La polémica Guardia Nacional de México ha sido desplegada en algunos de los estados más violentos del país mientras el estado de Morelos, en el sur, se está convirtiendo en un campo de batalla de facciones criminales rivales.
Según un informe de El Universal, el presidente Andrés Manuel López Obrador desplegó unidades de la Guardia Nacional, que cuenta con 60.000 efectivos, en los ocho estados donde se cuentan la mitad de los homicidios del país: Guanajuato, Estado de México, Jalisco, Ciudad de México, Guerrero, Veracruz, Michoacán y Morelos.
En lo que va de 2019, Guanajuato ha sido el estado más violento de México, con 1.237 homicidios registrados, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). Esto se debe en gran parte a los enfrentamientos entre el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cartel de Santa Rosa de Lima por el control de economías criminales como el robo de petróleo.
Sin embargo, más hacia el sur, en Morelos, los combates entre una gran organización criminal y cuatro de sus grupos rivales está preocupando a las autoridades.
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Actualmente, el CJNG, Los Rojos, La Familia Michoacana, Los Tlahuicas y Los Mayas se disputan el control de la capital de Morelos, Cuernavaca, así como los municipios de Jiutepec, Emiliano Zapata, Cuautla, Puente de Ixtla, Yautepec, Jojutla y Xochitepec, según señaló el jefe de seguridad del estado, José Antonio Ortiz Guarneros, en un informe de La Jornada.
El CJNG se disputa con el Cartel de Sinaloa el título del grupo criminal más poderoso de México. Por otro lado, La Familia Michoacana, cuyos días de gloria han quedado atrás, parece que se mantiene en pie a pesar de que sus miembros se han diezmado. Los Rojos son una disidencia de la Organización Beltrán Leyva (OBL), y Los Tlahuicas son un grupo de Morelos que cuenta con bastantes armas. No está claro cuál es el origen del grupo criminal Los Mayas.
Según La Jornada, en el mes de mayo se registraron al menos 30 homicidios como resultado de los enfrentamientos entre estos grupos rivales. El acto de violencia más infame ocurrió el 8 de mayo, cuando un sicario abrió fuego y mató a dos empresarios de la región a plena luz del día en el centro de Cuernavaca.
En el primer trimestre de 2019, la tasa de homicidios de Morelos, de 12 por cada 100.000 habitantes, fue una de las más altas de todo el país, solo por debajo de Guanajuato, Chihuahua, Baja California y Colima, según estadísticas del observatorio Semáforo Delictivo. Durante este periodo, de todos los estados mexicanos, Morelos tuvo la mayor tasa de crímenes de alto impacto, como homicidio, secuestro y extorsión, como lo constató Semáforo Delictivo.
Análisis de InSight Crime
Esta no es la primera vez que el estado de Morelos se ubica en el centro de los violentos conflictos entre grupos del crimen organizado rivales, que se han venido fragmentando a lo largo de los años.
Pero si bien algunos de los actores criminales han cambiado, los combates y sus móviles no se han modificado. En 2012, eran Guerreros Unidos (grupo que también se desprendió de la Organización Beltrán Leyva (OBL) y fue fundado por dos de sus exintegrantes), La Familia Michoacana y Los Rojos los que estaban utilizando la violencia extrema para tratar de ejercer control total sobre el estado.
Morelos es un importante territorio criminal por tratarse de un punto estratégico para el narcotráfico. De Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero, que ha sido centro de cultivo de amapola y de producción de diversas drogas, los cargamentos de estupefacientes se dirigen hacia el norte, a Morelos, y de allí siguen su ruta hacia el oeste por una carretera que conecta con la costa del Pacífico y con Acapulco, que solía ser un atractivo centro turístico y donde existe un importante puerto bastante útil para para los traficantes.
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Sin embargo, Morelos no ha sido siempre tan violento. El fallecido capo del Cartel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes, operó libremente en dicho estado durante la década de los noventa gracias en gran parte a políticos y policías corruptos que le ofrecían protección. Las multimillonarias ganancias del Cartel de Sinaloa le permitían al grupo comprar la protección para capos como Juan José Esparragoza Moreno, alias "El Azul", lo que le permitió operar y vivir cómodamente allí.
Pero la estructura de los poderosos grupos criminales de México no es clara actualmente. Las lealtades cambian con regularidad en medio de una continua fragmentación, aunque el derramamiento de sangre continúa. El CJNG es sin duda el mejor posicionado para obtener el control total de Morelos, dado su tamaño y su poder. Pero la creciente fragmentación del hampa en el país indica que, mientras algunos grupos caen, son remplazados por otros más violentos.