La huelga que iniciará hoy el mayor conglomerado sindical de Argentina arroja luz sobre las relaciones criminales de algunos grupos sindicales y sus operaciones "mafiosas", en medio de un juego del gato y el ratón entre el jefe de Estado y el líder sindical más poderoso del país.
El sindicato de camioneros de Argentina ha convocado a una huelga nacional este 21 de febrero, para protestar por una serie de medidas de austeridad promovidas por la administración del presidente Mauricio Macri. Pero una mirada más cercana al líder sindical que promueve la huelga, Hugo Moyano, revela una maraña de fraudes y acusaciones de lavado de dinero profundamente arraigadas en su organización.
Moyano es el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), la organización que agrupa a los sindicatos de Argentina, y representante del sindicato de camioneros del país. Está además en la mira de la cruzada de Macri contra la corrupción, que ya ha puesto en serios problemas a miembros de anteriores administraciones presidenciales y a otros dirigentes sindicales. Muchas figuras prominentes han sido investigadas por asuntos como vínculos con organizaciones narcotraficantes, y otras ya están en prisión.
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Moyano y varios miembros de su familia, entre ellos su hijo Pablo, secretario general del sindicato de camioneros, están siendo investigados por presuntos cargos de corrupción, lavado de dinero y evasión fiscal. La esposa de Moyano y sus tres hijastros también están siendo investigados.
En enero, la Fiscalía General acusó a Moyano de evasión de impuestos y lavado de dinero a través de una red de compañías de él y su familia. Según una investigación de Infobae, los fiscales también han presentado cargos contra el dirigente sindical por recibir de manera ilegal millones de dólares del empresario Patricio Nicolás Farcu, presidente de OCA, el principal servicio postal privado de Argentina.
Según Infobae, Moyano, quien también es presidente del Club Atlético Independiente, está además acusado de fraude en un caso que implica la reventa de boletos. Pablo "Bebote" Álvarez, líder de la "barra brava", quien actualmente se encuentra en prisión, acusó a Moyano de complicidad en un caso de extorsión contra los jugadores y empleados del equipo.
Las autoridades también están investigando si los fondos que Moyano utilizó para comprar varias propiedades en una de las áreas más exclusivas de Buenos Aires procedían de facturas falsas entregadas a diversas empresas que adquirían servicios del sindicato de camioneros.
En otro caso, según La Nación, Graciela Ocaña, miembro del parlamento por el partido Cambiemos, al cual pertenece Macri, también acusó a Moyano de malversación de fondos del sindicato mediante la contratación de empresas de sus parientes.
Moyano ha negado todos estos cargos en su contra y dice que es víctima de persecución de la administración Macri.
Análisis de InSight Crime
La larga lista de cargos contra Moyano lo tienen acorralado. Y la huelga nacional parece ser su respuesta a las presiones de Macri, como una muestra de poder.
Históricamente, los sindicatos han tenido un enorme poder político en Argentina. Los camioneros, en particular, pueden paralizar al país dado que las mercancías se transportan principalmente por carretera, después de que los trenes de larga distancia fueron prácticamente desmantelados en la década de los noventa.
Los poderosos sindicatos de Argentina han beneficiado a los trabajadores, pero el poder que han acumulado les ha dado a algunos de estos grupos la posibilidad de operar a la manera de las antiguas mafias. Este prestigio también les ha permitido extender su poder más allá de sus sectores específicos —lo que incluye la muy lucrativa industria futbolística—.
Algunos dirigentes sindicales han sido acusados de extorsión y de utilizar el poder para controlar sus respectivos sectores con el fin de presionar a los políticos de los más altos niveles para que satisfagan sus demandas. En las últimas décadas, se ha identificado con frecuencia que esta es una de las razones por las que los políticos han abandonado sus cargos.
Por su parte, Moyano se ha beneficiado de este poder durante mucho tiempo. Estuvo cerca de Macri cuando este fue jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, pero su relación se deterioró cuando Macri ganó la presidencia y trató de implementar recortes a los beneficios del sindicato, en medio de una creciente inflación en Argentina.
Más tarde, Macri comenzó a ir tras los líderes sindicales que enfrentan denuncias de corrupción, evasión fiscal y lavado de dinero.
En este nuevo contexto, la dinámica entre varios sindicatos también está cambiando rápidamente. Los líderes sindicales que eran cercanos a Moyano se están distanciando de él y de la huelga, quizá por temor a ser también investigados.