Una llamada de conferencia de 10 horas que unos pandilleros organizaron desde el interior de una cárcel de São Paulo destaca cómo los líderes de pandillas en Brasil son capaces de administrar su “negocio” de seguridad directamente desde sus celdas.

Una grabación de la Policía Federal escuchado recientemente por Folha de Sao Paulo cuenta una discusión de 10 horas entre cinco miembros del Primer Comando Capital (PCC). La conversación incluyó dos presos y tres miembros de la banda estacionados afuera de la prisión. Según el periódico, la charla fue todo negocio: los temas abordados incluyen el tráfico de drogas desde Paraguay y Bolivia, y la distribución de marihuana y cocaína al interior de Brasil.

La llamada, registrada el 10 de febrero de 2011, fue una de muchas grabaciones que tuvieron lugar entre octubre de 2010 y mayo de 2012 como parte de una investigación en curso conocida como Operación Leviatã, contra la delincuencia organizada en São Paulo. El Ministerio de Justicia, el cual se encuentra procesando las grabaciones, dijo que en promedio este tipo de llamadas de conferencia incluía cuatro miembros de la banda, aunque las grabaciones muestran que hasta nueve miembros han participado en una sola llamada.

Dice Folha:

Las investigaciones, que comparte con la Policía Civil, muestran que estos diálogos no ocurren todos los días – depende del equipo de agentes de guardia y las patrullas en las celdas de los prisioneros del PCC.

Según los agentes, los presos evitan hablar por teléfono hasta que haya cambio de personal. Cada día, ponen un recluso diferente a hablar por celular en nombre de la facción.

Después de las discusiones, el preso lleva los temas para ser debatidos con la cúpula y vuelve con las decisiones horas después o incluso al día siguiente.

Cuando se le preguntó acerca de estas llamadas, el Secretario de la Administración Penitenciaria respondió que se habían tomado medidas para impedir la entrada y el uso de teléfonos celulares dentro de las cárceles. Aunque no ahondó, cambiando el tema:

(…) [L]a secretaría dijo en un comunicado, que no responde directamente a la pregunta. Informó que de enero a agosto de este año, incautaron 8.335 celulares – de los cuales 12 se encontraban en [la prisión]  Presidente Wenceslao, ocho encontrados a visitantes antes de entrar en la prisión.

Análisis de InSight Crime

El PCC es ahora una amenaza a nivel nacional en Brasil, debido en parte a la capacidad de sus dirigentes para sacar provecho de los débiles controles del sistema penitenciario nacional y administrar la pandilla desde el interior de las cárceles. En 2006, el fundador del PCC, Willians Marcos Herbas Camacho, alias “Marcola”, quien actualmente cumple una condena de 29 años en la prisión donde se realizó la llamada telefónica de 10 horas, fue citado diciendo: “Aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero puedo arreglar para que ustedes sean asesinados en la calle. “

Los intentos de las autoridades policiales y de prisiones para limitar el contacto con redes criminales afuera de las prisiones han sido infructuosos. Según Folha de Sao Paulo, las prisiones no han logrado bloquear la recepción del teléfono celular, dice Folha: “La carpeta dice que están probando con los bloqueadores de señal, pero no hay ningún dispositivo probado eficaz para evitar el uso de teléfonos móviles.”; aunque mediante el uso de detectores de metales y rayos X se ha frenado en ocasiones la entrada de teléfonos en los pabellones.

La lucha para limitar la comunicación exterior es parte de un problema más grande que enfrentan las cárceles en América Latina. En la cárcel La Picota, en Colombia, por ejemplo, donde los funcionarios fueron capaces de bloquear con éxito la recepción de los teléfonos celulares, los presos fueron capaces de montar sus propias antenas, asegurando un contacto continuo y la participación en sus redes criminales en el exterior.

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