En el mundo de la lucha contra el crimen organizado, existen estrategias y existen funcionarios encargados de ponerlas en práctica y de “venderlas” al público.
La Ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, es, sin duda, experta en esto último.
Es que la Ministra Bullrich no es una funcionaria convencional. Su historia, y el camino que recorrió en sus más de 40 años de carrera política a través de casi todo el arco partidario local (fue segunda teniente de la organización guerrillera de los 70s Montoneros, cercana al presidente Carlos Menem y luego funcionaria de sus opositores) le brinda, a ojos de muchos, una visión particular sobre la problemática del crimen organizado.
Casi dos décadas más tarde, y de la mano del partido Cambiemos del presidente Mauricio Macri, fue nombrada Ministra de Seguridad.
VEA TAMBIÉN: Noticias y Perfil de Argentina
Desde 2015 está a cargo de poner en práctica una estrategia que ella misma define como basada en “control territorial, cambio de paradigma, mucha más inteligencia y menos casualidad”.
Las cifras oficiales dicen que la estrategia está funcionando -- reportan aumentos en incautaciones y bajas en los índices de homicidios. La administración también dice promover una fuerte lucha contra la corrupción en todos los niveles.
Los críticos de la administración Macri, sin embargo, dicen que los números solo muestran parte de la realidad y argumentan que una estrategia basada casi exclusivamente en las incautaciones no está resolviendo los principales desafíos que el país enfrenta en cuando al impacto del crimen organizado y la disponibilidad de drogas en las calles del país.
En una entrevista exclusiva en Washington, la Ministra Bullrich conversó con InSight Crime sobre el presente y el futuro de un país que se juega un espacio cada vez más estratégico en el tablero de la lucha contra el crimen organizado.
InSight Crime (IC): Cuando llegaron al poder, prometieron “desorganizar al crimen” ¿De qué se trata eso?
Patricia Bullrich (PB): Cuando llegamos al gobierno teníamos fuerzas (de seguridad) que actuaban de una manera pasiva. En la frontera paraban solamente a 10 por ciento de (las drogas) que se consumían en la Argentina.
Nosotros planteamos lo que llamamos el paradigma de 80/20: 80 por ciento de inteligencia, 20 por ciento de casualidad. Comenzamos a trabajar en generar datos de inteligencia criminal, con información del FBI. Buscamos llegar a la médula de las organizaciones o de las familias que se dedican al narcotráfico en la Argentina. Paralelamente a esto hicimos un programa que llamamos “Barrios Seguros”, entramos a los barrios con las más altas tasas de homicidio producto de las bandas y las bajamos de manera contundente. Eso nos permitió un control territorial de lugares donde parecía que el Estado lo manejaban las bandas narco criminales.
Esos elementos nos llevaron a pasar del ocho o 10 por ciento que se decomisaba, al aproximadamente 35 por ciento que se decomisa hoy, de acuerdo con el informe que hizo la secretaría de narcotráfico.
IC: Independientemente de las cifras, las incautaciones son cifras efímeras que pueden subir o bajar pero al final de cuentas, ¿qué es lo que muestran?
PB: Lo que muestran es que no estamos agarrando drogas solamente sino que estamos desarticulando el crimen. Hay un 42 por ciento de aumento de detenciones por narcotráfico. Por eso decimos “organizar el Estado” y “desorganizar al crimen”. Porque en la casualidad uno quizás agarra solamente al que maneja el auto o al que maneja el camión. Cuando uno hace inteligencia sigue la rueda hasta llegar a toda la cadena.
IC: Pero sus críticos dicen que los arrestos son principalmente de criminales de baja escala.
PB: (Los arrestos) no son de menor escala.
Hoy las organizaciones en la Argentina son organizaciones que tienen una gran flexibilidad, no son organizaciones verticales, son más bien familias. En los lugares donde la comercialización traía violencia, hemos bajado los índices de violencia.
Por ejemplo, en la villa 31 (en el centro de la ciudad de Buenos Aires) los homicidios eran de 27 por ciento, en la villa 11 y 14 (también en la Ciudad de Buenos Aires) hemos bajado alrededor de 80 por ciento, aunque todavía no tengo el número exacto (esta información no ha podido ser independientemente verificada por InSight Crime).
Desde que subimos (en diciembre de 2015) hemos tenido una baja de 21,5 por ciento de homicidios. ¿Cómo lo hacemos?: haciendo un control mensual con las 24 policías provinciales y los ministerios de seguridad del país. Ya no depende solamente del nivel federal, depende de la coordinación con las provincias para ir viendo cuáles son las razones de los homicidios, cuántos son en ocasión de robo, cuánto son femicidios. Para pensar entre todos cuáles son las políticas que tenemos que llevar adelante para bajar los homicidios.
