Un reciente informe sobre los avances y las dificultades de la legalización de la marihuana en Uruguay señala que, a pesar de algunas dificultades, esta industria tiene un futuro sostenible, y que podría ser una buena lección para otros gobiernos de Latinoamérica que también estarían considerando la legalización de la droga como una alternativa frente a las tradicionales políticas de drogas.
El informe, titulado "La ley del cannabis en Uruguay: pionera de un nuevo paradigma", fue publicado el 21 de marzo por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por sus iniciales en inglés) y Brookings Institution, y describe los primeros logros y fracasos de la ley de cannabis en el país, a la vez que ofrece algunas recomendaciones sobre cómo mejorar la administración de esta industria.
Los legisladores de Uruguay promulgaron la ley del cannabis en diciembre de 2013, y en julio de 2017 algunas farmacias comenzaron a vender dos cepas de marihuana legal cultivadas por dos compañías autorizadas por el Gobierno. El informe señala que en marzo de 2018, 12 farmacias en ocho departamentos del país atienden a más de 22.000 compradores. El departamento de Montevideo, uno de los más poblados del país, y donde se encuentra la capital de Uruguay, es el único departamento con varias farmacias expendedoras de marihuana. Once de los 19 departamentos del país no cuentan con farmacias expendedoras de la droga.
Aunque el informe deja claro que a Uruguay le ha ido bien en cuanto a la legalización de la marihuana, también identifica varios obstáculos.
Podría decirse que el aspecto que más amenaza la estabilidad de la legalización de la marihuana, como InSight Crime ha informado, tiene que ver con las leyes bancarias estadounidenses. Los bancos de Uruguay tienen relaciones con bancos estadounidenses y con farmacias locales que expenden marihuana. Pero, según la Ley Patriótica de Estados Unidos (US Patriot Act), los bancos estadounidenses no pueden tener relaciones financieras con empresas dedicadas a la venta o distribución de sustancias controladas, como la marihuana. El informe indica que, en consecuencia, los bancos estadounidenses les han informado a los bancos uruguayos con los que tienen negocios que deben dejar de ofrecerles sus servicios a las farmacias que venden marihuana.
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Según el informe, "esta situación puso a los bancos uruguayos en una disyuntiva: cerrar las cuentas de las farmacias vendedoras de cannabis, o bien asumir el riesgo de que grandes instituciones financieras estadounidenses se retiren del país […] Para los bancos uruguayos, la decisión era obvia: les notificaron a las farmacias que sus cuentas serían canceladas".
Las farmacias que distribuyen marihuana también se encuentran frente a una disyuntiva. Según el informe, podrían "cambiar todas sus operaciones (tanto las de cannabis como las de los demás productos) a un sistema de transacciones en efectivo, o bien dejar de vender cannabis, continuar como una farmacia estándar y conservar sus servicios bancarios".
La ley de cannabis de Uruguay ha enfrentado otros obstáculos predecibles.
Según el informe, dado que solo hay dos proveedores autorizados, que existen pocas farmacias distribuidoras y que la demanda ha ido en aumento, era inevitable que se presentara una escasez de suministros. Además, a los turistas no se les permite comprar marihuana, y se ha avanzado poco en cuanto a la marihuana medicinal. El informe indica que estos factores han contribuido a que los turistas interesados en comprar marihuana y los pacientes que buscan los extractos y aceites de cannabis para fines médicos recurran al mercado negro para encontrar estos productos.
También ha habido problemas de implementación. Según el informe, el carácter estricto de la ley y la complejidad de sus normas han creado una desconexión entre la ley y la manera como se implementa. El informe describe varios casos en los que los agentes de policía han detenido a productores registrados, pero que después se demostró que sí cumplían con la ley.
Análisis de InSight Crime
El informe de WOLA y Brookings identifica varios problemas previsibles, así como aspectos a mejorar en el experimento de Uruguay con la legalización de la marihuana. Pero el futuro de la industria es en general positivo, dado que la mayor parte de estos problemas pueden superarse con cambios normativos, mediante la educación continua y con la experiencia.
La "proliferación de las redes informales" es motivo de preocupación, principalmente como resultado de la lenta implementación de la marihuana medicinal, pero también debido a la demanda turística, que según el informe surgió tras la legalización de la marihuana. Pero los autores del informe afirman que este problema se podría solucionar con ajustes menores.
Si bien la legalización de la marihuana fue de hecho un intento por reducir la demanda del mercado negro, el informe señala que en su lugar los uruguayos crearon una ley que "aumentó la demanda del mercado negro" entre los turistas. El informe recomienda que, después de que se hayan resuelto los problemas de suministro local, se inicie un programa que les permita a los turistas comprar marihuana de manera legal, de manera que no recurran al mercado negro; a su vez, esto generaría otra fuente de ingresos para las farmacias que tienen dificultades para acceder al sistema bancario.
Según el informe, corregir la "exclusividad en la distribución" para resolver la escasez de suministros y ofrecerles a los ciudadanos más opciones para comprar marihuana también podría ayudar a alejar a los compradores del mercado negro.
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Los autores del informe les proponen a los funcionarios considerar un sistema mediante el cual los compradores que no pueden acceder a la marihuana legal tengan acceso a un sistema secundario. Actualmente, los uruguayos tienen tres opciones para adquirir la marihuana: el mercado comercial, los cultivos caseros o la vinculación a un club de cannabis. Cada una de estas opciones tiene sus propios riesgos, desde los "desiertos de cannabis", cuando no hay suministros de marihuana, hasta la pérdida de los cultivos, que pueden conducir a los compradores a los mercados negros. Según el informe, ofrecerles a los compradores más opciones y mayor flexibilidad para comprar marihuana permitiría desplazar el mercado negro.
"Si Uruguay decide eliminar la exclusividad de la distribución, y si considera extender las ventas al mercado turístico, creo que habrá un mayor impacto en el mercado negro del que ha existido hasta ahora”, dijo Geoff Ramsey, investigador y comunicador de WOLA, que además fue uno de los autores del informe.
La legalización de la marihuana en Uruguay también ha generado el temor de que se suministre la droga a los mercados negros de países vecinos como Argentina y Brasil. Pero aunque en Estados Unidos ha habido evidencia de que la marihuana legal en ciertos estados ha permitido abastecer los mercados negros de otros estados, Ramsey le dijo a InSight Crime que "no hay una gran demanda del cannabis comercial uruguayo en los países vecinos" debido a que la marihuana de Uruguay tiene un bajo porcentaje de tetrahidrocannabinol (THC), uno de los principales psicoactivos del cannabis.
En general, Ramsey dice que hasta ahora la evidencia sugiere que el futuro de la marihuana legal en Uruguay es "muy positivo", y que otros países que buscan implementar políticas progresistas frente a las drogas "prestarán bastante atención al modelo uruguayo”.