado para que surjan enfoques alternativos a la guerra contra las drogas. Los presidentes de Guatemala, México y Colombia, enfatizaron la necesidad para fomentar un nuevo debate ante las Naciones Unidas, en octubre. Por su parte, Uruguay y Chile han considerado sus propias leyes de legalización.
No obstante, como ha argumentado InSight Crime, incluso con la marihuana siendo legal en dos estados de Estados Unidos, las organizaciones criminales de México han probado que pueden adaptarse fácilmente para encontrar nuevas fuentes de financiamiento. Los grupos criminales ya han expandido sus actividades criminales para incluir metanfetaminas, tráfico de personas y hasta la minería ilegal. Incluso si las predicciones del IMCO son ciertas, y grupos como el Cartel de Sinaloa pierden hasta la mitad de su ingreso total de narcotráfico, no sería un golpe fatal para los narcotraficantes mexicanos.