Un grupo élite de la policía de El Salvador cometió al menos tres ejecuciones extrajudiciales, participó en agresiones sexuales a dos adolescentes y extorsionó por medio de Facebook, según una investigación de la revista digital salvadoreña Factum.

Los cuatro agentes asesinaron a los sospechosos en una serie de ataques que se llevaron a cabo este año durante un período de un mes. En cada uno de los casos, siguieron un modus operandi similar: localizaban y aislaban al sospechoso, luego lo ejecutaban con un arma de fuego, mientras que otros miembros de la unidad vigilaban el perímetro. Después montaban una escena de crimen para que pareciera un tiroteo y lo reportaban como un enfrentamiento con un presunto pandillero, tras el cual debían llegar refuerzos.

Si este caso es verídico, confirmaría lo que muchas personas del país han estado diciendo desde que los enfrentamientos entre las pandillas y las fuerzas de seguridad se han convertido en una guerra de baja intensidad: la policía está ejecutando extrajudicialmente a los presuntos pandilleros. Este escandaloso caso podría afectar las relaciones entre Estados Unidos y El Salvador, justo cuando el gobierno estadounidense está decidiendo cómo distribuir recursos en el norte de Centroamérica, una zona plagada de violencia entre pandillas y fuerzas de seguridad, que está llevando a miles de personas a huir hacia el norte. El gobierno de Estados Unidos también trabaja estrechamente con unidades especiales de la policía salvadoreña enfocadas en la eliminación de las pandillas, algunas de las cuales supuestamente participan en redes sociales informales y en chats entre policías que van tras los pandilleros.

*Este artículo fue editado para mayor claridad y publicado con el permiso de Factum. No representa necesariamente las opiniones de InSight Crime. Vea el original aquí.

Factum solo pudo identificar de manera parcial a los cuatro agentes responsables de las ejecuciones. Estos cuatro forman parte de la Fuerza Especializada de Reacción (FES) de la Policía Nacional Civil (PNC), una unidad élite creada por el gobierno salvadoreño en abril de 2016 para ir tras las pandillas, en especial la MS13, Barrio 18 Revolucionarios y Barrio 18 Sureños. La FES está conformada por 400 policías y 600 soldados, que se dividen en células de cuatro a diez agentes.

Los cuatro policías estaban acompañados por un informante civil que Factum identificó simplemente como “Rastreador”. El testimonio de Rastreador sobre los crímenes cometidos por el grupo ya está en manos de la Fiscalía General de la República (FGR). Rastreador también habló con Factum.

Con base en el testimonio de Rastreador, un equipo de Factum liderado por Bryan Avelar y Juan Martínez d’Aubuisson fue a cada uno de los lugares donde ocurrieron las presuntas ejecuciones extrajudiciales y entrevistó a decenas de testigos. El equipo también revisó las autopsias de las tres víctimas, le dio una mirada a las investigaciones de la Fiscalía General, consultó con expertos en armas y tuvo acceso a las comunicaciones en tiempo real entre Rastreador y otros miembros de la PNC a través de las mencionadas redes sociales y grupos de chat, que fueron utilizadas para intercambiar información y solicitudes de ejecutar a presuntos pandilleros.

Las ejecuciones

El 14 de febrero de este año, el FES allanó una casa en Aguilares, un suburbio de la capital San Salvador. Ahí, en una construcción de láminas, localizaron a Iván Benjamín Cárcamo Caballero, alias “Bam Bam”, un hombre de 29 años identificado por la Policía como miembro de Barrio 18 Revolucionarios. 

Según Rastreador, los agentes entraron a la casa a asesinar a Cárcamo Cabellero. Uno de ellos permaneció en el lugar para brindar vigilancia. Cuando los agentes habían matado a Cárcamo Caballero, otro de ellos disparó un arma hacia la entrada de la casa y la colocó al lado de la víctima. El comandante del grupo hizo una llamada por radio para fingir un enfrentamiento entre policías y pandilleros, dijo Rastreador.

Cárcamo Caballero es uno de los 293 pandilleros que, según el director de la PNC Howard Cotto, han muerto en los 346 intercambios de disparos o “enfrentamientos” que supuestamente ha sostenido la policía con miembros de pandillas del 1 de enero al 21 de agosto de este año.