En el único lugar donde hemos tenido un aumento (de la violencia) es en Rosario (en la provincia de Santa Fe), donde se juzgó a la banda más importante que estaba en Rosario (Los Monos). Ahora hay como una situación de descontrol pero estamos trabajando para poder controlarla.
IC: En países como Colombia se califica a la mafia como un pequeño ejército. En México, decimos que las bandas criminales son especialistas en logística, en Guatemala son ex ejército, en Venezuela es como una “mafia Estado”, en Argentina, ¿cómo se califica al crimen organizado?
PB: Nosotros hemos detenido a algunos miembros de las fuerzas de seguridad, a algunos políticos y a algunos jueces, pero diría que no es la característica.
La característica más importante del crimen organizado en la Argentina es que son familias, ladrones y delincuentes que se transforman y ven que en el narcotráfico tienen una posibilidad de mayores ganancias.
También hay bandas o narco organizaciones en los barrios tipo favelas, tipo villas, que pelean por el negocio y que tienen un cierto modelo jerárquico … hay (bandas) argentinas, peruanas, paraguayas y bolivianas.
IC: ¿Cómo trabajan el tema de la llegada de miembros de bandas criminales de Colombia?
PB: Firmando un convenio de intercambio de información con Colombia. Eso nos va a permitir conocer la identidad de todos los que están, si han tenido causas de narcotráfico previamente, si sus pasaportes son buenos o no.
IC: Pero hay que tener cuidado también. Aquí en Estados Unidos vivimos todos los días con un presidente que le echa la culpa de todo a los extranjeros...
PB: Estamos diciendo que 75 por ciento de las actividades ligadas a temas de narcotráfico nace en Argentina.
A nosotros nos da lo mismo que sea un argentino, un colombiano o un peruano. Lo que pasa es que la característica de fronteras con países que tienen la materia prima y el producto hace todo más complicado.
IC: Usted mencionó “Barrios Seguros” como parte de su estrategia de seguridad. A mí me parece que es muy parecido a lo que hicieron en Brasil, con la famosa “Unidad de Policía Pacificadora” (Unidade de Polícia Pacificadora-UPP). Pero en Brasil no ha funcionado, ¿Por qué funcionaría en la Argentina?
PB: Yo creo que en Brasil el programa falló cuando le sacaron la atención del Estado, de los ministerios, de los gobiernos nacional y provincial por la crisis política. Y dejaron solas a las policías de pacificación, las UPP, que estaban en cada barrio. Si uno las deja solas vuelven naturalmente a ser la misma policía que previamente ya estaba en las favelas.
Es como que (la policía) toma la forma del lugar, entonces es muy importante no sacarle la mirada, el control, y no sacar el incentivo a las transformaciones que ese tipo de policías tiene. Y además acompañar con cambios estratégicos en la forma de vida de la gente.
IC: ¿Cómo se aseguran que la parte social sea implementada, a diferencia de lo que pasó en Río de Janeiro?
PB: Estamos trabajando en toda la parte social, la parte educativa y la parte activa de drogas. Porque nosotros somos Ministerio de Seguridad, nosotros estamos en la parte del combate al narcotráfico, pero también tenemos en el gobierno una secretaría dedicada a la parte de prevención de drogas.
Tenemos escuelas para que se aprendan oficios. Tenemos lugares de todo tipo de aprendizajes, ayudas sociales y lugares para atender a personas, entonces lo que buscamos es una integralidad del plan.
IC: En situaciones difíciles como ha habido en Rosario y en otros lugares, la decisión ha sido: “bueno, mandamos a los duros” como la gendarmería. ¿Cuáles son los criterios para utilizar ese tipo de mecanismo que algunos califican como “mano dura”?
PB: En primer lugar, la gendarmería es una fuerza que tiene dos grandes fortalezas: es una fuerza más militarizada, es verdad, uno puede decir más dura, pero es una fuerza que construye mucha cercanía, está muy acostumbrada a vivir en el interior del país, en las fronteras en esos lugares chicos. Entonces tiene una cercanía que es muy importante para este tipo de trabajos.
El primer criterio que tenemos es (enfocarnos en) los lugares donde han habido intentos por parte de bandas de narcotraficantes de dominar el territorio.
Esto siempre se hace en acuerdo con los gobernadores y de alguna manera todo lo que es crimen organizado y las policías provinciales quedan bajo el mando de la gendarmería.
IC: ¿Qué lección sacaron del caso de Los Monos? Ya hubo un juicio y 13 de los imputados eran policías (nueve fueron condenados).
PB: En el caso de Los Monos, lo importante es saber que ahí hubo complicidad policial, pero lo importante es que se juzgaron y hoy están presos y están en juicio también por narcotráfico (Nota IC: El juicio no ha comenzado pero se cree que comenzará a fin de año), porque esto era juicio por homicidios. Ahora empieza el juicio por narcotráfico. Eso va a ser muy importante. Y hoy lo que hay en Rosario es como una situación de algunas bandas que quieren intentar ocupar el lugar de esta.
