La policía de Río de Janeiro opta cada vez más por el uso de helicópteros blindados para abrir fuego sobre sospechosos, una muestra más de las políticas criminales de mano dura del gobernador Wilson Witzel.
Según un informe publicado recientemente, la policía de Río de Janeiro usó helicópteros blindados --conocidos como “caveirão voador” (calavera voladora)-- 86 veces durante el 2018. La cifra representa un aumento de más del 200 por ciento con respecto al 2017.
El 38 por ciento de los sobrevuelos ocurrieron en la Zona Norte de la ciudad, centrados principalmente en las favelas de Maré y Pedreira. La Zona Occidental de la ciudad también se destacó, pues allí se presentaron el 25 por ciento de los vuelos.
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El uso de helicópteros durante operaciones policiales causó particular alerta en junio de 2018, cuando un estudiante de 14 años murió cuando fue alcanzado por una bala perdida durante una operación policial en la favela Maré. Más tarde, una investigación de la policía aseguró que el tiro fatal no había salido del helicóptero.
Sin embargo, organizaciones sociales dicen que en el primer trimestre de 2019 hubo por lo menos siete casos de helicópteros de la policía que abrieron fuego sobre varias favelas.
Análisis de InSight Crime
El creciente uso de helicópteros blindados es solo una faceta de una estrategia contra el crimen promovida tanto por el presidente Jair Bolsonaro como por el gobernador derechista de Río, Wilson Witzel. En el pasado, Witzel ha defendido la política del “tiro en la cabeza” para delincuentes que porten armas.
En marzo, Witzel confirmó que la policía estaba usando fusiles de largo alcance para disparar desde los helicópteros, y afirmó que no le preocupaba el aumento de ejecuciones a manos de la policía. Witzel fue criticado por un video en el que aparecía acompañando a la policía de Río en un operativo aéreo. En el video se ve a los agentes disparando desde el helicóptero, lo que fue denunciado por funcionarios del gobierno, líderes comunitarios y juristas por considerarlo ilegal.
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El uso de helicópteros como plataformas de observación podía defenderse anteriormente como parte de una acción policial coordinada. Pero la evidencia apunta a que se los está usando para disparar contra sospechosos en lugar de ponerlos a disposición de la justicia. Esta táctica no solo es ilegal sino que aumenta el riesgo de lastimar a otras personas.
Tristemente, los habitantes de las favelas se han acostumbrado a los enfrentamientos armados entre las pandillas locales y los agentes de policía, pero los helicópteros abren una nueva dimensión de terror.
Un habitante de una favela dijo en un informe de la agencia de periodismo investigativo Pública que, debido a los helicópteros, no hay “Dónde esconderse, solo queda agacharse y rezar. Con esas calaveras voladoras, [me sentí] como si estuviera en una selva y ellos estuvieran cazando fieras. Me siento como un animal acorralado en mi propia casa".