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Otras dos ejecuciones ocurrieron el 3 de marzo. Ese día, la FES estuvo en una zona conocida como Distrito Italia en Tonacatepeque, a las afueras de San Salvador y asesinó a Samuel Antonio Avelar Carpio, alias “Eclipse” de 26 años, identificado como miembro de la clica City Paraísos Locos Salvatrucha de la MS13. En el mismo hecho, la FES asesinó a otro pandillero que aún no ha sido identificado. La dinámica fue la misma: mientras los dos agentes asesinaban con sus armas de fuego, los otros cuidaban el perímetro. Después designaron el hecho como “balacera” y llegaron refuerzos.

La autopsia de Avelar Carpio, a la que Factum tuvo acceso, indica que el pandillero recibió un disparo de frente y siete por la espalda. El único registro oficial de la segunda muerte es un documento oficial de la Corte Suprema de Justicia, en poder de Factum, que certifica que el segundo pandillero murió el 3 de marzo de 2017 en la misma dirección en donde Avelar Carpio fue presuntamente ejecutado.

Agresiones sexuales y extorsión

A principios de marzo, en las afueras de la ciudad capital de una zona montañosa conocida como Aguilares, dos de los oficiales de la FES supuestamente asaltaron sexualmente a dos adolescentes después de un intento fallido por encontrar a un pandillero. Después de salir de la casa en donde estaban buscando al pandillero, los policías encontraron a las muchachas y las acusaron de “transportar drogas” de las pandillas. Según varios testigos, los agentes interrogaron y agredieron a las muchachas, y supuestamente introdujeron sus dedos en las vaginas de las dos y les pusieron los cañones de sus armas en la boca.

La FES también estuvo activa en una página de Facebook llamada Grupo de Exterminio de Pandilleros de El Salvador, que era utilizada para compartir información sobre su propia actividad y la de otros policías.

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En la investigación, Factum determinó que el 16 de enero, miembros de la FES usaron la página de Facebook para exigir un pago de US$600 a una persona, a cambio de respetar la vida de un familiar suyo que recién había sido retenido por elementos de la Policía. En el documento judicial obtenido por Factum, la víctima solo se identificó con el nombre clave 385. La página también servía para obtener información de potenciales objetivos.

La página de Facebook era solo una de las formas como se comunicaban los policías que supuestamente participaron en estas ejecuciones extrajudiciales y en otros crímenes. Con la ayuda de Rastreador, Factum siguió un canal de WhatsApp en el que al menos 50 policías compartían fotos de hombres y muchachos muertos, todos los cuales eran presuntos pandilleros, se daban consejos sobre cómo evitar los escrutinios judiciales, y se notificaban cuándo los presuntos pandilleros habían sido liberados de la cárcel, entre otras formas en la que podían rastrear y ejecutar a los supuestos pandilleros.

La respuesta del gobierno

Factum llamó a los números telefónicos proporcionados por Rastreador, que según él pertenecían a los cuatro miembros de la unidad de la FES en cuestión. Sólo el presunto comandante respondió, pero negó que fuera policía y después colgó.

Factum también cuestionó al director de la PNC, Howard Cotto, y al vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz, por los delitos atribuidos a los miembros uniformados de la FES.Ambos funcionarios son parte de la cadena de mando que rige a la unidad élite.

Ambos reconocieron que han recibido denuncias sobre ilegalidades atribuidas a miembros de la Policía, pero negaron que haya grupos de exterminio al interior de la corporación. Prometieron iniciar investigaciones al respecto.

El Estado salvadoreño, de hecho, ya tiene conocimiento formal de todos los delitos atribuidos a la FES: Rastreador denunció los hechos ante la Fiscalía General de la República en mayo pasado. El Ministerio Público ofreció protección al denunciante, dijo.

También lo puso a hablar con dos agentes de la División Élite contra el Crimen Organizado (DECO) de la PNC. Sin embargo, en lugar de cuestionar al testigo por las actividades atribuidas a los miembros de la FES, Rastreador le dijo a Factum que se concentraron en preguntarle por las ubicaciones de pandilleros.

*Este artículo fue editado para mayor claridad y publicado con el permiso de Factum. No representa necesariamente las opiniones de InSight Crime. Vea el original aquí.