La aparición de grupos armados, tanto nuevos como reorganizados, cuyos móviles son tan cuestionables como la calidad de sus videos, es la más reciente manifestación del continuo descenso de Michoacán en el nebuloso territorio de los grupos criminales y de autodefensa.

Un informe de un sitio de noticias llamado Noventa Grados, que fue traducido y reproducido por Borderland Beat, dice que hay grupos que se están rearmando en varios municipios. Uno de sus líderes, identificado como “El Dorado”, culpó al gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, por el resurgimiento de estos grupos, acusando al funcionario de cooperar con un cartel de la droga.

Según el informe, el líder del grupo dijo: “Decidimos reunirnos de nuevo y alistar nuestras armas para liberar a nuestro pueblo de la delincuencia organizada”.

El mes pasado, apareció un grupo que se autodenomina Insurgencia por el Rescate Institucional y Social (IRIS). Como lo muestran sus videos, IRIS también ha optado por imitar a antiguos grupos de autodefensa que han luchado contra las organizaciones criminales en el estado mexicano.

En un video difundido a finales de marzo (ver abajo), los miembros de IRIS se presentan como un grupo ajeno a los carteles de la droga que han operado durante mucho tiempo en el estado. Como “El Dorado”, ellos promovían causas idealistas y denunciaban los supuestos vínculos entre el crimen organizado y el gobierno de Michoacán.

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IRIS es una de las múltiples organizaciones nuevas que están tratando de participar en el competitivo contexto que ha surgido después de la caída de la organización criminal Los Caballeros Templarios y tras la subsecuente desmovilización de los grupos de autodefensa que habían surgido para luchar contra Los Caballeros.

Como resultado, Michoacán continúa inundado de grupos de hombres armados y ocasionalmente también de mujeres cargando rifles de asalto. Han resurgido viejos nombres como el de la Familia Michoacana, y en los últimos dos años han surgido grupos nuevos. Actores armados legítimos, como la policía comunitaria de base indígena, siguen haciendo presencia.

Antiguos miembros de los grupos de autodefensa que en teoría habían regresado a sus empleos tradicionales después de la dudosa legalización de los grupos de autodefensa en mayo de 2014, están regresando al campo de batalla.

Los grupos nuevos quizá están vinculados con los anteriores e incluso pueden estar relacionados entre sí. Algunos tienen el hábito de tomar las armas, o de cambiar sus lealtades entre una banda y otra. Mediante un discurso que se pone del lado de los oprimidos del estado, ellos parecen estar replicando un modus operandi que en otras ocasiones ha demostrado tener resultados.

La lucha contra la corrupción constituye el núcleo de su mensaje. Es una decisión lógica, dado que hay un movimiento de lucha contra la corrupción en varios lugares de México y de Latinoamérica en general.

La Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y las multitudinarias manifestaciones lograron derrocar al presidente del país. La Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) se está preparando para iniciar labores. En Brasil, el pueblo se ha tomado las calles en protestas masivas en Brasil para pedir la renuncia de la presidenta del país.

En toda la región, los ciudadanos están levantando su voz de protesta contra este viejo problema, y los habitantes de Michoacán no son ajenos a ello.

Este interés por arremeter contra la corrupción se relaciona con el llamado de los grupos de autodefensa para que el pueblo se una contra un enemigo común, que en su caso es la violencia criminal que impusieron en Michoacán Los Caballeros Templarios.

Es posible que los grupos de autodefensa que operan en este estado hayan terminado su lucha contra los Caballeros, pero su know how y sus modos de proceder pueden ser apropiados por cualquier otro grupo armado. A pesar de sus contradicciones, las antiguas autodefensas eran eficaces, por lo que no es de extrañar que otros deseen replicar lo que ellas hicieron.

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A pesar de su eficacia, este modelo no es el único camino que los grupos están tomando ahora que Los Caballeros Templarios han desaparecido. Otras organizaciones de Michoacán podrían tratar de adoptar las banderas del grupo de autodefensa, aunque sean de naturaleza diferente.

Veamos, por ejemplo, la aparición de los autodenominados Los Blancos de Troya, que surgieron mediados de 2015. Su abundante armamento da cuenta de unos intereses distintos y proyecta una imagen diferente. Fuentes del movimiento de autodefensa dicen que las ideas de Los Blancos se relacionan con las de Los Viagras, uno de los grupos que surgieron después de la caída de Los Caballeros Templarios.

Por su parte, Los Viagras buscan activamente difundir desinformación, como lo demuestra su comunicado en el que denuncian tratos entre las autodefensas y el crimen organizado. Esta declaración fue luego atribuida al Cartel de Jalisco Nueva Generación, otra organización que ha intentado aprovechar el vacío de poder.

El resurgimiento de los grupos armados ilegales pone en entredicho la versión oficial según la cual todo ha vuelto a la normalidad…

Las campañas de desinformación también se emplean en otras partes de México donde operan complejas organizaciones criminales. Por ejemplo, en el estado de Tamaulipas, al nororiente del país, han surgido misteriosos grupos de autodefensa, conocidos como “columnas armadas”, que llevan el nombre de personajes patrióticos de la historia de la nación y tienen como blanco a los narcotraficantes.

Si bien es posible que IRIS no sea harina de otro costal, como los grupos que tienen claros vínculos con el crimen organizado como Los Viagras y La Nueva Familia, sí tienen con ellos una cosa en común: el deseo de promover el debate sobre la seguridad en Michoacán.

De hecho, todos estos grupos surgieron desde principios de febrero, una semana antes de que el gobernador de Michoacán, Aureoles, presidiera la disolución formal de los grupos de autodefensas.

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El resurgimiento de los grupos armados ilegales pone en entredicho la versión oficial según la cual todo ha vuelto a la normalidad después de la reincorporación de los grupos de autodefensa a la vida civil y de la neutralización de los líderes de Los Caballeros Templarios, como Nazario “El Chayo” Moreno y Servando “La Tuta” Gómez.

En el inestable ambiente de Michoacán, estos grupos les ofrecen a sus miembros una serie de potenciales beneficios. Pueden infundirles miedo a sus enemigos, obtener el reconocimiento de las comunidades locales, polarizar la opinión pública y actuar como una amenaza latente.

Los Blancos de Troya son un buen ejemplo. Después de permanecer con un bajo perfil durante varios meses, el grupo apareció de repente con una serie de ataques contra sus rivales en represalia por el asesinato del conocido narcotraficante Carlos Rosales, alias “El Tísico”.

El principal resultado del aparentemente caótico surgimiento de estas nuevas organizaciones ha sido el de generar confusión. Aunque dicen que defienden causas nobles, como la lucha contra la corrupción, este discurso público es a menudo una cortina de humo para ocultar sus verdaderas intenciones.

En este contexto, los grupos criminales que solían tener vínculos con la hegemonía de los Caballeros se están beneficiando de estas ambigüedades. Está claro que, en Michoacán, la mezcla de estrategias de propaganda política y de autodefensas es una larga tradición que continúa evolucionando con el tiempo.