Una escalofriante llamada telefónica muestra algunas de las técnicas usadas por los criminales de Honduras para extorsionar a sus víctimas, destacando las formas en que las pandillas de extorsionadores se aprovechan de la precaria situación de seguridad del país para sembrar miedo en la población.

En la grabación de una llamada extorsiva obtenida por los medios hondureños, un hombre que se identifica a si mismo como “Mafia,” , el líder de una pandilla del mismo nombre, les exige a los dueños de una empresa de buses el pago de un “impuesto de guerra” semanal de aproximadamente US$4.760.

“Si no”, dice el criminal, “vamos a hablar con los dueños de los rapiditos [buses] y los vamos a quemar vivos”.

Durante la llamada, Mafia les dice a sus víctimas que se reúnan con él al día siguiente a las 11 de la mañana y les advierte no llamar a la policía y apagar sus teléfonos celulares. Luego les describe diferentes acciones que la pandilla ha realizado en dos de los barrios más peligrosos de Tegucigalpa, La Torre y Flor del Campo.

“En este momento te vas a dar cuenta que nosotros le cobramos renta ya a la Flor del Campo y ya le matamos a uno porque ellos no la creían al principio. Entonces si ustedes no la creen, escúchame muy bien que después te voy a dejar escuchar… si ustedes no la creen, les va a pasar lo mismo que les ha pasado a La Torre y a la Flor del Campo conmigo, ¿me entendés?”.

El extorsionista entonces pasa el teléfono a un hombre que se identifica a sí mismo como su pistolero, el cual también amenaza a la víctima.

“Si ustedes no colaboran con nosotros van a ver que va a haber un muertito para mañana ¿me entendés?” dice el asesino. “Ustedes tienen que ponerse al pie de lo que dice Mafia ¿me entendés? porque con Mafia es una sola palabra [para matarlos] ¿me estás escuchando?”.

“Porque yo me voy a encargar de ustedes… Para volarles los sesos”, agrega.

El pistolero le pasa el teléfono a Mafia y la víctima le pregunta si puede pagar la mitad del dinero, ya que no puede reunir toda la cantidad exigida para el día siguiente.

“La onda está así en este momento”, dice el extorsionador. “Vas a ver. Aquí hay reglas en la banda. Yo no te voy a dar la mitad ¿me entendés? pero sí te vamos a ayudar, vas a dar solamente 80.000 lempiras [alrededor de US$3.800]”.

En un intento final, la víctima le pregunta si puede entregar el dinero en dos pagos, a lo que el extorsionador responde “no lo van a pagar en dos pagos”.

Análisis de InSight Crime

La llamada telefónica ilustra los tipos de amenazas que los delincuentes usan para extorsionar a sus víctimas en Honduras y proporciona información sobre un crimen que obliga a miles de empresas a cerrar cada año. La extorsión es un motor importante de la violencia en un país que se ha convertido en uno de los más violentos del planeta.

La persona que se escucha en la grabación parece ser miembro de una pandilla de extorsión conocida como La Mafia, que está enfocada en el sector de transporte y opera desde la cárcel con la ayuda de cómplices externos. La Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) de Honduras identificó al perpetrador como Orlin Javier Alvarado Peralta, alias “Mafia”, el líder del grupo. Esta pandilla de extorsión ya fue desmantelada —en parte gracias a una víctima que denunció el delito— y Alvarado Peralta fue trasladado a una prisión de máxima seguridad, según La Tribuna.

Sin embargo, las víctimas suelen ser renuentes a denunciar las extorsiones a la policía. Como se evidencia en la grabación, el receptor de la llamada cuenta con muy poca información a lo largo de las diferentes etapas de la conversación, lo cual lo pone en gran desventaja. En la grabación, el extorsionista podría estar diciendo la verdad sobre el reciente ataque a otra compañía de autobuses, como también podría estar utilizando a su favor un evento que vio en las noticias. La víctima nunca puede saber con certeza. Los ataques a autobuses, taxis y empresas del sector de transporte son muy frecuentes en Honduras —así como en Guatemala, donde más de 400 personas murieron en estos ataques el año pasado—, pero es difícil determinar quiénes son los responsables de estos ataques, pues pocos de ellos son investigados.

Como se evidencia en la grabación, el sector del transporte es un blanco importante para los extorsionistas de Honduras, y les genera anualmente a los grupos criminales ganancias estimadas en US$27 millones. Entre 2012 y 2014, 153 taxistas y 32 pasajeros fueron asesinados en casos que aparentemente estaban vinculados a la extorsión. Las compañías de autobuses también son blancos frecuentes —la extorsión ha alcanzado niveles tan altos en algunas partes de la capital, Tegucigalpa, que los conductores se han visto obligados a suspender las rutas de autobuses—.

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Aunque la extorsión es la principal fuente de ingresos para las poderosas pandillas callejeras del país —la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18— el crimen también es perpetrado por agentes de policía corruptos y por delincuentes comunes que se hacen pasar por miembros de pandillas. Según la FNA, hasta el 70 por ciento de las extorsiones son realizadas por delincuentes comunes y no por las violentas pandillas del país, por lo que es difícil, si no imposible, diferenciar entre las amenazas reales y las realizadas por impostores.

El deterioro de la situación de seguridad en Honduras ha sido rápido y generalizado. Las víctimas de extorsión a menudo tienen disponible dinero en efectivo, trabajan en zonas peligrosas, carecen de protección y cuentan con poca información sobre la cual basar su decisión a la hora de pagar o ignorar la llamada. Los extorsionistas, como se evidencia en la grabación, atacan a víctimas desinformadas para cometer sus delitos.

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