El informe anual de la DEA traza la evolución de las fuerzas del mercado en la oferta y la demanda de estupefacientes, incluso con una reducción en las importaciones de cocaína a Estados Unidos, a medida que los carteles mexicanos cambian sus operaciones hacia un mayor tráfico de metanfetaminas y heroína.
Según la Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas de 2013 (pdf) de la DEA, las incautaciones de cocaína a lo largo de la frontera suroccidente se redujeron significativamente en 2012, de 16,9 toneladas en 2011 a 7,1 toneladas en 2012, una reducción del 58 por ciento. En combinación con los informes de menor disponibilidad en varias regiones, la DEA llega a la conclusión de que esto representa una reducción en el tráfico de cocaína.
La DEA atribuye este descenso a los esfuerzos antinarcóticos que afectaron las líneas de abastecimiento de los narcotraficantes colombianos, a los enfrentamientos entre los carteles mexicanos, que redujeron sus operaciones de tráfico hasta disminuir la violencia, y la caída en la producción de cocaína en Colombia. También observa una reticencia cada vez mayor por parte de los narcotraficantes para mover grandes cargamentos por miedo a las incautaciones.
No obstante, el informe señaló que el comercio de metanfetaminas se está moviendo en la dirección opuesta, con los precios cayendo un 70 por ciento entre 2007 y 2012, y la pureza aumentando casi un 130 por ciento. Según la DEA, estos indicadores de mayor disponibilidad se explican por el aumento de la producción de metanfetaminas en México.
También hay señales preocupantes de que los carteles mexicanos están aumentando la producción y la distribución de heroína. La disponibilidad de heroína siguió aumentando en 2012, según el informe, el cual señala que lo más probable es que este sea el resultado de un aumento en la producción y el tráfico de heroína mexicana, evidenciado por el aumento de las incautaciones fronterizas, tanto de la heroína que se produce en México como de la heroína que se produce en Suramérica y se trafica a través de México.
La DEA también señaló que los narcotraficantes mexicanos parecen estar expandiéndose hacia los mercados del este y medio oeste, que tradicionalmente son suministrados con la heroína blanca que se produce en Suramérica, no el alquitrán negro que normalmente se encuentra en México. La conclusión aquí es que los carteles mexicanos están buscando aumentar su participación en el comercio de la heroína blanca.
Los carteles mexicanos también siguen suministrando la mayor parte de la marihuana del país, aunque el aumento en la disponibilidad de la marihuana probablemente esté más vinculado con el creciente cultivo doméstico, señaló el informe.
Sin embargo, la DEA identifica que la mayor amenaza de drogas proviene de los medicamentos recetados y controlados (CPDs), con un abuso generalizado -en segundo lugar después de la marihuana- y creciendo rápidamente, aunque las drogas son las responsables de más sobredosis que cualquier otra sustancia. El mercado de CPD, señala, no está controlado por los carteles de la droga, sino por las clínicas clandestinas del manejo del dolor -comúnmente conocidos como pill mills-.
Análisis de InSight Crime
Como ha señalado la DEA, existen numerosas posibles razones sobre la reducción de las importaciones de cocaína hacia Estados Unidos, entre ellas la afectación de las redes colombianas. Numerosos actores principales en el hampa de Colombia han sido duramente golpeados en los últimos años, sobre todo a través de la implosión de los Rastrojos y el arresto de Daniel "El Loco" Barrera. En su apogeo, los Rastrojos y Barrera, quienes con frecuencia trabajaron juntos, manejaron una de las redes más importantes de narcotraficantes colombianos.
También es posible que las guerras entre los carteles mexicanos hayan afectado el suministro, como se sugiere, en la medida en que los rivales tienen como blanco las líneas de suministro, las organizaciones pierden el control de las rutas de tráfico, o reducen sus operaciones para proteger sus intereses.
Una posibilidad más preocupante, y muy probable, es que, como especuló la DEA, las incautaciones están cayendo debido a que los carteles están moviendo cargamentos más pequeños, con el fin de minimizar las pérdidas frente a los mayores esfuerzos de interdicción.
De las razones ofrecidas por la DEA, la menos plausible es la reducción en la producción de cocaína colombiana. Aunque la producción ha estado disminuyendo, sigue siendo más que suficiente para satisfacer la demanda, mientras que los carteles mexicanos son muy capaces de comprar el producto en Perú -hoy en día, el principal productor de cocaína del mundo-.
También vale la pena señalar que el consumo de cocaína ha estado disminuyendo en Estados Unidos, pero ha estado aumentando en otros lugares -especialmente en Europa. Ha habido numerosos indicios de que los grupos del crimen organizado de Latinoamérica han estado respondiendo a estas fuerzas del mercado mediante el aumento de los esfuerzos para acceder a los mercados fuera de Estados Unidos, por lo que una caída de las exportaciones de Estados Unidos podría ser simplemente el resultado de la reorientación de los esfuerzos en los mercados cada vez más lucrativos y menos estrechamente controlados.
Son preocupantes las otras tendencias destacadas por la DEA, sobre el aumento de la producción de heroína y metanfetaminas. Estas indican una estrategia de diversificación de las fuentes de ingresos de los carteles, y mientras más diversas sean sus fuentes de ingresos, más difícil se vuelve atacar sus ingresos al enfocarse en una sola área.
Comparando el informe de la DEA con otro estudio reciente que examina las tendencias a largo plazo en el mercado de las drogas, llevado a cabo por el British Medical Journal, está claro que los aparentes éxitos en la reducción de las importaciones de cocaína de Estados Unidos en el informe de este año deben ser abordados con precaución.
Entre 1990 y 2007, la pureza de la cocaína aumentó en aproximadamente un 11 por ciento, según el BMJ, mientras que el precio se redujo en un 80 por ciento. No obstante, entre 2007 y 2009 (el último año que se mira en el estudio), estas tendencias comenzaron a revertirse. Las incautaciones de cocaína, en o con destino a Estados Unidos, disminuyeron en un 49 por ciento entre 1990 y 2011.
Estos resultados resaltan cómo los cambios recientes en los patrones deben ser considerados en el contexto de las tendencias a largo plazo, del aumento de la pureza de la cocaína y la caída de los precios. También muestran que las incautaciones, que han estado reduciéndose desde hace algún tiempo, no siempre han tenido una correlación directa con el precio y la pureza, lo que sugiere que no se pueden tomar por sí solas como un marcador preciso para los niveles de tráfico y la disponibilidad.
En comparación, y encajándolo con los hallazgos de la DEA, la pureza y la potencia de la heroína y la marihuana han aumentado sustancialmente durante el período cubierto, mientras que los precios han caído.
Mirando los informes a la par, es evidente que se han producido graves trastornos en el mundo del narcotráfico en los últimos años, y que el suministro de cocaína de Estados Unidos parece estar cayendo. Sin embargo, también es claro que es demasiado pronto para decir si esto es o no parte de una tendencia a largo plazo o si se trata de una fluctuación a corto plazo basada en cambios en los patrones de consumo y en cambios en el hampa -el último de los cuales, en particular, puede cambiar rápidamente-.