Las autoridades de Estados Unidos y México trabajan de manera conjunta para combatir los grupos criminales que se benefician de la creciente demanda del fentanilo, un opioide sintético letal y muy lucrativo, pero el sistema postal estadounidense se está erigiendo rápidamente como el ingrediente clave de esa guerra.
Los puertos de entrada a lo largo de la frontera suroeste de Estados Unidos y el sistema postal estadounidense son dos de los corredores de fentanilo más importantes, según el agente especial a cargo (SAC, por sus siglas en inglés) Brian McKnight, de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en Chicago.
“Con el fentanilo, ellos [los traficantes] lo están trayendo de China a México, y luego lo convierten y empacan para introducirlo a Estados Unidos”, declaró el SAC McKnight en entrevista con InSight Crime. “Ellos [los grupos narcotraficantes mexicanos] ya tenían montados los laboratorios [de metanfetaminas], y ahora entraron al negocio del fentanilo”.
(Flujos de fentanilo a través de México cortesía de InSight Crime)
Pero si el fentanilo puro en polvo, las píldoras de fentanilo o los precursores de la sustancia no son enviados a México para que los grupos criminales en ese país lo trafiquen a Estados Unidos, los envían directamente por correo al país del Norte, usando en muchas ocasiones el Servicio Postal de Estados Unidos (USPS).
Los decomisos de drogas por parte del Servicio de Inspección Postal de USPS (USPIS) han exhibido un aumento desde 2014. El programa de narcóticos del servicio postal decomisó más de 18 toneladas de drogas ilícitas en 2017, según un Informe del Inspector General de septiembre de 2018 sobre el uso del USPS para la distribución de estupefacientes.
Entre 2017 y 2018, el USPS registró un incremento de 1.000 por ciento en los decomisos de paquetes internacionales, y un aumento de 750 por ciento en incautaciones de paquetes nacionales asociados con opioides, entre ellos el fentanilo, en parte gracias a la mayor colaboración entre organismos de seguridad estatales y federales y a mejores técnicas investigativas, según comentarios de la vocera del USPS Kim Frum, recogidos por el Washington Post.
El alza de los decomisos coincide con la adaptación de los grupos criminales en Latinoamérica para responder a la mayor demanda de drogas sintéticas y opioides, como el fentanilo, en Estados Unidos. Los opioides —incluyendo los medicamentos de venta por prescripción, como la oxicodona, los opioides sintéticos, como el fentanilo, y la heroína— fueron los principales responsables del récord de muertes por sobredosis —63.632— ocurrido en el país en 2016, según el más reciente informe Balance Nacional por la Amenaza de las Drogas, preparado por la DEA.
Análisis de InSight Crime
A la par que las autoridades enfrentan la crisis de opioides, que causa estragos en las ciudades de todo Estados Unidos, será vital resolver las fallas de seguridad en el sistema de correos del país si quieren impedir que aumente el número de muertes por sobredosis de drogas por causa de potentes opioides sintéticos, como el fentanilo.
"Uno de los problemas más importantes para combatir el tráfico de fentanilo a Estados Unidos es la falta de datos a disposición de las autoridades sobre lo que ingresa", opinó Mario Moreno, exsecretario de prensa de la Oficina de la Casa Blanca para la Política Nacional de Control de Sustancias en las administraciones de Obama y de Trump, e investigador posgraduado de la Universidad de Chicago.
Hay diversas razones por las que los traficantes eligen USPS frente a servicios de mensajería expresa, como el Servicio Unido de Paquetes (United Parcel Service —UPS—) y FedEx. A diferencia de USPS, estos servicios requieren datos electrónicos avanzados (AED, por sus iniciales en inglés), como el nombre y la ubicación del remitente, además de información sobre el contenido del paquete. Es más, USPS maneja muchos más paquetes que los servicios de mensajería expresa, lo que hace extremadamente difícil detectar drogas y otro tipo de contrabando. Esto también crea problemas logísticos en lo que respecta a la coordinación de USPS con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) en temas de interdicción.
Dicho esto, delegados del gobierno estadounidense trabajan para mejorar algunos de estos problemas. La Ley STOP de 2017, de Prevención de Sobredosis y tráfico de [drogas] sintéticas, busca aumentar el volumen de datos electrónicos avanzados que pide USPS, principalmente de oficinas en el exterior con gran volumen de envíos, como China. En los últimos tres años, el USPS pasó de recibir “casi ningún AED en paquetes dirigidos al país” a recibir casi un 40 por ciento, según el inspector jefe de USPS Guy Cottrell.
"Esto requiere pensarse mejor y actuar en cooperación con países como China, pero sin olvidar mantener relaciones con México”, acotó Moreno, quien opina que México seguirá siendo un “actor fundamental” en la prevención del tráfico de fentanilo, en el futuro próximo.
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Además, los agentes de la CBP están recurriendo a la tecnología para mejorar la identificación de sustancias ilícitas ocultas en paquetes. En marzo de 2018, por ejemplo, la CBP implementó una nueva “herramienta portátil para el análisis de isótopos elementales”, conocida como Gemini, que podrá “tomar muestras e identificar más de 14.000 sustancias químicas”.
“Sin duda nos hemos centrado en la interdicción de opioides”, anunció a Fox News el director del puerto aéreo de Protección de Aduanas y Fronteras de Chicago Matthew Davies en junio de 2018. “Hemos aumentado el personal, tenemos nuevas tecnologías, hemos entrenado a nuestros perros policías para que detecten el fentanilo, así que no cabe duda de que estamos a la vanguardia de eso aquí”.
Pero el fentanilo y los opioides sintéticos tienen muy pocas barreras de entrada, y representan un cambio en los modelos de tráfico de estupefacientes, con una tendencia a la democratización de la actividad, según Moreno. El tráfico de esta sustancia específicamente se encuentra ahora abierto a más actores, que pueden participar usando el internet y el sistema de correos, lo que plantea nuevos retos a las autoridades. Es posible que pronto las organizaciones narcotraficantes mexicanas pierdan la influencia que han tenido en el pasado en lo que respecta al movimiento, la distribución y el tráfico de estas drogas.
De hecho, en febrero de este año, las autoridades estadounidenses condenaron a un traficante que actuaba en solitario, quien durante casi un año usó su apartamento equipado con una prensa para píldoras, mezclando agentes y empacando materiales para enviar fentanilo y otros opioides sintéticos, por medio de los sistemas de correo de Estados Unidos y Canadá a clientes que adquirían las drogas usando una parte encriptada y anónima del internet, conocida como la red oscura.