Un juez salvadoreño dijo que el 90 por ciento de los casos de delincuencia organizada de los que se ha ocupado en los últimos seis años, han sido cometidos por pandillas "maras", lo que plantea la cuestión de hasta qué punto las pandillas son responsables de la delincuencia en el país y la región.
El juez Tomás Salinas, quien trabaja en una corte especializada en crimen organizado en la provincia de Santa Ana, dijo que de las 5.500 personas que tuvieron procesos en el tribunal en los últimos seis años, unos 4.950 eran miembros de pandillas callejeras, según reportó El Mundo.
El crimen más procesado por el tribunal fue el homicidio, seguido de extorsión, secuestro, narcotráfico y tráfico de personas.
El juez dijo que él sabía que los detenidos pertenecían a las pandillas, porque pedían ser enviados a prisiones donde otros miembros de su pandilla estaban cumpliendo sentencias.
Análisis de InSight Crime
Vale la pena poner en duda las estadísticas del juez porque no es claro que el tribunal se haya basado en procedimientos legales para determinar si los acusados debían ser considerados como pandilleros o no. En el pasado, bajo la política de "mano dura" de El Salvador, las autoridades solían arrestar a presuntos pandilleros y acusarlos de diferentes crímenes, con ninguna prueba más que los tatuajes en sus cuerpos.
No obstante, la afirmación del juez plantea la pregunta de cuánta responsabilidad cae en la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18 por los índices de criminalidad en El Salvador. La noción de que ellos son responsables de un gran porcentaje de homicidios en el país es respaldada por los resultados de la actual tregua entre las pandillas y el gobierno, lo que ha llevado a una reducción significativa en el número de homicidios. Bajo el acuerdo, las pandillas acordaron reducir la violencia y otras actividades criminales, a cambio de mejores condiciones para los miembros encarcelados y la expansión de los programas de reinserción para los pandilleros. El hecho de que los grupos hayan logrado reducir masivamente los asesinatos, resalta su participación en una gran parte de la violencia que tiene lugar en el país, respaldando las afirmaciones del juez.
Además de mantener elevadas las tasas de homicidios de El Salvador, se cree que las pandillas también están detrás de gran parte de la extorsión en el país. Aparentemente esta actividad criminal es la mayor fuente de ingresos para las Maras, las cuales suelen cobrar los pagos a los hogares y negocios en los barrios donde tienen presencia. En un esfuerzo por abordar esta cuestión, las maras están trabajando con el gobierno para crear "zonas de paz" en la que se eliminarán los delitos como extorsión, robo y secuestro, al parecer, a cambio de una reducción en la presencia policial.
Pero mientras que las maras sin duda jugaron un rol importante en mantener las tasas de criminalidad en El Salvador entre las más altas del mundo, no es claro si deben ser consideradas una organización narcotraficante transnacional. El gobierno de Estados Unidos afirmó que deberían serlo, cuando el Departamento del Tesoro agregó a la MS13 en la lista de las redes criminales transnacionales, junto a otros grupos como los Zetas de México. Incluso, el presidente de El Salvador expresó su escepticismo sobre si se trataba de una interpretación precisa del nivel de amenaza que supone la MS13.
La MS13 y Barrio 18 no han jugado un papel tradicional en el tráfico de drogas, trabajando como distribuidores en las calles en lugar de posicionarse como distribuidores internacionales. En El Salvador, el narcotráfico transnacional es manejado en su mayoría por redes como las de los Perrones y el Cartel de Texis. En contraste con las maras, estos grupos mantienen la violencia relativamente bajo control, apoyándose más en estrategias como el soborno y la corrupción de los funcionarios públicos.
Así, mientras que la evidencia parece apoyar la teoría de que la MS13 y Barrio 18 son responsables de gran parte de los índices de criminalidad en El Salvador, esto no tiene por qué convertirlas en grupos criminales organizados sofisticados. Las maras, por su parte, se han apresurado en defender las mejoras recientes en la seguridad en El Salvador, que se han producido como resultado de la tregua con el gobierno actual. Después que el Departamento de Estado de Estados Unidos emitiera recientemente una advertencia de viaje contra El Salvador, citando los altos niveles de violencia, las pandillas rápidamente emitieron una réplica, y catalogaron como "desfasada" la información de Estados Unidos sobre El Salvador y "un insulto a la dignidad del país".