El recién publicado informe de la OEA "Las drogas en las Américas", no sólo marca un paso hacia la profundización del debate sobre la política global de drogas, sino que también ofrece una visión de los efectos que, un cambio de paradigma en la guerra contra las droga, podría tener sobre el crimen organizado.
El informe proporciona un análisis detallado sobre la producción, el tráfico y la distribución de drogas, así como la relación entre el narcotráfico y el crimen organizado. En el informe también hay cuatro futuros escenarios que describen el posible impacto de los diferentes enfoques para hacer frente al narcotráfico.
Lea el informe completo de la OEA aquí (pdf) y los escenarios de la OEA aquí (pdf).
En el primer escenario, "Juntos", los líderes regionales lanzarían una "campaña sostenida contra las organizaciones criminales transnacionales y su violencia, el tráfico de drogas, armas y la influencia de la corrupción." Los países cooperarían en la campaña pese a que no existe un consenso sobre la regulación de drogas, ya que se basa en la premisa de que no son las leyes actuales las que tienen la culpa, sino su aplicación inadecuada o incompleta.
El enfoque se centraría en atacar a las organizaciones narcotraficantes de alto nivel, en lugar de los distribuidores y los usuarios de bajo nivel, con un énfasis en la prevención del crimen, la violencia y la corrupción. Esto se lograría mediante el fortalecimiento de las instituciones judiciales y de seguridad dentro de cada país, y el mejoramiento de la cooperación internacional.
En el escenario, que se extiende hasta el año 2025, conduciendo a una era menos corrupta y violenta, con las instituciones estatales menos vulnerables a la penetración por parte del crimen organizado y el desmantelamiento de los carteles más violentos y peligrosos. No obstante, poner fin al comercio regional de drogas seguirá siendo "un trabajo en proceso".
Por el contrario, el segundo escenario, "Caminos", describe una región en la cual, diferentes países experimentarían con diferentes enfoques a la regulación. Algunos optan por la experimentación y la reforma gradual, mientras que otros mantendrían la legislación vigente, tratando de reducir la demanda mediante la prevención.
En este escenario, son las leyes prohibicionistas y sus costos no deseados los que se identifican como el principal impulsor de los problemas sociales relacionados con el narcotráfico. Empezando con la despenalización o la legalización del cannabis, algunos países, poco a poco, comienzan a moverse hacia la legalización, con la política evolucionando al tiempo que cambian los entornos políticos y la opinión pública.
Esto crea tensiones entre los países reformistas y aquellos decididos a seguir con el status quo, que atacan a los demás países por violar la Convención Única sobre Estupefacientes de la ONU (pdf). Eventualmente, estas tensiones resultan en un bloque de países con ideas afines que presionan hacia una revisión completa de la convención.
Al final de este escenario, la legislación mundial de las drogas se habría convertido en "un caleidoscopio de enfoques al cannabis, la hoja de coca y algunas nuevas sustancias psicoactivas"; pero, otras drogas, incluyendo la cocaína, seguirían estando prohibidas. Aunque los grupos criminales estarían en declive, después de haber sufrido la pérdida de ingresos importantes debido a la legalización del cannabis, ellos se refugiarían en el tráfico de cocaína y buscarían explotar otras oportunidades en productos farmacéuticos y nuevas sustancias psicoactivas.
En el tercer escenario, "Adaptación", los líderes deciden que la respuesta a los problemas de drogas de la región, no está ni en una mejor aplicación de la ley, ni en el cambio del marco regulatorio. En su lugar, se enfocan en la reconstrucción y el fortalecimiento de las comunidades a nivel base.
Este enfoque del problema incluye los programas de reducción de daños, la legalización de la tenencia de drogas y un cambio en el enfoque judicial, del castigo a la rehabilitación. También implica la intervención social en las comunidades vulnerables a través de medidas tales como la mejora del acceso a la educación y el empleo, y programas deportivos y culturales para los jóvenes en riesgo.
Los narcotraficantes de alto nivel seguría siendo perseguidos y juzgados, pero los usuarios y distribuidores de bajo nivel serían tratados a nivel comunitario a través de la justicia restaurativa.
El progreso sería lento y con frecuencia obstaculizado por falta de financiación y la renuencia al cambio de ciertos sectores, como la policía, lo que alimenta las críticas al enfoque. No obstante, al final del escenario, la idea detrás de este enfoque habría echado raíces habiendo reducciones graduales en el impacto del crimen organizado y los problemas sociales asociados con la venta y el consumo de drogas.
El último escenario, "Interrupción", retrata un mundo donde no existe un consenso entre los países productores, de tránsito y de consumo. Los países más afectados por la violencia se sienten frustrados por la negativa obstinada de reevaluar la política mundial, y por la hipocresía de la legalización del cannabis en los países consumidores que insisten en que la guerra contra las drogas continúe fuera de sus fronteras.