IC: ¿Pero una estructura reemplazó a la estructura de Los Monos o ellos siguen existiendo y mandando, aun desde la cárcel?
PB: El objetivo nuestro es mandarlos a una cárcel bien lejos de dónde están, donde no tengan dominio, que no sea su provincia para que no puedan dominar más.
IC: Hemos tocado un poco la idea de despenalizar el consumo de droga. Usted se ha expresado públicamente en contra de eso, ¿Por qué?
PB: Porque nosotros consideramos que la despenalización, no el consumo, que ya está despenalizado en Argentina (Nota de IC: El consumo de drogas no está despenalizado completamente, vea el Perfil sobre Argentina para más detalles), sino la despenalización ha sido negativa de acuerdo a nuestro punto de vista en todos los lugares donde ha habido despenalización.
Nosotros creemos que si hay baja percepción de riesgo en la población, aumentan la cantidad de personas que consumen, aumenta la cantidad de personas que en consecuencia venden y se genera una situación donde aumentan los problemas de salud, y otros.
También hay una discusión que se está dando en Holanda sobre las consecuencias de la despenalización.
IC: Y en Uruguay, por supuesto, están haciendo un experimento.
PB: En Uruguay es muy nuevo. A ver, si el día de mañana las Naciones Unidas dijeran: “a partir de hoy la droga se vende en farmacias como cualquier otro medicamento” y eso significara bajarle el precio a la droga de manera inmediata, nosotros lo aceptaríamos. Ahora, hacerlo en un solo país, no.
En un país como Argentina que además tiene fronteras con países productores, no. Creemos que sería peor la consecuencia que la situación en la que estamos ahora.
IC: Lleva más de dos años en su cargo. ¿Qué ha aprendido? ¿Qué va a ser diferente de aquí en adelante con base a esos aprendizajes?
PB: Bueno, lo primero que hemos aprendido es que en esta decisión de trabajar en la seguridad, tenemos que construir cosas que estaban muy destruidas. Por ejemplo, la relación de las fuerzas de seguridad con la ciudadanía estaba destruida de las dos partes, creemos que esa es una relación que hay que reconstruir y que nos parece bien importante hacerlo.
Tenemos que cuidar más a la fuerza de seguridad cuando actúan en el marco de la ley. En la Argentina eso se descuidó mucho, y eso ayuda al mal trabajo y a la corrupción y es importante que sientan que cuando las cosas se hacen bien, tienen protección de las autoridades políticas.
Hemos aprendido que el crimen organizado sabe que la mejor vía de entrada es comprar alguien que es parte del Estado. Y entonces tenemos que tener controles. Hemos armado una dirección de seguridad externa a la fuerza de seguridad y eso nos está dando muchos resultados. Y el otro tema que aprendimos y que todavía no hemos podido llevar a la práctica, es que tenemos que trabajar, sobre todo con los jóvenes cuando cometen su primer delito.
IC: ¿Antes de entrar en el sistema carcelario?
PB: Antes de entrar en el sistema carcelario. Y eso es fundamental y todavía no lo hemos logrado, es algo que estamos discutiendo. Lo vengo hablando con el presidente porque es posible desviarle la vida y que en vez de ser delincuente pueda tener otro futuro.
IC: Nosotros trabajamos mucho el tema de élites y crimen organizado, ¿ustedes cómo trabajan ese tema, pensando en élites políticas, élites económicas? O sea en vez de pensar el crimen de abajo para arriba pensarlo de arriba para abajo.
PB: Sí, nosotros la verdad que no hemos hecho un trabajo sobre élites, si tienen algo sería interesante que nos lo den. Pero la verdad es que hemos desarmado muchas grandes bandas que estaban metidas en la élite de Argentina, de los barrios más exclusivos, teniendo los yates más exclusivos, y los autos más exclusivos y el dinero en campos.
IC: ¿Como cuáles, por ejemplo?
PB: Bueno por ejemplo hace poco hicimos un procedimiento dónde detuvimos a un abogado muy reconocido que estaba construyendo una estación de tren con un gran estacionamiento, en un barrio muy conocido donde estaba en contacto y lavaba dinero para un narco colombiano. Le sacamos todos los bienes y bueno, la justicia.
Otro caso muy conocido fue el intento de exportación de 2500 kg de cocaína a Canadá que también era todo un sistema de montaje de empresas, en el que había abogados, contadores conocidos en sus lugares con los que tenían montadas esas empresas.
Así que hemos tenido muchos casos. Nos hemos dado cuenta que hay muchas modalidades en cuanto a las drogas… pero me interesaría si tienen un trabajo sobre élites.
* La transcripción de la entrevista fue editada para mayor claridad y brevedad.
Josefina Salomón, Mike LaSusa y Tristan Clavel colaboraron con investigación y reporteo para esta historia.