Las autoridades de Estados Unidos, con la ayuda del gobierno Honduras, han tomado medidas enérgicas contra una de las principales organizaciones de transporte de drogas de Honduras, los Cachiros, confiscando propiedades y empresas; y en el proceso pintando un cuadro de un grupo cuyo alcance podría extenderse hasta la élite política de Honduras, y posiblemente también hacia la económica.
La policía y el ejército de Honduras han identificado para confiscar, 61 propiedades, 4 establecimientos comerciales y 24 vehículos en dos departamentos (provincias), así como 64 cuentas bancarias en dólares y lempiras para congelar, por orden del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, informó La Prensa.
El Tesoro de Estados Unidos estima el valor de los activos en US$ 500 millones, señaló el periódico.
En un comunicado, el Tesoro dijo que los Cachiros están liderados por Javier y Leonel Rivera Maradiaga, y sus miembros incluyen a su padre, Santos Isidro Rivera Cardona; madre, Esperanza Caridad Maradiaga López; hermana, Maira Lizeth Rivera Maradiaga; y su hermano, Santos Isidro Rivera Maradiaga. Ellos no enfrentan cargos en Honduras ni se ha emitido una acusación formal en su contra en Estados Unidos.
A diferencia de su comunicado del 1 de julio, en el que nombra al grupo como "narcotraficantes especialmente designados" sin dar detalles, en esta ocasión el Tesoro señalo a varias empresas que el grupo controla, entre ellas una operación minera, un rancho de ganado, un procesador de aceite de palma africana y un zoológico.
Una fuente anónima del Tesoro dijo a El Heraldo que había "docenas" de empresas y apoderados lavando dinero para la organización.
El dinero proviene del lucrativo negocio de narcotráfico del grupo, detallado por el Tesoro en su declaración.
"Los Cachiros coordinan el movimiento de las drogas desde y hacia Honduras para las organizaciones narcotraficantes colombianas y mexicanas, entre ellas el Cartel de Sinaloa", dijo el Tesoro. "Los Cachiros emplean medios de transporte por tierra, aire y mar para sus movimientos de drogas y sus actividades han sido vinculadas a las incautaciones de cocaína en Centroamérica. Se informa que los Cachiros controlan el 90 por ciento de las pistas clandestinas en Honduras, y usan estas pistas para facilitar la entrada de las drogas a Honduras y Guatemala”.
Análisis de InSight Crime
Si se mira el organigrama provisto por el Tesoro (vea abajo), se podría confundir a este grupo con una pequeña y rural banda de mafiosos. Pero esta organización tiene profundos contactos con la élite del país, quienes mantienen su dinero a salvo y a las autoridades judiciales a raya. También cuenta con una red de distribución que se extiende a tres países.
Por lo menos parte de su alcance salió a la luz en un cable de Wikileaks en el cual el embajador saliente Charles Ford habló con franqueza sobre el entonces presidente Manuel Zelaya. En el cable, Ford habla de las formas en las que los grupos criminales "han presionado [a Zelaya] a nombrar a uno de los suyos" en un puesto de alto nivel en el Ministerio de Seguridad.
Uno de esos grupos presumiblemente fue los Cachiros, quienes, cuando su candidato no fue seleccionado, lo tomaron personal. El senador Juan Ramón Salgado Cuevas fue asesinado poco después, y los servicios de inteligencia de Honduras dijeron a InSight Crime que era porque Salgado no había podido asegurar el puesto del ministerio al candidato de los Cachiros.
El Tesoro tampoco menciona la posible relación de la familia con el club de fútbol de Tocoa, Real Sociedad Municipal, cuyos jugadores llevan en el pecho el logo de Joya Grande, el zoológico mencionado anteriormente, y cuya propiedad ha sido vinculada a los Cachiros.
El club cuenta con el Banco Continental -una compañía manejada por una de las familias más ricas del país- como otros de sus patrocinadores.
El apoyo ha funcionado. El club se ha movido hacia la primera división en la que se considera como uno de los mejores equipos en el país.
El Tesoro hace referencia a la cadena de distribución, señalando que las autoridades nicaragüenses detuvieron al nicaragüense y supuesto socio de los Cachiros, Bismarck Antonio Lira Jirón, el pasado mes de agosto. Lira permanece detenido en Nicaragua, enfrentando cargos por narcotráfico con los Cachiros al norte y con el Cartel del Norte del Valle en Colombia hacia el sur.
No obstante, los principales contactos de los Cachiros están a lo largo de la frontera entre Guatemala y Honduras, donde pueden pasar la cocaína a sus contrapartes guatemaltecas y mexicanas, recogiendo alrededor de US$2.000 por kilo. Si es cierto que controlan el 90 por ciento del tráfico aéreo que entra a Honduras, entonces eso haría parte de sus abundantes ganancias. Según estimaciones de InSight Crime, la familia gana en total hasta US$4 millones al mes por sus operaciones de narcotráfico, las cuales se concentran en el departamento de Colón.
Los Cachiros son la segunda gran organización de Honduras que el Tesoro de Estados Unidos ha señalado en los últimos meses. La otra está dirigida por José Miguel "Chepe" Handal Pérez, un político y hombre de negocios que opera desde San Pedro Sula, quien se encuentra prófugo luego de que Estados Unidos lo agregara a la misma lista a la que fueron agregados los Cachiros en julio.
Como hicieron con Handal, las autoridades hondureñas han declarado que la batalla se está librando. El jefe del comité bancario del Senado pidió a los bancos dejar de hacer negocios con los lavadores de dinero; uno de los favoritos en las elecciones presidenciales de noviembre dijo que todos los candidatos deben "abstenerse de usar dinero oscuro o mal habido”.
Pero la sinceridad es escasa en Honduras. Santos Isidro Rivera fue detenido por poco tiempo a principios de este año por cargos de armas, pero luego fue puesto en libertad. Leonel fue detenido en 2011, pero también fue liberado.
El Estado de Honduras ha colapsado en gran medida, dejando una mezcla de corrupción y narcotráfico que ahora está desbordándose. Prueba de ello es que los Cachiros tienen un negocio de construcción de carreteras, la manera perfecta para alimentar a los políticos corruptos y al mismo tiempo lavar las ganancias ilícitas.
Los narcotraficantes parecen seguir temiendo a Estados Unidos, y sobre todo a la posibilidad de la extradición, a la cual el gobierno de Honduras recientemente dio luz verde. Sin embargo, sólo una persona que no era hondureña ha sido extraditada desde entonces, y mientras Estados Unidos está presionando al gobierno de Honduras para que empiece a capturar y extraditar a sospechosos locales, el tema parece ser muy sensible, especialmente con las elecciones presidenciales avecinándose.
Sin duda, pese a que Estados Unidos proporciona millones en apoyo a la seguridad y las autoridades judiciales de Honduras, parece haber quedado sin medios para presionar al Estado hondureño para reformar sus propias instituciones y para tomar medidas por su cuenta. Y si bien los esfuerzos, como la movida para hacer frente a los Cachiros, son un importante primer paso, llegaron por mandato de un poder extranjero, no un hondureño reformista y valiente que busque cambiar el rumbo de esta nación.
La investigación presentada en esta publicación es, en parte, el resultado de un proyecto financiado por el International Development Research Centre de Canadá.
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