Organizaciones criminales mexicanas están desafiando el tradicional dominio de los grupos colombianos en el mercado de la heroína en el oriente de Estados Unidos, lo que indica un cambio en los patrones de producción y tráfico de la droga en ambos países latinoamericanos.
Según un reciente testimonio del congreso (pdf) entregado por el funcionario de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés), Louis J. Milione, el hampa mexicano está “compitiendo ahora por los mercados de la Costa Este y centroatlántico, con la introducción de heroína marrón o alquitrán negro, y desarrollando nuevas técnicas para producir heroína en polvo blanco altamente refinada”.
En el pasado, los traficantes mexicanos por lo general suministraban heroína marrón y en alquitrán negro de inferior calidad a mercados más pequeños en la Costa Oeste de Estados Unidos, mientras que los colombianos suministraban heroína en polvo blanco de mayor calidad a los lucrativos mercados de las grandes ciudades en la Costa Este. El paso a la producción de heroína en polvo blanco indica que los grupos mexicanos buscan competir con sus homólogos colombiano en términos de calidad y también de cantidad.
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Estos cambios no han pasado desapercibidos. InSight Crime ya había informado sobre el notorio incremento en el cultivo de amapola de opio y la mayor sofisticación de la producción de heroína en México en los últimos años. Estas tendencias han sido vinculadas al aumento de la demanda de heroína en Estados Unidos, así como a la baja en la rentabilidad del tráfico con otras drogas, como cocaína y marihuana.
El testimonio de Milione también tocaba un fenómeno relativamente reciente asociado al tráfico de heroína: la adición del opioide sintético fentanilo a la heroína que se vende en el mercado estadounidense. Milione declaró que la DEA está “cada vez más alarmada” con este cambio, y ha expedido alertas en todo el país para informar a las fuerzas de orden público sobre los peligros de la droga.
Una investigación reciente de la agencia estadounidense de noticias Fusion reveló que los productores mexicanos de heroína han comenzado a producir heroína con fentanilo añadido, que se conoce como “el diablito”, por su gran capacidad de causar adicción. Según la investigación, algunos productores mexicanos de heroína con fentanilo añadido obtuvieron los químicos precursores de proveedores chinos y pagaron a químicos colombianos para que les enseñaran a procesar la droga.
“Ya no hay casi nadie fabricando heroína pura, por lo fuerte del diablito”, informó un traficante a Fusion.
Análisis de InSight Crime
Con tanto interés en el cambio de la dinámica de la comercialización de la heroína mexicana, algunos observadores se preguntan si se han pasado por alto los cambios en los patrones de producción en Colombia.
Según un informe de 2015 (pdf) preparado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), el cultivo de amapola de opio en Colombia aumentó casi 30 por ciento entre 2013 y 2014, a 387 hectáreas; el nivel más alto observado desde 2008. Más aún, según el Departamento de Estado de Estados Unidos, los decomisos de heroína en Colombia también pasaron de 349 kilogramos en 2014 (pdf) a 393 kilogramos en 2015 (pdf), lo cual podría indicar un incremento de la producción.
Las organizaciones colombianas parecen haber cambiado su interés de la distribución en pequeños niveles por la producción a gran escala.
“Los colombianos están dejando cada vez más las ventas callejeras”, informó el vocero de la DEA Rusty Payne a InSight Crime. “Han pasado decididamente a la venta al por mayor”.
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En contraste, según un diagnóstico reciente de la DEA, los grupos criminales mexicanos han desarrollado amplias relaciones con distribuidores de la droga al por menor en Estados Unidos. Estas relaciones han permitido a las organizaciones mexicanas introducir sus productos en mercados que anteriormente controlaban los grupos colombianos, como los de la Costa Este.
Aunque el diagnóstico de la DEA señala que la heroína colombiana sigue dominando los mercados en el oriente de Estados Unidos, el panorama podría cambiar con la toma de una porción mayor del mercado mayorista en Estados Unidos por la heroína mexicana. (Vea la gráfica de la DEA abajo).
Además de estos cambios, Payne señaló que la DEA está prestando mucha atención a la introducción de heroína con fentanil procedente de México.
“El fentanilo es un problema muy grande ahora mismo”, dijo. “Lo que vemos es que se está produciendo masivamente”, particularmente en China, donde los laboratorios “están fabricando grandes cantidades de los diferentes tipos de análogos del fentanilo”.
Payne observó que el fentanilo tiene especialmente preocupadas a las autoridades antidrogas, por su extraordinaria potencia, que se traduce no solo en adicción, sino también en sobredosis, pero también en grandes ganancias para los grupos criminales.
“Solo se necesita pasar una pequeña cantidad de esto por la frontera para ganar mucho dinero”, comentó Payne.