Estos países cambiarían sus políticas y escasos recursos para centrarse en limitar los daños, y alejarse de la producción de drogas y las operaciones de tráfico. En algunos casos, los países harían "narco-pactos" con las organizaciones narcotraficantes - un acuerdo, tácito o no, para dejar que los carteles controlen el flujo de drogas a cambio de la paz social -.
Pese a las protestas internacionales, estos países afirmarían su derecho al control soberano de sus políticas. Habría una caída en la interdicción de las drogas y los arrestos de los traficantes, y en algunas zonas, una reducción en los homicidios. Sin embargo, se daría un aumento en el consumo de drogas, tanto en los países de tránsito tradicionales como en los consumidores, a medida que los precios caen y aumenta la pureza.
También habría una afluencia de narcos ricos en los países que han abandonado la lucha contra el narcotráfico. Sus ganancias del narcotráfico impulsarían la economía, pero también comprarían influencia política y apoyo comunitario, y estos países estarían en camino de convertirse en auténticos "narco-estados".
Para 2025, la región estaría plagada de disputas internacionales y los grupos criminales serían fuertes.
Análisis de InSight Crime
Hay un creciente consenso, especialmente entre los países de Latinoamérica, que la guerra contra las drogas ha fracasado; y este último informe marca un hito en el camino hacia el desarrollo de nuevas políticas. Con el movimiento en contra de un enfoque prohibicionista tomando fuerza, una especie de cambio de paradigma parece ahora muy probable y los escenarios de la OEA ofrecen una visión de los posibles beneficios y dificultades de los nuevos enfoques (Vea el mapa de InSight Crime que muestra las posiciones de cada país sobre la política de drogas, abajo).
El primero de estos escenarios, "Juntos", mantiene el actual enfoque de aplicación de la ley, pese al cambio hacia la prevención sobre el control y, esencialmente, describe el tipo de políticas que el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está dispuesto a poner en práctica. No obstante, en el fondo se trata de un poco más que juguetear con un enfoque que particularmente ha fracasado en detener el flujo de drogas y la propagación del crimen organizado. No hay duda de que el fortalecimiento institucional y el aumento de la cooperación, a los que se aboga en el escenario de "Juntos", son fundamentales para luchar contra el crimen organizado en la región, pero la historia sugeriría que es muy optimista creer que esto sólo puede cambiar el rumbo.
El segundo escenario describe los esfuerzos más fundamentales en la reforma, a través de la modificación del marco legal en materia de drogas. Reconoce que el cambio en este campo será gradual y llegará a través de un proceso de ensayo y error. Sin embargo, al final del escenario, aunque el cannabis y la hoja de coca pueden ser legales, el pilar del narcotráfico en la región, - la cocaína - sigue siendo prohibida, por lo que los carteles de la droga conservarían la principal fuente de su riqueza y, por lo tanto, su poder e influencia.
El escenario de "Adaptación", describe un enfoque integral que aborda las condiciones sociales que hacen un terreno fértil para el crimen organizado. Las raíces de estos problemas sociales son profundas y requieren intervención social comprometida y paciente, así como una financiación sifnificativa para tener éxito. Las medidas descritas probablemente jugarán un papel clave en cualquier intento a largo plazo para erradicar el crimen organizado, pero al no atacar a los propios grupos criminales - ya sea a través de medidas de seguridad o por medio de la eliminación de su principal fuente de ingresos - es poco probable que sean suficientes en sí mismas.
El último escenario es esencialmente una advertencia de lo que puede suceder si Estados Unidos y otros países consumidores poderosos se niegan a participar en el debate sobre la política de drogas, de manera significativa. Muchos países de la región ya se están acercando a un punto de ruptura en el tratamiento de las secuelas de la violencia del narcotráfico y, pese a los peligros inherentes al enfoque, será una opción cada vez más atractiva para los países incapaces de hacer frente al crimen organizado por sí solos y frustrados por la intransigencia internacional.
Un enfoque ideal para el problema, probablemente, sería la combinación de medidas de cada uno de los tres primeros escenarios; el fortalecimiento de las instituciones del estado, el corte de las fuentes de ingresos del crimen organizado y abordar las condiciones sociales que le ayudan a echar raíces. No obstante, el principal mensaje de las proyecciones a futuro de la OEA, es la necesidad de cooperar de los países, a participar plenamente en un verdadero debate sobre el tema y tratar de llegar a un consenso. Si los líderes no logran esto, entonces no importa lo que ellos decidan, es probable que dejen suficiente espacio para que el crimen organizado siga floreciendo en la región.