Bajo la administración de Peña Nieto, los incidentes en las prisiones se han duplicado y los intentos de fuga van en aumento. En cinco centros penitenciarios federales se han presentado fugas en los últimos tres años, y la de Joaquín Guzmán Loera es la doceava.
Joaquín Guzmán se convirtió en el tercer prisionero en escapar de una prisión federal desde que Enrique Peña Nieto asumió el poder en diciembre de 2012, y las fugas han aumentado bajo la nueva administración.
De 2002 a 2012, sólo un preso logró escapar de una cárcel federal. En 2011, hubo 12 intentos diferentes de escapar de la cárcel de Islas Marías, todos en vano.
Este artículo fue publicado originalmente en El Daily Post y fue traducido y reproducido con permiso. Vea el original aquí.
Los incidentes en las prisiones federales también han aumentado en los últimos tres años, y casi se han duplicado en los primeros dos años de la administración de Peña Nieto. El conteo oficial de disturbios, muertes, suicidios y agresiones aumentó un 95 por ciento en 2013 y 2014, en comparación con los dos últimos años de la administración de Calderón.
La prisión de máxima seguridad de El Altiplano registró casi dos décadas sin que se presentaran intentos de escape, hasta que alias El Chapo salió por un túnel el pasado sábado 11 de julio.
Complicidades en las fugas
Datos oficiales de la administración de prisiones federales (cuyo director, Juan Ignacio Hernández Mora, fue despedido después de la huida de Guzmán) muestran que en cinco penitenciarías federales diferentes se presentaron tentativas de escapes durante los últimos dos años.
En general, 12 reclusos intentaron escapar y tres de ellos lo lograron. Los otros nueve fueron detenidos antes de que lograran salir, o recapturados poco después de haberlo hecho.
La primera fuga bajo la administración de Peña Nieto ocurrió en el centro penitenciario Islas Marías el 22 de febrero de 2013. El informe oficial señala que cuatro internos trataron de escapar de la prisión de mínima seguridad ubicada en la isla más septentrional (y las más grande) del archipiélago de las Islas Marías en el océano Pacífico. El incidente comenzó como un motín atribuido a la reducción en las raciones de alimentos. Los reclusos que protestaban prendieron fuego a colchones y cartones, lo cual generó una verdadera cortina de humo que facilitó su huida. Los disturbios dejaron como resultado 25 presos y guardias heridos.
El escape se vio frustrado porque se había ordenado suspender el arribo de barcos unas horas antes, sin que los cuatro presos lo supieran.
En 2014, en tres prisiones federales se dieron intentos de fuga, uno de los cuales resultó exitoso: el de la penitenciaría federal en Ciudad Juárez, Nº 9 Norte.
El último incidente tuvo lugar el 16 de marzo de 2014, cuando un grupo de internos trepó al muro perimetral usando ganchos y cuerdas. El informe oficial indica que al menos tres presos participaron en el intento y dos lograron salir. Los fugitivos hacían parte del grupo de sicarios del Cartel de Juárez conocido como “La Línea”. La investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) dio lugar a la detención del director de la cárcel, José Luis Armas Cuevas, y de cuatro guardias del penal. Un juez federal liberó a los cinco sospechosos unos días más tarde, alegando falta de pruebas.
Entre otros incidentes que ocurrieron en el año 2014 se encuentran dos intentos de fuga frustrados en sendas prisiones ubicadas en Veracruz y Sinaloa. Otro preso resultó herido en la cárcel de Guasave (Sinaloa), pero no se cuenta con detalles completos sobre lo ocurrido.
Con la fuga de El Chapo a través de un túnel en su ducha son cinco las penitenciarías federales que han sido afectadas por intentos de fuga durante la primera mitad de la administración Peña Nieto, y tres los intentos exitosos. Las autoridades creen que hubo participación de funcionarios de la prisión.
Juan Sánchez, el abogado que representa a los guardias de la prisión de El Altiplano detenidos para ser interrogados en relación con la fuga de El Chapo, habla con reporteros el lunes 13 de julio. Foto: Cuartoscuro
Según información obtenida de fuentes públicas, durante el gobierno de Felipe Calderón hubo 12 intentos de fuga en la cárcel de Islas Marías —todos en 2011—, pero ninguno fue exitoso.
Un escape tuvo lugar en la penitenciaría N.° 6 Sudoeste, situada en Tabasco. El 26 de mayo de 2011, Federico Álvarez Ávila, condenado por secuestro y asesinato, logró escapar al subir por la pared perimetral utilizando herramientas y equipos que no estaban siendo vigilados durante un proyecto de remodelación.
La investigación de la PGR acusó al director César Cue Busto y a 14 guardias de la prisión, pero no pudo sustentar los cargos.
La seguridad en peligro
El aumento de intentos de fuga es sólo un signo de la crisis de las prisiones federales. Los incidentes violentos también han incrementado en los últimos años, según lo indican claramente los datos oficiales compilados por la Gobernación entre 2011 y 2014.
En 2011 hubo 561 incidentes violentos en las prisiones federales de México, pero para 2014 ese número había subido a 1.262 casos. Comparando los dos últimos años de la administración de Calderón (2011-2012) con los dos primeros años de Peña Nieto (2013-2014), los incidentes graves en las cárceles aumentaron un 95 por ciento.
En los incidentes que ocurrieron en 2014 participaron 2.459 internos —el número más alto en la historia del actual sistema penitenciario federal—. El año pasado se dieron intentos de fuga en tres prisiones federales diferentes, y se presentaron disturbios con bastante frecuencia. Los informes oficiales del año pasado muestran que 1.789 presos participaron en 779 disturbios, los cuales dejaron como resultado 70 personas heridas de gravedad.
Los ataques a guardias o visitantes fueron el segundo mayor tipo de incidente violento registrado en los penales el año pasado, cuando se identificaron 349 casos. No hay datos específicos sobre asesinatos, pero seis muertes fueron consideradas suicidios, y otros 33 reclusos murieron en las cárceles.
Las prisiones federales donde se presentaron los incidentes más violentos fueron la N.° 4 Noroeste en Nayarit (355), la N.° 13 Sur en Oaxaca (352) y la N.° 3 Noreste en Tamaulipas (339).
Estos eventos y el escape de El Chapo le costaron a Celina Oseguera Parra su trabajo como directora del sistema penitenciario federal —cargo en el que se desempeñó desde el 30 de julio de 2014, hasta su despido el 13 de julio de 2015, el mismo día en el que fueron despedidos Juan Domingo Hernández Mora, administrador del sistema penitenciario federal, y Valentín Cárdenas Lerma, director general de la prisión de El Altiplano.
Investigación e informe de Arturo Ángel.
*Este artículo fue publicado originalmente en El Daily Post y fue traducido y reproducido con permiso. Vea el original aquí.