Una operación en la que agentes paraguayos desmantelaron una sofisticada red internacional de narcotraficantes en la frontera con Brasil, incautando al mismo tiempo una cantidad récord de cocaína ilustra la creciente importancia del país para los grandes jugadores del narcotráfico regional.
El 10 de noviembre, la agencia paraguaya antidrogas (SENAD) acabó con una sofisticada operación de tráfico de drogas que operaba desde la provincia de Canindeyú, hacia el este a lo largo de la frontera con Brasil. Los oficiales arrestaron a 19 sospechosos de nacionalidades boliviana, peruana, brasilera y paraguaya, incluyendo al presunto narcotraficante boliviano, Marco Antonio Roca Alí, alias “El Presi”.
También incautaron 1.7 toneladas de cocaína, varias armas, y cinco aviones. Aparentemente buscaban transportar la cocaína hacia Rio de Janeiro. La incautación de cocaína es un récord en el país, y por sí sola, es más que toda la cocaína incautada en 2011. Solamente 1.4 toneladas fueron incautadas ese año.
Los oficiales dijeron que el lugar era usado como punto de paso para casi el 20 por ciento de cocaína que se moviliza a través de Paraguay, y que sus pistas clandestinas recibían vuelos con cargamentos de drogas directamente desde Perú y Bolivia.
Según Silvio Amarilla, uno de los agentes involucrados en la redada, las operaciones son prueba de un nivel alarmante de actividad criminal transnacional en el país. Amarilla le dijo a Última Hora que al menos cinco estructuras criminales diferentes, con lazos en algunas de las principales ciudades paraguayas, como Pedro Juan Caballero y Ciudad del Este, usaban el rancho como epicentro de operaciones enfocadas, casi todas, a enviar cargamentos de cocaína para suplir el mercado brasilero. El agente de la SENAD también afirmó que las instalaciones estaban equipadas con un laboratorio para el procesamiento de cocaína, el cual era supervisado por un peruano.
Análisis de InSight Crime
El hallazgo confirma reportes de que el país está jugando un rol cada vez más importante en el narcotráfico regional, proporcionando a las redes transnacionales del narcotráfico un acceso clave al creciente mercado doméstico de cocaína en el Cono Sur.
Según oficiales de la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), la falta de seguridad fronteriza y la ausencia de importantes mecanismos de control aéreo, han hecho de Paraguay la parada favorita de los vuelos con cargamentos de droga provenientes de Bolivia y Perú. Desde ahí los cargamentos son enviados a Brasil y Argentina, quienes en conjunto suman más de la mitad del consumo de cocaína en América Latina y el Caribe.
Esta última incautación sugiere que Paraguay está siendo usado para llevar a cabo operaciones de narcotráfico a larga escala, con la participación de narcotraficantes de toda Latinoamérica, como lo evidencia el hecho de que 19 de los detenidos tuvieran nacionalidades de 4 países diferentes. También resalta cómo el crimen organizado opera con relativa impunidad a lo largo de la porosa frontera con Brasil al este de Paraguay.
El arresto de Roca Alí, da pistas sobre la participación de los narcotraficantes bolivianos en el negocio ilícito regional. El gobierno de Bolivia ha rechazado en repetidas ocasiones la noción de que el país es hogar de poderosos carteles de la droga, y mantiene su posición de que los principales actores del hampa son familias criminales con poca habilidad de participar en operaciones transnacionales.
No obstante, el caso de Roca Alí contradice esta narrativa. “El Presi” ha sido arrestado anteriormente por cargos de narcotráfico en Colombia, Perú y Estados Unidos, pero logró cumplir las breves sentencias en cada caso. Fue arrestado nuevamente en Bolivia en 2010 y acusado de narcotráfico internacional, pero fue liberado otra vez por tecnicismos legales.
El perfil internacional de los arrestados es preocupante considerando que Paraguay es el mayor productor de marihuana en Suramérica, y representa el 15 por ciento de la producción global de cannabis. Como lo indica esta incautación récord reciente, los cultivadores ilegales de marihuana en el país tienen acceso a una red de distribución internacional nada despreciable. Pese a que los oficiales estadounidenses antidrogas creen que la venta de la marihuana paraguaya se limita a los países vecinos, esto puede cambiar en un futuro.