El gobierno del presidente Nayib Bukele avaló la salida irregular de uno de los máximos líderes de la MS13 a un hospital a pesar de que no tenía ningún problema de salud, lo que abona a la tesis de que el gobierno salvadoreño mantiene un pacto con las pandillas que ha permitido, entre otras cosas, una marcada reducción de homicidios.
En octubre del año pasado, Osiris Luna Meza, director general de centros penales y un funcionario cercano a Bukele, autorizó la salida de Danilo Antonio Colocho Hernández, alias "Chino Milo", de una cárcel ubicada en la ciudad de Izalco a un hospital en la localidad de Zacatecoluca, 128 kilómetros al sureste. El traslado ocurrió a pesar de que la salud de Chino Milo era óptima, según revela una reciente investigación de El Faro.
La fiscalía salvadoreña identifica a Chino Milo como la mano derecha de Borromeo Henríquez, alias “Diablito de Hollywood” y uno de los líderes históricos de la ranfla nacional -una especie de mesa directiva- de la MS13 en El Salvador. Henríquez fue, además, uno de los principales protagonistas de la tregua pandillera de 2012.
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El 6 de octubre, Mario Herrera, el jefe médico del penal de Izalco, recibió una “orden superior” de avalar la salida de Chino Milo, la cual, según la investigación de El Faro, dio un asistente de Luna Meza, el director de cárceles. El médico evaluó al pandillero y determinó que no era necesario llevarlo a un hospital; dejó por escrito su conclusión:
“Debo mencionar que como médico coordinador de este recinto penitenciario me veo en la dificultad de no tener un respaldo por escrito en donde solicitan salida del privado de libertad, ya que según mi evaluación médica no necesita ser referido de emergencia, poniendo en riesgo mi profesión como médico al no tener un respaldo sobre la situación anteriormente mencionada”, concluyó Herrera.
Al affaire de Chino Milo se unen otras ocasiones en que, según El Faro, el gobierno de Bukele, a través de Osiris Luna Meza, ha permitido las salidas y traslados, en circunstancias poco claras, de otros líderes de la MS13, como el mismo Diablito de Hollywood o Carlos Tiberio Valladares, alias "Snyder de Pasadena".
En enero de 2020, de acuerdo con una investigación previa del medio salvadoreño, Luna Meza se reunió con Diablito, Snyder y otros líderes de la MS13 en el penal de máxima de seguridad en Zacatecoluca para iniciar un diálogo encaminado, entre otras cosas, a que la pandilla redujera las cifras de homicidios y apoyara en las elecciones a Nuevas Ideas, el partido fundado por el presidente Bukele.
La fiscalía salvadoreña tiene abierta una investigación para determinar si funcionarios del gobierno salvadoreño han cometido crímenes en sus acercamientos con las pandillas, a las que la legislación salvadoreña califica como organizaciones terroristas.
Análisis de InSight Crime
La tesis de un pacto entre la administración de Nayib Bukele y las pandillas MS13 y las dos facciones del Barrio 18 sigue tomando fuerza como principal explicación a la notable reducción en la cifra de homicidios en el país, que antes de la llegada de este presidente al poder era de 36 por cada 100,000 habitantes y en 2020 fue de 19.5 por cada 100,000 habitantes, según cifras oficiales.
Bukele y sus funcionarios, entre ellos Osiris Luna Meza, han defendido que la baja de homicidios se debe al llamado Plan Control Territorial, la plataforma de seguridad pública del gobierno que incluye viejas medidas como el despliegue del ejército y redadas masivas de supuestos pandilleros. Sin embargo, investigaciones periodísticas de InSight Crime y medios salvadoreños como El Faro, así como análisis de tanques de pensamiento como Crisis Group, señalan que algún tipo de entendimiento con las pandillas está detrás de la reducción en las estadísticas.
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A la base del pacto informal entre Bukele y la MS13 hay, de acuerdo con una investigación de InSight Crime publicada en octubre de 2020, un quid pro quo que el actual presidente y sus colaboradores empezaron a afianzar cuando él se postuló como alcalde de San Salvador en 2014.
Este pacto permitió a miembros de pandillas dentro y fuera del sistema penitenciario reunirse con funcionarios del gobierno para fomentar confianza e intercambiar favores, incluyendo facilidades a Bukele y sus aliados para hacer campaña en áreas dominadas por pandillas.